MENÚ PRINCIPAL |
Inicio |
Presentación |
Cantaores |
Guitarristas |
Bailaores/as |
Estilos del cante |
Canción Española |
Datos Flamencos |
Dedicatorias |
Entrevistas |
Historias |
Homenajes |
Poesías |
Recitales |
Recordando Cantaores |
Tertulia Flamenca |
PROGRAMAS DE RADIO |
Arte y Compás |
Escuela del Cante Flam. |
Programa Cadena SER |
Programa de radio |
AUDIOVISUALE |
El saber del Cante |
Fotografías |
Galerías |
Títulos |
Vide |
CONTACTOS |
Libro de visitas |
Notas |
Tablero de Anuncios |
Contacto |
Links |
ACCESOS DIRECTOS |
ARCHIVOS NOTICIAS N 4 archivos | A | B | C | D | E | F | G | H | I | J | K | L | M |N|<<< pagina anterior | pagina siguiente>>> |
Listado de cantaores por orden alfabético |
A B C D E F G H I J K L M N Ñ O P Q R S T U V W X Y Z | ||
Pinchar los títulos para ver las noticias completas en los periódicos
Un cantaor personal
Una edición en
cinco CD recoge una amplia selección de la obra discográfica en pizarra de Pepe
Pinto
Durante
muchos años conocimos la obra de Pepe Pinto (Sevilla, 1903-1969) por las casetes
baratas que recogían sus últimos registros, con las guitarras del Niño Ricardo,
Manolo Carmona y Manuel Molina. En ellas nos encontramos con un cantaor de voz
fresca, juvenil, pese a que se registraron en los primeros 60, cuando el cantaor
rondaba justo esa edad. En 2003 se publicaron en CD algunos cantes grabados
entre 1929 y 1932, con los que pudimos comprobar que en esa época Pepe Pinto era
ya un cantaor completo, con unas enormes facultades y conocimiento de los
recursos de una voz que se mantuvo lozana hasta el fin. Por eso no estoy de
acuerdo con lo que afirma el libreto de esta edición de que fue tras su ingreso
en la familia Pavón en 1933, debido a su matrimonio con Pastora, cuando "su
estilo mejoró notablemente, comenzando a cantar muy bien por soleá, seguiriya,
tientos, tonás y saetas". De 1932 datan las soleares de Cádiz A mi mare de mi
alma con la guitarra del Niño Ricardo: no solamente es un ejemplo magnífico de
los cantes de El Mellizo sino que además demuestran la enorme personalidad del
cantaor. De 1930 data su registro Quién será esa flamenquita, con cantes de
Joaquín el de la Paula, y de 1932 es Por los rincones mare con cantes de Manuel
Molina y El Viejo de la Isla. Ninguno de estos dos últimos registros se incluye
por desgracia en esta edición que es una selección -ciertamente amplia pero
selección al cabo- de la amplísima discografía de Pepe Pinto. CON UN SELLO ÚNICO
EN TODO LO QUE CANTÓ, CREÓ VARIANTES DE FANDANGOS Y BULERÍAS POR SOLEÁ La idea
original era publicar las obras completas en pizarra del gran cantaor sevillano,
pero la falta de apoyo institucional ha obligado a llevar a cabo esta edición
divulgativa. Queda pues pendiente, esperemos que para un futuro cercano, una
edición crítica y completa. Pepe Pinto
tuvo la suerte de casarse con uno de los genios del cante jondo, la Niña de los
Peines. No obstante lo cual, hay que decir que es un cantaor descomunal y en
absoluto hay que situar su obra a la sombra de las dos figuras geniales, Pastora
y Tomás, con las que convivió, como demuestran, por si hiciera falta, los
registros que hizo a finales de los años 20 y en los primeros 30. La taranta de
1930 Los Molinos y la Herrería nos lo muestran como un fino estilista de los
cantes levantinos. Esta edición también lo presenta como un maestro de la
guajira en dos grabaciones, de 1930 y 1932. Un cante que desaparece por completo
de su discografía tras la Guerra Civil, por los vaivenes estéticos de este arte.
Y es una verdadera pena porque era un gran intérprete de los estilos americanos,
en la línea de su admirado Pepe Marchena, aunque imprimiéndoles su personalidad.
Estas grabaciones de los años 30 tienen un valor enorme y es un placer
escucharlas con esta calidad de sonido que supera en mucho la edición de 2003:
nos muestran, de hecho, la verdadera cara de Pepe Pinto, un cantaor personal,
creador de estilos propios por fandangos y con un timbre vocal y un conocimiento
de los estilos soberbio en estas fechas tempranas. Las grabaciones de esta época
se completan con un cante por colombianas, El pañuelo de Pastora, que fue uno de
los grandes éxitos de Pinto y que en la presente edición viene fechada en 1930,
por lo que el sevillano grabaría el estilo de Marchena antes que su propio
creador. La siguiente tanda de grabaciones que incluye esta edición data de los
años 40 y destaca la irrupción de las llamadas creaciones personales con poemas
de Pérez Ortiz o Del Árbol, en las que mezclan diferentes estilos en una misma
grabación: el sustituto natural en su repertorio del fandango, cuya presencia
desciende espectacularmente en este periodo. Estas creaciones marcan también el
comienzo de la inclusión del recitado. El culmen de esta tendencia es Toíto te
lo consiento (1947) y Trigo limpio (1950), dos enormes éxitos que condujeron al
cantaor hacia la copla. Otra novedad en su repertorio de los 40 es la bulería
por soleá, estilos estrella del cantaor por su sentido del ritmo y su capacidad
para ligar los tercios. Pinto patentó una forma personal de decir este cante,
pero su creatividad está escasamente reivindicada hoy. Por cierto que el cantaor
lo rotula como bulería, tal y como se hacía antes de la Guerra Civil.
JUAN VERGILLOS - 29 Enero, 2018 - Pepe Pinto y La Niña de los Peines, en una
imagen promocional de 1945. / NOVOA / CENTRO ANDALUZ DE FLAMENCO
Pioneras del cante
Esta recopilación
rompe una vez más, desde Jerez, con algunos tópicos sobre la historia de este
arte
La
obra que abre Cantaoras jerezanas de principios del siglo XX es la más conocida
sin duda de La Serrana. María Valencia (1863-1940) era una egregia seguiriyera,
según nos señala Fernando el de Triana en Arte y artistas flamencos. No podía
ser de otra manera, siendo como era la hija de Paco la Luz, uno de los creadores
de la seguiriya jerezana. Pero además esta saeta de la que hablamos apareció en
un disco mítico ya que por la otra cara de la pizarra figuraba el cante de
Manuel Torre Por no saber lo que hacerle. Estos dos cantes fueron los que
marcaron el camino sin retorno de lo que más tarde se llamó saeta por seguiriya,
labor que completarían El Cojo de Málaga y El Gloria.
La Serrana es una cantaora de voz grave y
clara. La edición incluye dos cantes del estilo estrella del repertorio de La
Serrana, la seguiriya. Un cante de Manuel Molina y otro del Loco Mateo, ambos
jerezanos. Sorprende que no interprete el cante de su padre, del que se dice que
fue su principal divulgadora, a pesar de la cual no lo llegó a registrar. Por
soleá hace un cante de su paisana La Serneta que había popularizado Chacón. La
selección se cierra con una malagueña acompañada, como el resto de cantes, de la
guitarra de Juan Gandulla Habichuela. Las cinco grabaciones son de 1909 y
evidencian que la cantaora era una de las estrellas de los cafés cantantes con
todo el merecimiento. La Pompi (Luisa Ramos Antúnez 1883-1958) es sobre todo
conocida por ser la hermana del Niño Gloria. Es una cantaora de voz poderosa y
pujante, como su hermano, aunque más grave y natural; y su cante es más corto
que el del Niño Gloria. Las seguiriyas y bulerías que cierran esta selección
pertenecen a la colección de Marius de Zayas y se publicaron hace unos años en
un recopilatorio de Manolo de Huelva. El resto de las grabaciones procede de los
registros que hizo en 1931 con Miguel Borrull. Por soleá hace un cante del
Mellizo en tanto que en la bulería por soleá muestra el estilo como patrimonio
familiar. También era una excelente festera, con un enorme sentido del ritmo,
como evidencia la grabación que incluye esta obra. Completan la selección tres
discos por fandangos en los que se aleja del estilo de su hermano a favor de
otros referentes de la época. Luisa Requejo (1898-1940) grabó en 1928 los nueve
cantes que se incluyen aquí, de los que se ha eliminado la milonga de Juan
Simón. En bulerías por soleá y soleares del Mellizo podemos apreciar claramente
la influencia de Pastora Pavón, razón por la que la jerezana fue apodada la
Petit Niña de los Peines. Con ello se evidencia que nos encontramos ante una
cantaora de enormes facultades vocales, tanto en registro como en el concepto
rítmico. La petenera es un cante muy dúctil, natural, lejos de la rigidez actual
del estilo. Influencia de su paisano Chacón encontramos en las malagueñas, las
granaínas y las cartageneras, así como en las seguiriyas de Paco la Luz y Manuel
Molina. La jerezana confiere una energía y entrega notables a los estilos
levantinos, sin desvirtuar la línea melódica original. Fandangos y cuplé por
bulería completan la selección. Requejo resulta una cantaora muy actual y de no
haber fallecido tan tempranamente es seguro que habría dado mucho que hablar en
la posguerra. Menos datos tenemos de Adela López que, con acompañamiento de
orquesta canta en este disco una soleá de la Serneta, bulerías, mineras y
pregones. Una verdadera pionera. Sería muy interesante datar estos cantes por lo
que tienen de precursores. Rafael Chaves ha fechado la minera en 1914. El resto
de los datos que tenemos sobre ella los ha aportado Ángeles Cruzado. La primera
noticia que ha encontrado Cruzado de López es de 1911 aunque desde 1928 no
tenemos datos de ella. No obstante entre estas dos fechas las noticias que ha
rescatado Cruzado son muy abundantes y dan fe del éxito de la cantaora, que
dominaba toda la baraja estilística. Esta edición se completa con cantes de
otras cuatro intérpretes jerezanas de las que apenas se sabe nada excepto los
discos que grabaron, aquí recogidos: La Pastora de Jerez (tango, bulerías,
farruca, peteneras y malagueñas), la Niña de Jerez (tientos, soleares, tarantas
y bulerías), Luz Divina La Jerezana y Milagritos La Macarena (fandangos y
colombiana).
JUAN VERGILLOS 01 Enero, 2018 - María Valencia 'La Serrana', estrella de los
Cafés Cantantes. COLECCIÓN FERNANDO EL DE TRIANA
Rescatado de un olvido imposible
El cantaor Beni
de Cádiz es recordado en su tierra a los 25 años de su desaparición
Cantaor
y contador de inigualable personalidad. Señorío y gracia natural acompañada de
talento. Genio surrealista… En Cádiz se ha hablado estos días mucho de Beni, uno
de sus artistas históricos más emblemáticos. Se le ha recordado con frescura,
como si no hubieran pasado ya 25 años de su desaparición. Nada de esto resulta
extraño en la figura de Benito Rodríguez Rey (Cádiz, 1929 - Sevilla, 1992). Su
huella es un buen ejemplo de la fuerza de lo inmaterial e intangible: a pesar
del paso del tiempo, y pese a haber residido mucho tiempo fuera de la ciudad, a
Beni se le cita como cosa de antes de
ayer, instalado como está en la memoria colectiva y flamenca de la ciudad "La
gracia no tiene prestigio", afirmó Juan José Téllez, en la mesa redonda que
abrió el pasado lunes las jornadas que se le han dedicado, para referir una
faceta imprescindible del artista: su arte, que calificó de realismo mágico,
para contar historias; un permanente humor que encajaba dentro de un rictus
serio. "Nunca lo vi levantarse enfadado", relataba José "Rebujina", amigo suyo
de muchos años. Como cantaor, Javier Osuna quiso rescatarlo del reduccionismo
que a veces soporta, de la misma forma que lo hace todo el flamenco gaditano,
que no se limita a los estilos ligeros o graciosos. La profesora Cristina Cruces
se centró en analizar los elementos de su baile, que definió como "corto o
recortado". Porque Beni de Cádiz, como tantos otros, comenzó, siendo aún
adolescente, como bailaor en la Compañía de Manolo Caracol quien, al escucharlo
cantar por los pasillos, lo puso a hacerlo en el escenario. Con el maestro y con
Lola Flores pasaría muchos años, alternando con otras compañías (la de Pilar
López, entre ellas) y actuando en casi todos los tablaos de Madrid y de Sevilla
durante los años sesenta y setenta. Su carrera se había interrumpido en 1959 por
una grave enfermedad, pero en un par de años volvería a estar activo. Su
biografía personal y artística -junto con un CD que recoge una selección
discográfica del artista- se encuentra bien recogida en el libro Beni de Cádiz.
Un genio surrealista (Ayto. de Cádiz, 2017), que han coordinado Francisco Dodero
y Alberto Romero, profesor de la Universidad de Cádiz. El volumen, ilustrado con
una impagable colección de fotos del artista y de su tiempo, recoge textos
diversos, entre los que se encuentran quince impresiones sobre su persona y su
arte, firmadas por autores como José Luis Ortiz Nuevo, Juan Manuel Suárez Japón
o los citados Téllez y Cruces, entre otros. Como colofón a los tres días
dedicados a su recuerdo, un espectáculo reunió en las tablas del Gran Teatro
Falla a una pequeña, pero representativa muestra del flamenco gaditano actual en
un singular reencuentro y celebración. La primera parte la protagonizó Antonio
Reyes con la guitarra de Diego del Morao y el pianista Dorantes como artista
invitado: impresionante fue, por cierto, la seguiríya que los juntó. En la
persona del cantaor de Chiclana se unían quizás las dos líneas canoras más
reconocibles en Beni: su acento caracolero y el dominio de los estilos
gaditanos. De las zambras a unas alegrías que cobraron matices distintos a lo
largo de la noche: paladeadas las de Reyes, vibrantes con José Anillo, y
canónicas en la voz de Felipe Scapachini. Carmen de la Jara, valiente y
pletórica, quiso acordarse del fallecido Manuel Moneo por martinetes y tonás,
antes de que la bailaora Rosario Toledo, de bata verde y mantón mostaza, pusiera
en pie al teatro con su personal interpretación de las alegrías: un baile tan
impecable como rompedor junto al cante con que ilustró su teatral y atrevida
actuación. El joven Ale Silva, también depositario de los estilos gaditanos,
completó la noche.
El Pais - FERMÍN LOBATÓN Cádiz 22 DIC 2017 Beni de Cádiz, en 1966, en el
gaditano Teatro Andalucía.MANUEL TORRES
Manuel
Moneo fallece en el Hospital de Jerez
El cantaor
jerezano ha fallecido esta mañana a la edad de 67 años en el Hospital de Jerez,
al que fue trasladado a primera hora en estado grave
El cantaor jerezano Manuel Moneo ha fallecido esta mañana después de ser
ingresado a primera hora en estado grave, según informó su familia a través de
un comunicado. Moneo tenía 67 años de edad y padecía una grave enfermedad. La
familia del cantaor quieren, en estas horas difíciles, "destacar la trayectoria
de Manuel Moneo, hermano mayor de una
saga de grandes artistas gitanos jerezanos, trayectoria que le ha llevado a
recibir distintos galardones a lo largo de su carrera artística." Moneo es un
artista muy querido por los jerezanos y por los aficionados al Flamenco,
destacando por su cante por seguiriyas, bulerías por soleá de Jerez y saetas.
19 Diciembre, 2017 - Manuel Moneo, durante una entrevista. / MANUEL ARANDA
El flamenco se une para homenajear a El Beni a los 25 años de su muerte
El Ayuntamiento
ha programado una mesa redonda, la presentación de un libro y un espectáculo en
el Falla en recuerdo del cantaor, fallecido el 22 de diciembre de 1992
Benito
Rodríguez Rey murió un día de Sorteo de Navidad. Le hubiera puesto compás a las
bolichas cantadas de los niños de San Idelfonso, pero ese día para él había
otros planes. El 22 de diciembre de 1992 dejaba este mundo El Beni de Cádiz y
con él, un cante de tronío maridado con una gracia a esportones. Tan tremendo
binomio forjó su leyenda. Ahora, la ciudad que le vio nacer el 26 de enero de
1929, le va a rendir homenaje coincidiendo con el 25 aniversario de su muerte.
Ayer en el Ayuntamiento de Cádiz se presentó el programa de actos que en honor
de El Beni se desarrollará entre el 18 y el 20 de diciembre. "Un adelantado a su
tiempo que hoy sería un monologuista extraordinario", como le definió la edil de
Cultura, Eva Tubío, ha conseguido reunir a un buen elenco de artistas, algunos
de los cuales se dieron cita ayer en la presentación del programa. Entre ellos,
Antonio Reyes y Felipe Scapachini, que compartieron mesa junto a Paco Dodero,
presidente de la asociación Buen Compás y la concejala. No faltaron Alejandro
Silva, José Anillo y miembros El Buen Compás y La Cuarta Flamenca, así como
Octavio Linares como representante de la comparsa de Jesús Bienvenido, que
participará en el homenaje merced al pasodoble que dedicó 'Los irracionales'
este año al cantaor gaditano. De esta manera Cádiz arropará a El Beni porque "no
queríamos que la fecha pasara desapercibida, eclipsada quizás por los 25 años de
la muerte de Camarón. Pero creíamos también que El
Beni es uno de nuestros grandes flamencos y se merece este homenaje de
altura", apuntó Tubío. El chiclanero Antonio Reyes, uno de los que estará en el
espectáculo que se celebrará en el Falla el 20 de diciembre, manifestó que será
"un privilegio y un honor participar en el homenaje a
uno de los cantaores más grandes que ha dado Cádiz, Andalucía y España". Contó
que conoció al Beni "cuando yo era pequeño, porque veraneábamos los dos en
Marbella. Él fue el primero que me llevó a una televisión". Un representante de
los cantes de Cádiz como Felipe Scapachini dio un toque de atención señalando
que "se hacía cuesta arriba que este reconocimiento tardara tanto". No acabaron
ahí las reivindicaciones de Scapachini. "En Cádiz ha habido muchos artistas y
ahora parece que se están reconociendo muchas cosas. Aquí se le da mucho al
Carnaval, pero el flamenco no se puede olvidar. Hay que apostar por el cante,
que vienen muchos jóvenes empujando fuerte", afirmó. Con vistas a la gala del
Falla el 20 de diciembre, aseguró desear "que sea algo que no se olvide porque
como aparezca un poco el duende, vamos a disfrutar mucho". El espectáculo del
Falla se convertirá el 20 de diciembre desde las 21.00 horas en el colofón del
programa de actos. El homenaje contará con dos partes, y en la primera actuarán
Antonio Reyes al cante, Diego del Morao a la guitarra, Bernardo Parrilla al
violín, Patricia Valdés al baile, Tate Núñez y Diego Montoya a las palmas, y
David Peña Dorantes al piano como colaboración especial. En la segunda parte,
José Anillo al cante y Andrés Hernández Pituquete a la guitarra, Carmen de la
Jara al cante y Juan José Alba a la guitarra, Felipe Scapachini al cante y
Adriano Lozano a la guitarra, y Ale Silva al cante y Juan José Alba a la
guitarra. Al baile, Rosario Toledo con Miguel Rosendo, y Emilio Florido al cante
y Juan José Alba a la guitarra. Además, la comparsa 'Los irracionales'. Las
entradas ya están a la venta en las taquillas del Teatro Falla y en
Tickentradas.com. La programación comenzará con una mesa redonda sobre El Beni
el lunes 18 de diciembre a las 20.00 en el Centro Municipal de Arte Flamenco La
Merced. Con Tamara García, periodista de Diario de Cádiz, como moderadora,
participarán Juan José Téllez, José Luis Ortiz-Nuevo, Cristina Cruces, Javier
Osuna y José Jiménez Rebujina. El día siguiente en el Salón de Plenos del
Ayuntamiento se presentará el libro Un genio surrealista: Beni de Cádiz,
flamenco popular y moderno, coordinado por Alberto Romero Ferrer y Francisco
Dodero Martín. Dodero aclaró que no se trata de una biografía, más bien "de la
trayectoria artística de El Beni a través del tiempo". Una calle en El
Mentidero, su barrio natal Paco Dodero, de la asociación El Buen Compás,
recordó la petición que en su día hizo este colectivo al Ayuntamiento de Cádiz
para dedicar a El Beni una calle en su barrio, El Mentidero. "Creo que el
Consistorio ha acogido muy bien la demanda y esperemos que en su día se haga
realidad", señaló. Aclaró que si bien el cantaorya tiene una calle en Santa
María, la misma se encuentra en un sitio "difícil de encontrar porque está como
plazoleta en el centro de la calle de Chano Lobato, pero no se le dio mucha
difusión porque la familia ni tuvo conocimiento de eso". Dodero recordó que lo
mismo que Chano y Pericón tienen calles en sus barrios, Santa María y La Viña
respectivamente, El Beni debe tenerla en el suyo.
Cantaores, promotores y representantes de colectivos flamencos posando ayer
junto a la edil de Cultura, Eva Tubío, en el balcón del Ayuntamiento J.M.
SÁNCHEZ REYES - Cádiz, 23 Noviembre, 2017
Muere el humorista Chiquito de la Calzada a los 85 años en Málaga
Cantaor durante
medio siglo, Gregorio Sánchez logró enorme popularidad gracias a un programa de
chistes en televisión.
El
humorista Gregorio Esteban Sánchez Fernández, más conocido como Chiquito de la
Calzada, ha fallecido la madrugada de este sábado a los 85 años en Málaga, han
informado a Efe fuentes sanitarias del Hospital Regional de Málaga, tras haber
sido sometido el viernes a un cateterismo cardíaco. Chiquito de la Calzada había
sufrido hace dos semanas una angina de pecho que motivó su ingreso. Décadas
antes de que Chiquito de la Calzada popularizase, en el verano de 1994, con 62
años, expresiones descacharrantes como “¡Fistro!”, “Pecador de la pradera”, “¿Te
dah cuen?” o “Jaarl”… en sus intervenciones en el programa de televisión Genio y
figura, de Antena 3, Gregorio Sánchez (Málaga, 1932) era un jornalero del cante
jondo que había empezado en los tablaos con ocho años (de ahí lo de Chiquito).
Fernández nació “después de los dolores”, como solía decir, en una zona de la
ciudad malagueña llamada La Calzada de la Trinidad. Hijo de electricista, fue el
segundo de tres hermanos. Chiquito se fogueó, “con muchas fatiguitas”, en la
época en que los cuadros flamencos daban gusto a los señoritos andaluces en
interminables noches de juerga. Llegó a acompañar a Camarón de palmero y como
cantaor actuó en algunos de los principales teatros de Madrid. Hizo bolos en el
extranjero, incluso en Japón, donde llegó a vivir dos años acompañando a figuras
del flamenco. “Lo pasé muy mal”, había declarado. “Dormía con un cuchillo porque
una vez me robaron la cartera, y era carísimo, una barra de pan costaba como un
empaste”, contaba con la misma gracia que mostraba en los platós. Sin embargo,
tuvo que ser la televisión la que lo catapultó a la fama en Genio y figura. Fue
el productor y director Tomás Summers quien lo descubrió durante una comida en
la que oía en otra mesa a alguien contando chistes sin parar.
Chiquito de la Calzada protagonizaba
divertidas interpretaciones en las que empalmaba un chiste tras otro mientras
caminaba dando pasos largos y saltitos de un lado al otro del escenario. Sus
movimientos, sonidos guturales y juegos de palabras difíciles de entender
atrapaban a los espectadores. Una vis cómica que estaba más en cómo contaba los
chistes, alargados hasta el extremo. Los televidentes amaron aquel fenómeno
trajeado, de cara simpática, calvo y con patillas largas, que derramana un
estilo entre lo surrealista y lo casposo. De inmediato le surgieron muchos
imitadores, en público y en privado, incluido el rey Juan Carlos, como aseguró
en una entrevista. Él admiraba a Cantinflas, del que le gustaba “cómo movía el
culillo”, decía. En sus puestas en escena, Chiquito tiraba mucho de
improvisación. Sus dichos y chascarrillos le venían a la mente mientras caminaba
y hablaba solo por las mañanas en su casa del paseo marítimo de Málaga. Entonces
anotaba en un pequeño cuaderno esas frases que le servían como arranques de sus
gags. Meses después del pelotazo de Genio y figura, que en una emisión llegó a
reunir cinco millones de espectadores, se lanzó un vídeo con sus mejores chistes
que generó tres millones de euros en ventas. El showman Andreu Buenafuente
subrayaba que, "pasado el momento friki, llegó el cariño y el respeto por
Chiquito". Fue lo que suele calificarse un fenómeno sociológico, que él vivió
como "una experiencia maravillosa", dijo. "Me ha dado en muy poco tiempo la fama
que me negaron los escenarios en 50 años". Al galope de aquella popularidad,
Chiquito participó en programas de radio, fue pregonero en su ciudad y se
multiplicó en galas y actuaciones en fiestas de pueblo y privadas. Más allá del
escenario, Chiquito se colaba en cualquier reunión de amigos con ganas de
juerga, en la que se contaban sus chistes: "Me he comido un solomillo más duro
que el wonder bra de la Dama de Elche". Así, le llegó la oferta para hacer cine.
En 1996, protagonizó la infumable pero exitosa Aquí llega Condemor, de Álvaro
Sáenz de Heredia, ambientada en el Oeste. Con el mismo director repitió al año
siguiente en Brácula: Condemor II y Papá Piquillo (1998). Después hizo cameos en
Franky Banderas (2004), de José Luis García Sánchez, y El oro de Moscú (2003),
de Jesús Bonilla; participó también en Torrente 5 (2014), de Santiago Segura,
otro de sus seguidores. Además de en programas de entretenimiento, en televisión
se le pudo ver en las series Señor alcalde (1998), de Telecinco, y ¡Ala... Dina!,
de TVE, emitida en 2000. Aunque, como curiosidad, su primera y brevísima
presencia televisiva fue de palmero en un episodio de la popular serie
estadounidense Vacaciones en el mar (The Love Boat), en 1985. Chiquito, que ya
llevaba años retirado, vivía solo y entristecido desde que, en marzo de 2012,
había fallecido su esposa, Josefa García Gómez, con quien estuvo más de 50 años.
"Pepita era mis pies y mis manos, lo era todo, lo perdí todo". El matrimonio no
tuvo hijos. El pasado 14 de octubre, fue ingresado en el Hospital Regional de
Málaga, tras ser rescatado por los bomberos, que entraron en su casa, alertados
por la familia, que no lo localizaba. El humorista estaba en el suelo sin poder
moverse por una caída. Como no podía ser de otra forma, Chiquito se tomó con
humor su percance. En una cuenta de Twitter atribuida al humorista, publicó que
había tenido “una pequeña caidita de Roma, pero la cosa pinta bien”. Tras
recibir el alta, recayó dos semanas después por una angina de pecho, hasta su
fallecimiento, ocurrido este sábado. Con Chiquito de la Calzada y su humor
blanco y popular se marcha un hombre para quien lo importante era "Haceles
felices a ustedes!”.
MANUEL MORALES- 11 NOV 2017
La voz
de la tierra
Génesis García
Gómez completa y pone al día su biografía del cantaor de la Puebla, fallecido el
año pasado
El
capítulo más interesante, tanto de este libro como de la propia vida (pública,
artística, queremos decir, naturalmente) de José Menese son los años 60. Años de
formación y de maduración artística. Menese es un cantaor prácticamente hecho
desde sus primeros registros con Melchor de Marchena y su obra más duradera es
la que registró con el mítico tocaor. Los primeros epés, que reeditó en 2001 El
Flamenco Vive con el título de 20 cantes (1963-1975), nos muestran un cantaor
casi adolescente con una ferocidad vocal asombrosa, desgarrado y ambicioso, pero
al mismo tiempo austero, pulido. Y con la guitarra asombrosa de Melchor de
Marchena y sus silencios característicos. Por supuesto se trata del repertorio
mairenista al que Menese se mantuvo fiel durante toda su trayectoria como
cantaor. Por eso buscó como cómplice al guitarrista habitual, y favorito, de
Antonio Mairena. No habría evolución artística en su arte sino simplemente la
suma de nuevas y fantásticas obras, y nuevas letras, escritas por su mentor,
Moreno Galván, en uno de los corpus jondos más extensos e interesantes de la
historia del flamenco contemporáneo. A estos primeros epés siguieron los álbumes
Cantes de José Menese (1965), Cantes flamencos básicos (1967), Menese (1968) y
Renuevos de cantes viejos (1970) todos ellos con la guitarra de su admirado
Melchor de Marchena. Son los años, nos cuenta García Gómez, de su viaje a Madrid
y su deslumbramiento ante la gran ciudad, la noche, la intelectualidad de la
generación del 50 con la que compartió inquietudes y vino: Caballero Bonald,
Chumy Chúmez, Antonio Gala, Fernando Quiñones, Luis Rosales, Alberti, Guinovart,
Eduardo Arroyo, Colita y un largo etcétera con Francisco Moreno Galván como
Pigmalión, como titula su autora a uno de los capítulos de esta obra. El propio
Menese declara en el libro que Moreno Galván lo modeló: Galván tenía en su
cabeza mucho cante flamenco y concibió la idea de crear flamenco ideal. Y lo
creó. Menese fue, en este sentido, el intérprete ideal para Galván. El Pigmalión
puso la fuerza apolínea, la constancia, el estudio, en tanto que Menese aportó
la entrega dionisiaca. Por eso fueron, hasta le muerte de Galván, una pareja
perfecta. Desaparecido Galván, Menese tan sólo realizó un disco con textos
ajenos, su última grabación, ' mis soledades voy (2005), sobre poetas del
barroco hispano. EN OCASIONES ES EL PROPIO CANTAOR EL QUE TOMA LA PALABRA PARA
CONTAR SU HISTORIA Muchos de estos intelectuales, que también quedaron
deslumbrados por la fuerza arrolladora del cantaor, participan en esta biografía
de viva voz ya que la escritora realizó una cantidad ingente de entrevistas para
la primera edición de este libro. Era una edad de oro, tanto del cante como de
la intelectualidad hispana, que pasó a mejor vida con la transición. Una vida
mejor de intelectuales y cantaores comprometidos a acomodados y hasta
desencantados porque la libertad por la que lucharon, a veces desde sus
escritorios, otras desde la calle o las cárceles, no era a la postre lo que
esperaban. En los setenta la fórmula seguirá siendo la misma, con hitos como el
famoso recital José Menese en el Olympia, editado en LP también, aunque el
cantaor resta importancia en esta obra al hecho de actuar en la mítica sala
parisina. Las letras se hacen más directas e incluso encontramos álbumes
conceptuales y narrativos como el controvertido Andalucía: 40 años (1978) un
resumen de la vida rural en el sur de España durante el franquismo. La
popularidad de Menese resistió al desafecto político de los ochenta y noventa,
en los que siguió registrando álbumes enjundiosos como La Puerta de Ronda (1987)
o Firme me mantengo (1991) y siendo una estrella de los festivales andaluces y
uno de los cantaores más populares en Madrid. La presente es una obra
inteligente y honesta que, publicada por vez primera en vida del cantaor (1996),
no elude aspectos íntimos de la personalidad de su protagonista, como sus amores
o sus complejas relaciones con su mentor, que, nos cuenta García Gómez, no
acudió a su boda. En muchas de sus páginas es el propio cantaor el que toma la
palabra para evocar tiempos pasados o para ofrecer contundentes opiniones sobre
los temas más diversos: política, cante, letras o la tensión entre la tradición
y la vanguardia.
JUAN VERGILLOS - 10 Septiembre, 2017 - El cantaor de La Puebla de Cazalla José
Menese (1942-2016) en un recital.