KIKO VENENO

 

ENTREVISTA A KIKO VENENO

 

 "Lo de flamenco patrimonio me suena a panteón, a muerto"

 

El músico presenta mañana en la Sala Vivero su nuevo disco en solitario, 'Dice la gente', después de cinco años de ausencia

Inquieto y de verbo lúcido, Kiko Veneno (Gerona, 1952) se considera un optimista "por naturaleza". Sabe que corren tiempos "mortecinos" para la música, pero nada le ha impedido editar su décimo disco en solitario, después de cinco años de ausencia. Dice la gente suena mañana en la Sala Vivero, dispuesto a demostrar que la música callejera "de Andalucía la baja", sigue renovándose.

Vuelve a la Vivero a presentar nuevo disco, ¿qué le dice Málaga?

Málaga para mí siempre ha sido muy importante desde que empezara con Veneno y por la amistad con Tabletom. El público siempre ha sido muy popero y vanguardista. Es un sitio de entendidos.

Éste es el décimo trabajo de su carrera y dicen que además el más redondo, ¿lo ve así?

Es un disco completo pero yo no voy a decir que es el mejor, que lo diga la gente (risas). Son tiempos malos para la música, y las cosas musicales tienen tan poco prestigio y repercusión. Esa devoción y afición por juntarse y escuchar el disco de tal o de cual se ha perdido. Pero hay que corresponder con lo que sabemos hacer. Y trabajar con la misma dedicación.

¿Sacar un disco tal y como está el panorama es una osadía?

Estábamos acostumbrados a que las discográficas nos financiaran los discos y ahora te lo tienes que hacer tú todo. Me he rodeado de mis músicos, con los que suelo estar en los conciertos, hemos grabado casi en directo y hemos compartido los procedimientos y la paciencia. De lo único que me quejo es de no poder hacer un disco cada año.

Habrá que echarle imaginación...

El otro día hablé con Javier Ojeda y pensamos hacer un disco con versiones de Bob Dylan. Pero el problema es que no hay presupuesto. Por eso a los músicos nos gusta cuando cuentan con nosotros hoy para algún proyecto, es una forma de ponernos a prueba y eso gusta.

¿Su nuevo trabajo es también una forma de reivindicarse como músico?

Es la única posibilidad de seguir trabajando, es como una célula de identidad. Significa que estás vivo y sigues creando, que es lo menos que puede esperar la gente de ti. Se hace con menos frecuencia, pero intentando poner toda la carne en el asador.

En este álbum incluye una versión libre de un tema de Leonard Cohen, Bird on a wire...

La he hecho muy rumbera, sureña, más bien de Andalucía la baja, tirando pa' Utrera (risas). Para mí Cohen es un grandísimo escritor y músico. Lo vimos el año pasado cuando estuvo en Granada.

Después de 34 años de carrera, ¿cómo se consigue innovar?

No es fácil. En este disco lo he conseguido porque al sacar menos discos te lo ponen más fácil, no te da tiempo a repetirte. Esa faceta mía siempre ha estado ahí, de investigador, de buscador, más que conseguidor. Tengo una inquietud de buscar nuevos sonidos, texturas nuevas y yo creo que eso es lo que la gente aprecia de mí.

¿Aplaude la distinción del flamenco como Patrimonio de la Humanidad?

No. No me ha gustado nada. Me huele a panteón. Eso se hace con las cosas que están muertas, a las que están vivas no les hace falta ningún reconocimiento. Para lo único que puede servir es para tumbarnos más al sofá. Si ya estábamos muy poco pendientes de cuidar los manantiales del flamenco, ahora menos porque nos vamos a creer que ya está todo hecho.

Se acaba de ir Morente, por el que usted sentía admiración y al que solía tener cerca. ¿Tuvo en vida su justo reconocimiento?

Él transmitía mucha búsqueda y convocaba a mucha gente, despertaba mucho interés todo lo que hacía. Quedan ahora unos años en los que van a salir muchas grabaciones, pero básicamente ya reconocemos todo lo que ha hecho. Y eso explica la conmoción social que ha provocado, porque él tenía ese impacto cultural. No va a ser más grande ahora. Se había convertido en una voz del pueblo y todo el mundo le reconocía su mérito y valor. Buscaba nuevos horizontes casi siempre desde los viejos solares.

¿Y que queda de aquel Veneno junto a los hermanos Amador?

Hicimos un largo camino, creando una música que a su vez era deudora de los Smash y de otros que vinieron antes. Dio sus frutos y continúa su camino.

Hace unos años la revista Rock de Luxe lo nombraba mejor disco de la historia del pop en español, ¿le viene grande?

Lo agradezco pero me parece una exageración. Fue muy importante en su época pero no hay que hacer mucho caso a las etiquetas.

Se habla ya de una escuela venenosa, ¿a qué se refiere?

A esa música callejera como la que hacen hoy Los Delinqüentes por ejemplo, música renovadora que viene del flamenco y del rock, con imaginación, surrealismo y fantasía.

¿Se enorgullece de ser pionero?

Claro que sí. Andalucía tiene mucha prestancia musical, peso cultural. Cuando la gente aplaude transmite un entusiasmo popular.

Ha fundado el grupo G5 con Tomasito, Muchachito y Los Delinqüentes, ¿os une el mismo sentido de la música?

Sí, Tanto Jairo, como Delinquentes provenientes de esa escuela. Aunque no montamos este grupo por revitalizarla, sino por hacer algo nuevo y mirar hacia adelante. A ver que nos depara el futuro. Yo estoy preparado para seguir haciendo cosas juntos.

¿Qué le ha provocado la malograda Ley Sinde?

No es fácil de definir con pocas palabras, es un tema complejo. Parece que hay un malo que es la SGAE. Como si bastara con encontrar un tonto al que pegarle la bofetada para que los niños se rían. Y no debemos caer en eso, me parece infantil. Los derechos de autor son parte importante de la cultura. Y el medio no puede ser más relevante que el contenido. Está muy bien que exista Internet pero hay que buscar una forma para que se puede vivir del arte. Cuesta mucho hacer un disco, escribir un libro o pintar un cuadro. La sociedad tiene que buscar una fórmula de recompensarlo, porque si es gratis nadie lo va a querer hacer. Tendría que ser una sociedad utópica donde la gente regalase su trabajo pero no es el caso.

¿Cómo interpreta todo esta polémica?

Percibo un ataque a la cultura. La gente dice con mucha ligereza cosas sobre los creadores. ¿Por que tenemos que vivir de una canción toda la vida? Y no es así, se cobra unos años según un pacto social que se considere justo. Bien negociado y modulado. Hace 20 años se vendía millones de discos y ahora se ha venido todo abajo. Pero eso no nos puede hacer perder conceptos muy claros. La cultura es el único sector que hoy tiene algo que decir para enfrentarse a este mundo.

El poder de la cultura frente a otros poderes fácticos...

Los ciudadanos no presentamos hoy ninguna oposición porque estamos muertos. Y la cultura es un campo de batalla importantísimo. La cultura como profesión y como necesidad social.

 

Rocío Armas / Málaga | Actualizado 06.01.2011 - Kiko Veneno edita su décimo disco en 34 años de trayectoria musical, abierto a los sonidos callejeros de Andalucía la baja.

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