ANTONIO DE CANILLAS
ENTREVISTA A
ANTONIO DE CANILLAS
ANTONIO DE CANILLAS: “LOS FLAMENCOS NO SE RETIRAN, SE LOS LLEVA DIOS”
A sus 77 años ha pisado mil y un
escenarios, es historia viva, una institución, el decano de los cantaores de
Málaga, creador de la saeta malagueña, y ayer mismo se subió por enésima ocasión
a un escenario, el de la Peña El Gallo de Mijas para ofrecer todo lo que le
queda, que es mucho. Su actuación enmarcada dentro del circuito ‘Nos vemos en tu
Peña’ de Málaga en Flamenco fue una lección magistral ante no más de 50
personas, Canillas sonó dulcísimo por malagueñas, cantiñas, seguiriya, milongas,
cartagenera, taranta, fandangos y cantes del Piyayo. Estuvo bien acompañado a la
guitarra por Manolo Santos. Este mes de agosto, la Diputación le tributó un
homenaje en su pueblo natal y se editará su biografía.
¿Con todos los años que lleva trabajando qué le
sigue motivando para subirse a un escenario?
Lo sigo pasando bien. Me siento feliz cuando subo al escenario y a fin de cuentas, es mi modo de vida. Todavía respondo bien, e incluso tengo la voz mejor.
¿Cómo y cuándo fue la primera vez?
En Melilla, yo estaba en regulares, como voluntario, en el año 47. Estaba de
asistente del teniente y no tenía mucho que hacer. Entonces llegó un circo a
Torres Quevedo y convocaron un concurso de cante. Me presenté y me llevé el
primer premio, 800 pesetas de la época, que era un dinero.
¿Qué tenía entonces cuando empezó que no tiene
ahora y viceversa?
Entonces tenía otra voz y otra fuerza. Ahora tengo la experiencia de saber
llevar los cantes a su sitio y ahora, la gente te conoce porque cantabas de hace
mucho. Algunos se alegran una barbaridad de verte actuar cuarenta años después.
Eso es bonito.
En su trayectoria profesional
ha coincidido con muchos artistas, ¿quién de todos ellos le ha impresionado más?
Muchos, todos tenían lo suyo, Valderrama, El Pinto, Marchena, Canalejas, Varea,
Vallejo, que recuerdo que lo ví ya muy viejecito una vez en Melilla también.
Muchos de ellos se retiraron cantando, La Niña de la Puebla, Valderrama...Los
flamencos no se retiran, se los lleva Dios.
Y de premios o reconocimientos, le ha quedado la
espinita de alguno...
No. Tengo muchos, el primero en Sevilla de saetas y unas quince veces que habré
ganado el mismo en Málaga, La Unión en Cartageneras...
¿Y qué le parecen los
concursos?
No me gustan los jurados de hoy en día. Dan premios por capricho. Los jurados
deben formarlos gente que sepa más de cante, no hace falta que sean
profesionales pero que sepan distinguir, por lo menos.
La afición al cante también ha
pasado por diferentes etapas desde que usted canta. De haber auténtica fiebre
por determinados espectáculos, a algo más moderado, crisis, revoluciones, ¿algo
cíclico?
No hay la afición de antes, eso es seguro. Pero hay iniciativas importantes como
la que ahora impulsa la Diputación con Málaga en Flamenco, con Salvador Pendón a
la cabeza que es un salvador de verdad porque le está dando mucho trabajito a
los flamenquitos. Pero luego también hay cosas que van contra la afición. No se
puede estar toda la tarde dando fandangos en la tele, como hace Canal Sur, debe
haber algo más de variedad. Eso aburre y el flamenco es muy rico para limitarlo
a los fandangos. No hay mucha juventud interesada ahora.
¿Qué me dice también del
triángulo geográfico andaluz del cante? ¿Han estado Málaga y sus artistas
considerados lo suficiente con respecto a los nacidos en estos límites?
No. Yo he tratado de llevar el cante de mi tierra, de Málaga, siempre como
bandera. Fuera de Málaga sólo conocen la malagueña de El Mellizo y están las
jaberas, Juan Breva, Piyayo, Repompa. No se han promocionado lo suficiente
¿Se le adjudica el título de
creador de la saeta malagueña, ¿cómo es eso?
He creado un poco, a mi siempre me han gustado los coros de la iglesia, el canto
gregoriano, y es más melódico así todo. Yo entraba directamente por martinete,
injertándole esto a las seguiriyas.
¿Un cante por el que sienta predilección?.
Todos, si estoy bien. Pero bueno es especial en mí, los cantes de Málaga,
Levante, Granada.
Antonio Canillas acompañado por Manolo Santos
Biografía Antonio de Canillas
Antonio Jiménez
González, Antonio de Canillas, nace en 1929. Natural e Hijo Predilecto de
Canillas de Aceituno, está considerado como el más veterano de los cantaores
malagueños. Toda una institución.
Lleva más de cuarenta años dedicado al cante flamenco y cuenta en su haber con
numerosos premios nacionales de cante. Posee la Lámpara Minera del VI Concurso
del Cante de Las Minas de La Unión (Murcia).
Es un gran saetero y a él se le atribuye la creación de la saeta malagueña. La
interpretación de cada uno de los palos vernáculos es, en su voz, magistral. Son
muy consideradas por los aficionados sus colaboraciones en Rito y geografía del
Cante, Magna Antología del Cante Flamenco, Cultura Jonda y Sabor a Málaga.
Los años, más que mermar, han acrecentado su calidad interpretativa, conservando
sus registros con la nitidez y el esplendor que siempre le ha caracterizado.
La veteranía y dominio de este laureado cantaor malagueño ha sido uno de los
importantes reclamos del espectáculo ‘Paisanos’, una producción estrenada en la
I Edición del Festival ‘Málaga en Flamenco’ organizado por la Diputación de
Málaga.
Recientemente ha participado en el ciclo ‘Los Jueves de la Crítica’ de Málaga en
Flamenco y recibió este mes de agosto el homenaje merecido a su trayectoria por
parte de la Diputación Provincial, además de editársele una biografía que ha
realizado Gonzalo Rojo.
Entrevista y fotografías cedida por Francisco José Mármol Collado, director de
El Arte de Vivir el Flamenco © 2003 |