MIGUEL DE MOLINA
MIGUEL FRIAS DE MOLINA, cantante payo de la Canción Española, conocido mundialmente con el nombre artístico de MIGUEL DE MOLINA, nació en Málaga el 10 de abril de 1908 y murió en Buenos Aires el día 5 de Marzo de 1993, hijo de una familia humilde vino al mundo en una Andalucía donde habitaba la pobreza, los terratenientes, el clero de la época, la superstición...y todo ello suponía un caldo de cultivo para provocar una guerra civil como ocurriría posteriormente. Su padre era epiléptico y pasaba los días postrado en la cama. El pequeño Miguel aprendió muy pronto que la vida iba a ser dura para él. Rodeado siempre por mujeres (su abuela, su madre y sus cuatro tías) no fue de extrañar que a los 8 años Miguel y sus amigos organizasen un baile donde se juntaron cuatro chicos y dos chicas. Como no podían formar parejas propusieron a Miguel que se vistiese de chica, y este, con la mayor naturalidad del mundo así lo hizo. Su madre, preocupada por la educación del niño, consigue que ingrese como interno en un colegio de curas, y allí, uno de los sacerdotes, cuando Miguel acude a una de sus llamadas, intenta besarle en la boca, y el niño tímido y retraído le golpea con un tintero en la frente. Es expulsado del colegio e ingresa en otro de monjas, donde tiene una estancia más normal.
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En sus ratos libres se dedica a
vender golosinas en la calle y con el dinero que gana acude a
presenciar espectáculos de variedades que se celebran al aire
libre, y a los 13 años, cuando cree que ya ha aprendido bastante
en el colegio, decide marcharse del hogar familiar en busca de
nuevos horizontes. Llega a Algeciras y consigue trabajo en
un burdel regentado por «Pepa la Limpia», llamada así por
mantener el local como los chorros del oro y sin que allí se
produjese nunca ningún escándalo. Miguel es contratado para
ayudar en la limpieza del burdel, hacer la compra y cocinar.
Una noche, una de las chicas de la casa se mete en la cama con
Miguel, pero no consigue nada de este. Es en ese momento cuando
Miguel se plantea cual es su condición sexual, aunque la chica
le tranquiliza y achaca su impotencia momentánea a los nervios
de la primera vez. «Pepa la Limpia» y su amante invitan a
Miguel a viajar a Granada para presenciar un espectáculo
organizado por Manuel de Falla y Federico García Lorca. Desde
ese momento Miguel sentirá una gran admiración por Lorca, a
quien conocerá personalmente más adelante, aunque de una forma
superficial, pese a que ya durante toda la vida de Miguel, los
poemas de Lorca le acompañaran en todo momento. Cansado de
trabajar en el burdel de Pepa Miguel viaja a Tetuán y de allí a
Granada donde organiza espectáculos para los turistas, aunque
él, todavía no haya descubierto su vocación artísticas. El
trabajo de Miguel es reclutar a turistas y llevarles a cualquier
trablao flamenco. La simpatía y el buen hacer de Miguel no pasan
desapercibido para un visitante de Sevilla, quien le convence de
que viaje a la capital hispalense que está a punto de abrir las
puertas a la exposición universal de 1929, y donde el trabajo no
le faltará.
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En
Sevilla tiene su primera experiencia sexual. Acababa de cumplir
20 años y un joven artista arabe, llamado Samido, que era la
gran atracción en la capital, es quien se lo lleva a la cama por
primera vez. Sabrá entonces Miguel de su condición de
homosexual, que nunca esconderá ni reprimirá. En Sevilla Miguel
sigue organizando espectáculos para turistas hasta que es
reclutado en 1930 para el servicio militar en Madrid. Allí
consigue se le destine a Algeciras, donde «Pepa la Limpia» mueve
los hilos de sus amistades más intimas entre el ejercito
algecireño, y Miguel es rebajado de servicio. Un año después se
proclama la república y es entonces, cuando Miguel Frías se
decide a dedicarse profesionalmente al mundo del espectáculo. Se
convierte a partir de ese momento en Miguel de Molina y
populariza canciones como «El día que nací yo» y «Ojos verdes».
Al mismo tiempo obtiene un gran éxito bailando el «Amor Brujo».
Miguel de Molina es un artista de composturas muy finas pero no
amaneradas. Rompe moldes utilizando chaquetillas muy ajustadas y
floreadas que marcarán su personalidad. Miguel triunfa en
Madrid, pero será en Valencia donde alcance su madurez
artística. Recorre casi las poblaciones valencianas actuando en
teatros de Alicante, Castelló, Sueca, Xàtiva, etc. El estallido
de la guerra civil le coge rodando su primera película en
Barcelona, y que nunca sería estrenada. Miguel de Molina vuelve
a Valencia donde adquiere una casa para vivir junto a su madre.
Es reclutado por el bando republicano para un servicio militar,
pero su condición de artista le permite ser elegido para actuar
por los pueblos y ciudades ante las tropas republicanas. Miguel
de Molina declararía que cuando vio la película «Ay Carmela», le
recordaba los tiempos en que él hacía lo mismo: levantar los
ánimos del ejército republicano. En Teruel actúa en el frente de
guerra y en mitad de la actuación sufrieron un ataque de las
tropas de Franco, que finalmente logran entrar en Valencia. En
ese momento se le recomienda a Miguel de Molina que asista a
recibir a las tropas franquistas en la capital valenciana si no
quiere tener problemas, y Miguel asustado, asiste a la entrada
junto a otros artistas que son colocados en una tribuna, siendo
obligados a realizar el saludo fascista.
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EL LARGO CALVARIO DEL ARTISTA
En la España ya franquista Miguel de Molina
recibe la visita de un empresario, miembro del Movimiento, quien le obliga a
firmar un contrato para actuar por toda España a cambio de 500 pesetas por
actuación, cuando anteriormente llegó a cobrar 5.000. Si no acepta las
condiciones, se le prohibirá trabajar y su pasado como artista en las tropas
republicanas le pasará factura. Miguel manifestó siempre que sus ideas eran las
del respeto mutuo y la libertad de todos los hombres, pero la época no entendía
de esta filosofía. Cuando lleva un año junto a otra compañera actuando para este
empresario, aunque sabe que detrás hay alguien más importante, decide no renovar
el contrato y así lo comunica a su interlocutor. Recibe esa noche una visita de
tres individuos que le obligan a subir a un coche manifestándole que tienen
orden de llevarle a la Jefatura Superior de Policía en el Paseo de la
Castellana. Pero el vehículo seguirá hasta un descampado donde Miguel de Molina
es brutalmente torturado: le arrancan el pelo a jirones, le rompen varios
dientes y le desfiguran completamente la cara mientras le gritan «esto por rojo
y maricón». Miguel piensa que van a matarle y de hecho escucha algunos
disparos mientras pierde el conocimiento. Cuando despierta está solo en mitad
del descampado y como puede consigue parar un coche que le llevará a su casa en
Madrid. Su negativa a actuar para el empresario le ha costado muy cara. Recibe
una notificación para ser confinado en Cáceres y de ahí pasará a Buñol, donde se
le prohibe trabajar. Levantado el confinamiento y de nuevo viviendo en Valencia,
Miguel de Molina recibe una invitación para actuar en Zaragoza y tras está
actuación le vuelven a prohibir que pueda trabajar. Es entonces cuando el
artista visita frecuentemente Xàtiva.
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SU RELACION CON XÀTIVA
Miguel de Molina acude a Xàtiva donde se hospeda
en el Hotel Españoleto. Participa en las tertulias que varios
amigos organizan en el Bar Moncho y establece una muy buena
amistad, entre otros, con los padres de Miguel Mollá, a quien
precisamente se le pone el nombre de Miguel en honor de Miguel
de Molina. También el artista visita frecuentemente a
Joaquín (Ximo el de la Malla) y a su mujer Encarna Insa (hermana
de Pepe Reig), con quien pasa largas veladas en su chalet de
Bixquert. Miguel de Molina subía andando hasta el chalet y por
el camino no paraba de cantar. Encarna conserva dos fotografías
dedicadas de Miguel de Molina (que se reproducen en estas
páginas) enviadas durante su posterior estancia en Buenos Aires.
En ambas les recuerda la amistad que mantienen y en una de ellas
se lee en el adverso que «estoy bien. Triunfando y ganando mucha
plata a Dios gracias. Os envio un abrazo desde Buenos Aires».
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EL EXILIO A BUENOS AIRES Y SU
EXPULSION
Miguel de Molina, cansado de las
prohibiciones para poder actuar, y con la urgente necesidad de
ganar dinero, consigue de un amigo un pasaporte para viajar a
Buenos Aires, quien además le acompaña para cruzar el charco y
vivir en él. Es el año 1942 y el artista acaba de cumplir 34
años. En la capital argentina triunfa allá donde actúa y
adquiere una casa en propiedad que va llenando con sus múltiples
pertenencias adquiridas con el dinero que va ganado. Sin embargo
un día recibe una orden de que debe abandonar el país, por orden
de la embajada española, sin más explicaciones. Pero antes
pasará siete días en la cárcel y cuando sale para ser embarcado
rumbo a España le habrán quitado todo el dinero que tenía, así
como sus pertenencias de la casa: cuadros, joyas, antigüedades,
marfil, etc. Precisamente será su amigo, y quien le consiguió el
pasaporte, uno de los que más le expoliaron. Miguel de Molina
estaba predestinado a estos desengaños. Cuando vuelve a España
se ve obligado a malvivir y descubre que todas sus desgracias:
la explotación en las actuaciones durante los primeros años del
franquismo, la paliza, la prohibición de actuar, su expulsión de
Buenos Aires, etc. se deben a un mismo personaje: un alto
funcionario de Asuntos Exteriores del gobierno de Franco al que
no conoce ni ha visto jamás. Un alto funcionario que además es
homosexual y quiso destrozar a Miguel de Molina probablemente
por que él quiso ser como el artista y nunca lo consiguió.
Viaja entonces a México y vuelven los problemas. Miguel de
Molina está teniendo un notable éxito allá donde actúa, pero los
teatros son controlados por un sindicato que preside Jorge
Negrete. Algunos enviados avisan a Molina que debe someterse a
las leyes que marca Negrete, pero Miguel se niega. A partir de
ahí se le intentan «reventar» algunos espectáculos; colocan
petardos en sus actuaciones e incluso una de ellas es
interrumpida con grandes gritos por el secretario de Negrete: ni
más ni menos que Mario Moreno «Cantinflas». El gobierno de
Argentina ha cambiado y Miguel de Molina recibe una llamada de
Eva Perón para que actúe en Buenos Aires en un festival
benéfico. Hasta allí viaja Miguel y le cambia la vida. Firmará
contratos con multitud de empresarios y vive 14 años. En 1957
vuelve a España y recorre toda la geografía española actuando,
aunque tiene que aguantar todas las crónicas que en su contra se
escriben por su condición de homosexual y republicano. A los 52
años se retiró del mundo del espectáculo. A finales de 1992 a
los 84 años, y cuando ya vivía de nuevo en Argentina el rey Juan
Carlos I le otorgó, por medio de la embajada, la Orden de Isabel
la Católica, el embajador, en nombre del rey dijo que «Miguel de
Molina se lo merece. Ha sido el mejor en el renacer actual de la
copla y sigue siendo el maestro indiscutido de todos. Sirva esta
medalla de sentido reconocimiento y homenaje a su entrañable
labor representando lo más noble y profundo de España».
Miguel de Molina manifestó entonces que desde 1940 a 1992 habían
pasado 52 años, «es cierto que en España, gracias a la
democracia, a su majestad y al pueblo, se barrió el fantasma de
Caín...pero yo sentía que esa reparación, que quería
simbolizarse en la medallita, me llegaba demasiado tarde. De
1940 a 1992 España tardó cincuenta y dos años en darse cuenta de
que habían tronchado la vida de un hombre que hubiera querido
crecer artísticamente y desarrollarse en la tierra donde nació,
sin ser ingrato con la Argentina que me cobijó». Tres meses
después la muerte le sorprendió en su casa de Buenos Aires.
Estaba punto de cumplir 85 años y dicen que como en su famosa
copla, hubiese querido cantar como despedida a la sociedad; «Na
te pido, na te debo». Sus restos descansan en un panteón del
cementerio porteño de la Chacarita, en Buenos Aires, muy lejos
de la luminosa Málaga que lo vio nacer. Ante su tumba
siempre hay flores.
Articulo aparecido en la excelente revista en Internet:
www.xatired.com/laciutat a cuyo director Vicent
Soriano agradecemos la presente información
EL
CANTANTE FALLECIÓ EN 1993 Miguel de Molina 'descansará' en Málaga
Sus restos están en el cementerio
de la Chacarita, en Buenos Aires Serán repatriados a su ciudad natal por la
celebración del centenario
MÁLAGA.- Los restos mortales del artista malagueño Miguel de Molina, que
actualmente están en el cementerio de la Chacarita, en Buenos Aires, serán
repatriados a su ciudad natal con motivo de la celebración del centenario de su
nacimiento Un panteón que ya está habilitado en el cementerio de San Gabriel en
Málaga será el lugar donde se depositen, según ha informado el presidente de la
Diputación, Salvador Pendón (PSOE), cuya institución financiará los gastos. Se
trata de un acto "cargado de simbolismo" que se enmarca dentro del conjunto de
actuaciones de recuperación de la memoria histórica que está llevando a cabo la
Diputación, ha dicho Pendón. Para la repatriación de los restos, se ha contado
con la colaboración del Ayuntamiento bonaerense y de la familia del cantante.
Para Pendón, Miguel de Molina, que fue nombrado hijo predilecto de la provincia
de Málaga a título póstumo el año pasado, "es casi el último exiliado que vuelve
a su tierra" y, aunque "desgraciadamente no pudo hacerlo en vida, ahora volverán
sus restos para que sirva de recordatorio permanentemente". Ha señalado que la
repatriación de los restos del artista contribuirá a curar muchas heridas "que
quedan por cerrar" y que la Diputación "no va a escatimar esfuerzos para darle
la repercusión que merece". En el panteón del cementerio San Gabriel se colocará
una escultura del cantante que todavía no se ha decidido como será, aunque ya se
trabaja con varios bocetos.
Mártir del franquismo
Miguel Frías de Molina nació en 1908, comenzó su actividad artística en los
tablaos y de ahí pasó a actuar en pequeños teatros de Madrid en tiempos de la
Segunda República; en 1942 se exilió a Buenos Aires, donde desarrolló parte de
su carrera y donde falleció en 1993. Su popularidad comenzó antes de la
Guerra Civil con 'El testamento gitano', en el Teatro Romea de Madrid Con él
actuaron estrellas como Pastora Imperio, Vicente Escudero, Pilar Calvo, Adelita
Durán y Antonia Mercé 'La Argentina', y su fama llegó al punto más alto al
terminar la contienda, aunque después fue utilizado por el régimen franquista y
obligado por el general Luis Aranda a salir de gira por España. En su última
actuación de esta gira, en el Teatro Pavón del Rastro de Madrid, dos individuos
le recriminaron su comportamiento sexual y, terminada la gala, varias personas
le llevaron a un descampado, donde le golpearon con pistolas, le cortaron el
pelo, le hicieron beber aceite de ricino y le dejaron desmayado. Se prohibieron
sus películas, sus discos y sus actuaciones, y se le confinó en un pueblo de
Extremadura, por lo que en 1942 huyó a Buenos Aires, aunque su establecimiento
definitivo en América llegó en 1946, al comprobar que continuaba la persecución.
Considerado por muchos como el 'rey de la copla', se retiró de los escenarios en
1960 y desde entonces llevó una vida apartada en su casa bonaerense hasta que
falleció el 16 de enero de 1993 a causa de un infarto.
Actualizado jueves 17/01/2008 15:28 (CET) EFE, elmundo.es
Portada de un libro sobre
Miguel de Molina publicado en 1998.
La
repatriación a Málaga de los restos de Miguel de Molina se retrasa
La previsión de la Diputación era
trasladarlo en abril o mayo a un panteón del cementerio de San Gabriel, pero no
podrá ser así porque la hermana del cantante aún no ha dado su autorización
La repatriación de los
restos mortales del malagueño Miguel de Molina, que descansan en el cementerio
de la Chacarita, en Buenos Aires, no podrá llevarse a cabo en los plazos que
preveía la Diputación provincial, ya que todavía no lo ha autorizado una hermana
que reside en Argentina. El pasado enero en la presentación del centenario del
nacimiento del insigne cantaor, el presidente de la entidad, Salvador Pendón
anunció que la Diputación se encargaría de repatriar los restos. La previsión de
la institución era hacerlo en abril o mayo, pero finalmente no podrá ser así
porque la hermana no ha respondido aún a la carta que se le envió para que diera
su autorización al traslado, según informó el diputado provincial de Cultura y
Educación, Fernando Centeno. Hasta que se tenga este permiso, que lleva
esperando más de un mes, no se llevará a cabo la repatriación para evitar
conflictos jurídicos con la familia argentina. Una vez que se consiga el
consentimiento de la hermana, sólo habrá que esperar el tiempo que tarden las
autoridades argentinas en efectuar los trámites burocráticos, ya que se tienen
las autorizaciones de la familia residente en España, añadió Centeno. La
intención de la Diputación es repatriar los restos a su ciudad natal con motivo
de la celebración del centenario de su nacimiento, que se cumple este año. De
este modo, el reposo definitivo del cantante estará en un panteón del cementerio
de San Gabriel, que tendrá una escultura del artista. Esta actuación se enmarca
dentro del conjunto de iniciativas de recuperación de la memoria histórica que
está llevando a cabo el ente supramunicipal. Miguel de Molina nació en 1908 en
el malagueño barrio de Capuchinos. Decidió convertirse en artista cuando tenía
23 años y popularizó coplas como El día que nací yo, Triniá, Te lo juro yo, La
bien pagá y Ojos verdes. Triunfó en Madrid aunque los mayores éxitos los cosechó
en Valencia. Saltó a la fama tras participar en el Teatro Romea de Madrid en El
testamento gitano. Con él actuaron estrellas como Pastora Imperio, Vicente
Escudero, Pilar Calvo, Adelita Durán y Antonia Mercé La Argentina, y su fama
llegó al punto más alto al terminar la Guerra Civil. Pero el franquismo lo
acorraló por su pasado republicano y su condición homosexual. Terminada la
contienda, la popularidad de Miguel de Molina fue utilizada por el aparato
propagandístico del régimen y el cantante fue obligado por el general Luis
Aranda a salir de gira por toda España. En su última actuación en el Teatro
Pavón del Rastro de Madrid, dos individuos le recriminaron su comportamiento
sexual y, terminada la gala, varias personas le llevaron a un descampado, donde
le golpearon con pistolas, le cortaron el pelo, le hicieron beber aceite de
ricino y le dejaron desmayado. Se prohibieron sus películas, sus discos y sus
actuaciones, y se le confinó en un pueblo de Extremadura, por lo que en 1942
huyó a Buenos Aires. Considerado por muchos como rey de la copla, Miguel de
Molina se retiró de los escenarios en 1960 y desde entonces llevó una vida
apartada en su casa bonaerense hasta que falleció el 16 de enero de 1993 a causa
de un infarto. Sus restos fueron sepultados en el panteón de la Asociación
Argentina de Actores del cementerio de Chacarita.
Redacción/ Efe / Málaga | Actualizado 26.05.2008
Ni una biznaga para Miguel de Molina
El autor reivindica la figura e influencia del cantante
malagueño, del que se cumplen este año los cien de su
nacimiento, ante un programa de Feria que no incluye un solo
homenaje ni recuerdo en plena efeméride
YO quisiera volar con el viento / que lleva de España perfumes
de azahar / y en sus noches ser queja y lamento / jazmín y
claveles, guitarra y cantar". Así se decía Miguel de Molina
(Málaga, 1908-Buenos Aires, 1993) en una de sus últimas
canciones. La tituló Mi pena, y en ella expresaba sus profundos
sentimientos de arraigo hacia la tierra en la que nació y creció
personal y artísticamente, y la fatalidad ya intuida de que
moriría en tierra extranjera. Y así fue. Este año se le recuerda
de manera especial. Es el año del centenario de su nacimiento.
Siempre quedan desajustes en el camino en el intento de
restaurar su figura en la ciudad en la que nació y en el
recuerdo a lo que fue y supuso dentro del convulso mundo de la
cultura y el arte en la España de los 30 (años de gran esplendor
y triunfos para él) y los posteriores de la Guerra y postguerra
Civil (auténtico infierno para este artista libre, como para
tantos españoles que o bien tuvieron que marchar, su caso,
perecieron ante los ajustes de los "vencedores", o callaron para
siempre perdiendo cualquier posibilidad de seguir una vida
acorde con deseos y pensamientos propios). Esto se ha analizado
de manera amplia, certera y espléndida por muchos escritores,
pensadores e historiadores. Mi apuesta aquí va por otro camino:
el de la reivindicación constante del personaje, de la persona,
Miguel de Molina -Miguel Frías Molina-, y poner en la medida de
mis pocas posibilidades, su recuerdo y presencia entre nosotros.
Hacer justicia es más necesario en tanto al que va dedicado este
capítulo ya no tiene vida y no puede argumentar nada sobre sí.
Aún así, a él le hubiera importado un bledo ese concepto. Tenía
claro quién fue, qué fue, qué hizo y cómo lo trataron, lo
tratamos. Málaga, la ciudad abierta a todos y a todo, la
descrita por Aleixandre como "Ciudad del Paraíso", es y ha sido
para muchos de sus hijos, la madrastra olvidadiza, la contumaz
desmemoriada y desagradecida, más pendiente muchas veces de lo
nuevo que llega, congenie o no con el paisaje, que en acoger
para sí y en su infinita grandeza las apuestas de su propia
gente. Para lo bueno y para lo malo. A veces la hipérbole la
utilizamos tan descaradamente interesada (por individuos,
colectivos, instituciones, medios... aquí no nos libramos nadie)
que debería causarnos algo de pudor. En tanto dejamos pasar a
personas mejores, quizás porque esos pasan desapercibidos en el
griterío cotidiano, hacen lo que hacen, crean lo que crean , lo
exponen, lo dicen y media vuelta y a otra cosa. ¡Ay, Málaga
querida, qué memoria más frágil tienes (tenemos)! En este año
del centenario de Miguel de Molina, se ha dejado ver la grandeza
del personaje, más allá de
sus coplas, de sus éxitos, de las humillaciones a las que fue
sometido. Una grandeza que no se supo valorar en su momento, ni
después, ni ahora, según creo, y que hace de la figura del
capuchinero algo más que un destacado bailaor y cantante. Sus
relaciones con lo más granado de la intelectualidad de la España
de los años 30 demuestran que el chiquillo que salió de Málaga
con tan sólo 14 años y con una cultura básica propia de la época
y el lugar que le tocó vivir (internados, familia humilde,
palizas y castigos de curas...) era algo más que el rey de la
copla. No muchos pueden permitirse el lujo de tener entre sus
admiradores (algunos, amigos), a Lorca, Alberti, Falla, Picasso,
Rafael de León. Y por supuesto lo mejor de la escena teatral del
momento. El chiquillo pobre, del Capuchinos pobre, de aquella
Málaga pobre, llegó a ser grande, haciéndose a sí mismo.
Autodidacta brillante y genial. En este año del centenario ya se
han celebrado actividades para recordarle. La Diputación puso en
marcha de febrero a mayo una serie de conferencias y recitales
en torno a la figura de Miguel de Molina y lo cerrará en los
próximos meses con otros eventos tanto por Málaga como por la
provincia, todos en torno a recobrar la memoria de tan insigne
malagueño. Ahí estará la gira de copla en directo, con artistas
locales rindiendo homenaje al paisano, o la del Musical
Biográfico Miguel de Molina, obra de teatro que supuso la
primera apuesta y reivindicación seria que ya empezó a difundir
la figura, vida y obra del artista allá por el año 1996. Es
obvio que la iniciativa del ente supramunicipal -que ya le hizo
Hijo Predilecto de la Provincia hace dos años y en la edición de
2008 de la Ferias de los Pueblos y Ciudades, la apertura fue un
Homenaje a la figura de Miguel de Molina- ha estado a la altura
de la circunstancias. No soy yo de acusar a nadie de nada.
Primero por mi propia condición y después en previsión de ser
posible diana del donde las dan las toman toda vez que mi
fragilidad para estas cosas nunca ha estado a prueba de nada y a
estas alturas de mi vida menos aún. Pero sí al menos quiero
compartir una inquietud que lleva días preocupándome. Leyendo el
programa de actos de la Feria de Málaga para este año compruebo,
con cierto estupor, que ni en un solo hueco, rincón o detalle
aparece la efeméride de la que me hago nuevamente eco en este
artículo. Na de na. Ni un día dedicado a recordarle con cosas
tan sencillas como el nombre de una calle en el Real, o el de la
Caseta del Flamenco y la Copla (feliz idea en su momento del
concejal Maldonado y el irrepetible Antonio Rodríguez -¡Ay,
cuánto te echamos de menos, querido amigo!-), ni un guiño en los
exornos de la calle Larios, ni tan sólo un poner de acuerdo a un
grupo de artistas locales, los mismos quizá que cantarán en esos
días en la citada caseta, para hacer del repertorio de Miguel de
Molina el guión argumental para estos días. E imagino que el
gran futbolista canario, con querencia malagueña, Sandro, se
habrá percatado o le habrán percatado de que estamos en el año
en el que un ilustre artista nació en Málaga. Aunque igual le
dan ahora el chivatazo... Pues bien estaría. Ideas para
conmemorar el tan importante centenario cabrían muchas más, y
hay personas que saben y trabajan en estos menesteres que pueden
abordarlas mejor que yo en esta artículo y además cobran por
ello; como es lógico, por otra parte. Fue emotivo el acto de
ofrenda floral en el monumento erigido en honor a Miguel de
Molina en Capuchinos en el mes de abril, a instancias del
Ayuntamiento de la ciudad. Tras ese acto creí que la
sensibilidad que se dejó traslucir en las palabras pronunciadas
eran el inicio de un camino en el que la figura de Miguel de
Molina estaría aún presente en los siguientes meses y así, junto
al reconocimiento con actos en marcha del ente supramunicipal,
vendría la apuesta del ente local. Y qué mejor que la Feria,
digo yo. Pues va a ser que no. Lo lamento como malagueño pero,
si me permiten aún un poquitito más, como alguien que lleva
desde hace mas de 12 años expandiendo por infinidad de lugares
que Miguel de Molina era así, que hizo esto y lo otro, que fue
tal y cual y que... era malagueño. Se quedará en la Feria de
2008 sin tan siquiera una biznaga, pero a Miguel de Molina ya le
ofrecieron hace años otra y bien hermosa, y con música, como a
él le hubiera gustado más. Se la escribió Carlos Cano, granaíno
impagable y amante de la copla, y con su permiso yo te la
ofrezco a ti, Miguel, don Miguel Frías Molina. Ahí va esa
biznaga de olor.. ¡Ah! y gracias, paisano (tú ya sabes, las
cosas de Málaga): "Ay rosa, Málaga bella / biznaga del corazón /
donde yo aprendí a querer / donde conocí el amor...".
Actualizado 14.08.2008. Miguel de Molina, una voz eterna
ganada para la historia.
Nueve artistas pasearán la copla por la provincia en el
centenario de Miguel de Molina
La copla vive una segunda (o tercera, o
cuarta) juventud.
El
programa de Canal Sur 'Se llama copla' ha revitalizado el
público interesado en el cancionero sentimental andaluz y ese
interés creciente se traslada al aforo de los recitales. Buena
cuenta de ello pueden dar en la Diputación Provincial, que desde
2005 organiza el ciclo 'Copla en directo', con el que pasea este
repertorio por diferentes puntos de la provincia. En esta
ocasión, el evento presentado ayer por la diputada de Cultura
Susana Radío quiere enmarcarse en los actos de celebración del
centenario del nacimiento de Miguel de Molina. De este modo,
nueve artistas llevarán su voz a otras tantas localidades
malagueñas. El ciclo, coordinado por Rafael Acejo, comienza
mañana en Campillos y finalizará en Álora el próximo 19 de
diciembre. Entre ambas fechas, pasará por Villanueva de Algaidas
(16 de noviembre), Ronda (18), Periana (22), Benalmádena (28),
Pizarra (8 de diciembre), Málaga capital (11), Mijas (12) y
Alhaurín de la Torre (18). Tal y como explicó ayer la
institución provincial, en cada actuación participarán tres
cantantes, si bien la gala prevista en la sede de la Diputación
el 11 de diciembre está programada la intervención de los nueve
participantes en el ciclo: Eva Román, Celia, Rosa Palomo,
Lorena, Juanma Jerez, Raquel Framit, Javier Tapia, Macarena y
Alicia Fernández
SUR.es 14-11-2008
Miguel de Molina
no descansará en Málaga
La Diputación ha renunciado a repatriar los restos del
artista malagueño al no autorizar el traslado su familia en Argentina pese a que
tenía el permiso de los familiares aún residentes en España
La
Diputación Provincial de Málaga ha renunciado finalmente a repatriar los restos
de Miguel de Molina -considerado por muchos como el rey de la copla- desde
Argentina hasta España al no autorizar la familia del artista malagueño su
traslado desde América del Sur. La institución española envió una carta a la
hermana de Miguel de Molina, Asunción Frías Molina, que no llegó a responder y
antes de la pasada Navidad la Diputación recibió una misiva remitida por un
sobrino del artista donde su hermana comunicaba su negativa a la repatriación.
Por este motivo, la diputada provincial de Cultura, Susana Radío, ha apuntado
que el organismo va a desistir de su intención de trasladar los restos, acto
incluido como uno de los acontecimientos que la Diputación tenía previsto para
conmemorar el centenario del nacimiento de Miguel de Molina. A pesar de que esta
institución tenía permiso de la parte de la familia residente en España, se ha
decidido finalmente dejar de insistir para respetar la decisión de los parientes
argentinos. Asunción Frías aseguró el pasado 23 de septiembre que "mientras
viva" no autorizará repatriar los restos del artista español, que descansan en
el cementerio de la Chacarita, en Buenos Aires. Un día después, la Diputación de
Málaga anunció que trataría de llegar a un acuerdo con la hermana de Miguel de
Molina. La intención de la institución española era repatriar los restos a su
ciudad natal y depositarlos en un panteón ya habilitado en el cementerio de San
Gabriel. Miguel de Molina nació en 1908, comenzó su actividad artística en los
tablaos y de ahí pasó a actuar en pequeños teatros de Madrid en tiempos de la II
República; en 1933 saltó a la fama tras participar en el Teatro Romea de Madrid
en El testamento gitano. Con él actuaron estrellas como Pastora Imperio, Vicente
Escudero, Pilar Calvo, Adelita Durán y Antonia Mercé La Argentina y su fama
llegó al punto más alto al terminar la Guerra Civil (1936-39), aunque después
fue utilizado por el régimen franquista y obligado por el general Luis Aranda a
salir de gira por España. Se prohibieron sus películas, sus discos y sus
actuaciones y se le confinó en un pueblo de Extremadura, por lo que en 1942 huyó
a Buenos Aires, aunque su establecimiento definitivo en América llegó en 1946,
al comprobar que continuaba la persecución. De los escenarios se retiró en 1960
y desde entonces llevó una vida apartada en su casa bonaerense hasta que
falleció el 16 de enero de 1993 a causa de un infarto.
Efe / Málaga | Actualizado 12.01.2009. Los restos de Miguel
de Molina, el rey de la copla, permanecerán en Argentina.
Arte y provocación' celebra en Madrid la vida de Miguel de
Molina
Fotografías, escritos, carteles, trajes y botines componen la
exposición que, hasta el 17 de mayo, muestra la controvertida
trayectoria vital del artista malagueño
Fotos,
escritos, afiches, carteles, documentales, trajes, botines y
blusas forman la primera gran retrospectiva sobre la
controvertida figura del cantante y bailarín Miguel de Molina,
que con el título de Arte y provocación organizan la fundación
que lleva su nombre y la Comunidad de Madrid. Nacido en Málaga
en 1908, Miguel de Molina fue exiliado a Buenos Aires en 1942 de
donde también fue expulsado por orden del gobierno español y
marchó a México, hasta que gracias a la ayuda de Eva Perón,
consiguió volver a un país que le convirtió en estrella y en
donde fue enterrado un 4 de marzo de 1993 en el Panteón de
Actores de la Chacarita junto a otros grandes de la escena. Fue
bailarín antes que cantante, "pero ante todo un creador, que
controlaba sus espectáculos al mínimo detalle, desde la parte
artística al marketing", destacó su sobrino y presidente de la
Fundación Miguel de Molina, Alejandro Salade, verdadero
responsable de esta muestra, que estará abierta hasta el 17 de
mayo en el Complejo El Águila de Madrid. Vapuleado en España por
su homosexualidad, Miguel de Molina hizo suyas piezas claves del
cancionero español como Ojos verdes o La bien pagá, y se creó
una imagen propia, con ese caracolillo que lucía en la frente,
aquellas blusas vistosas de grandes mangas afaroladas y los
botines de colores, que él mismo diseñaba. Veintitrés pares de
esos botines, tres trajes completos y 16 blusas forman parte de
esta exposición, que recibe al visitante con estas palabras del
propio artista: "Y en verdad esta es mi vida, porque llevo el
teatro en el alma con la misma alegría que llevo en los labios
una canción". También hay portadas de revistas de la época,
afiches de películas como Luna de sangre, Esta es mi vida,
Manolo Reyes o Chuflillas; fotos dedicadas por Raquel Meller,
Celia Gámez, Carmen Amaya, María Félix, Maurice Chevalier,
Libertad Lamarque, Luis Mariano, Imperio Argentina, Antonio,
Pastora Imperio, Estrellita Castro o Manolete, y carteles, como
el del Teatre del Liceo en donde representó El amor brujo, de
Falla, en la temporada 1933-1934. Amigo de Lorca, Falla,
Jacinto Benavente y Alberti, de quien la muestra recupera un
grabado dedicado por él a la "gracia y arte de España", Miguel
de Molina fue una estrella durante la República, pero su vida
cambió tras la Guerra Civil. Tal y como cuenta en sus memorias
Botín de guerra, una aciaga noche de noviembre de 1939 tres
individuos le visitaron en el madrileño teatro Pavón, le
obligaron a seguirle y le propinaron tal paliza que lo dieron
por muerto. Durante los días en los que esté abierta la muestra
se presentará el libro Miguel de Molina, que reúne todo su
legado y en el que personajes como Natalia Figueroa, Pasión
Vega, José Menese, Sara Montiel o Vitorio y Luchino ofrecen su
particular visión de este hombre.
Carlos Del Amo (Efe) / Madrid | Actualizado 24.03.2009. En la
foto, Una de las salas de Arte y provocación con trajes de
Miguel de Molina, ayer, en Madrid.
Miguel
de Molina y sus 'cositas' del querer
El autor de 'La bien pagá' tuvo en Granada
su primera Universidad de la vida, una ciudad que nunca olvidó
"Dile a tu amigo Juan de Loxa -que porque soy muy discreto-
pero que si yo contara las cosas que me pasaron o que vi, el
tiempo que pasé en Granada..." Pocos años después de este
mensaje verbal, Horacio Rébora me traía, de su parte, de parte
de Miguel de Molina, unos preciosos programas de mano, tras
aquella iniciativa de invitarlo a volver a Granada, desde su ya
Buenos Aires Queridos, iniciativa apoyada, por cierto, creo no
mentir, por Antonio Muñoz Molina cuando el escritor desempeñaba
funciones culturales de peso en el entonces atrevido hasta la
equivocación y muchas veces en el acierto Ayuntamiento de
Granada. Ahora que al fin se materizaliza un tributo al artista
en su centenario -tal día como ayer hubiera cumplido los 101-
con una espléndida muestra, Arte y provocación, organizada por
la Comunidad de Madrid, con fondos de la fundación que lleva el
nombre del intérprete de La bien pagá, por el esfuerzo de su
familia y, en especial, de su sobrino-nieto, Alejandro Salade.
Considero oportuno aceptar la invitación de Granada Hoy y
extraer de mis notas algunos apuntes que sitúen el papel
aportado por esta ciudad en la formación y trayectoria del hoy
considerado un auténtico mito del cancionero, pues Miguel Frías
Molina, si bien en Málaga recibió el principal estímulo para su
rebeldía personal y sueños de gloria, fueron Algeciras y Sevilla
-después de Granada- la escuela
para su gran salto al firmamento que deseaba diseñarse, igual
que sus blusas alocadas y vanguardistas, como así fue. Ya he
dicho en un trabajo que aún no vio la luz, Perfil herido de un
poeta malpagado: la otra sentimentalidad del 27, que su figura
"salida de la Universidad de la calle, del burdel, del colmao, y
de las fiestas de señoritos de doble filo, hubo de recorrer
laberintos llenos de contradicciones, repletos de señales
equivocadas". ¿Pueden entender que uno de los intérpretes de dos
memorables versiones de El amor brujo fuese el mismo de Don
Triquitraque que versionó Carlos Cano y a quien los milicianos
llamaban, con entusiasmo y cariño, la Miguela, anécdota de la
que nos da noticia Francisco Ayala en Recuerdos y olvidos? Sin
embargo, la prensa de la Falange no escatimó otro tipo de
elogios, que se hacían extensivos a "Azaña, el corazón más
retorcido"; "Negrín, el miope de más vista"; a "la diputada con
más votos en su alcoba, Pasionaria". Y Miguel de Molina. El
artículo, de 1939, se titulaba La suerte de los rojos. Su viaje
a Granada, jovencísimo, para asistir al Concurso de Cante Jondo
de 1922, del que aporta datos totalmente novedosos en el libro
póstumo de sus memorias Botín de guerra, del que tanto bebió el
excelente Jaime Chávarri, supuso conocer otro ambiente, el de La
Manigua, ya que la dueña del prostíbulo donde por entonces
trabajaba "haciendo algunos mandados y eso"' en Algeciras, lo
trajo a la fiesta de la Plaza de los Aljibes, donde participaba
un buen cliente suyo, Rafael El Concho. Así que él y La Pepa se
pasaron unos días de pecado y arte tan cerca de algunos de esos
intelectuales que todos tenemos en la memoria. Miguel conoce
entonces a un muchacho de su misma edad -precisamente ahora se
está celebrando su centenario- llamado Manuel Ortega... Caracol
por más señas. Cuando vuelve a Granada a 1927, después de
haberse estrenado con algunos bailes y coplas en reservados
malagueños, esta vez llega para buscarse la vida en otro oficio,
como guía turístico para encaminar por unas propinas a los
visitantes a las famosas cuevas del Sacromonte, o para organizar
juergas privadas y discretísimas, como recordó en algunas
ocasiones: aquellas a las que asistían los señores de alto
rango, que casi todos tenían querida, o iban a buscarla, y sitio
de reunión, en especiales circunstancias, de grandes y
prestigiosos artistas y en donde unos pocos encontraron el amor,
el amor verdadero. Todavía no hemos hablado de Federico García
Lorca, ni de José Rosales Camacho, ni de López Rubio, ni de Las
Gazpachas... Pero esa nueva silueta en torno al artista y
Granada la aplazamos para una próxima entrega, en la que
hablaremos de su cine, de canciones que interpretó (La niña del
Albaicín, La rosa y el viento, El zorongo...) y de algunos de
sus secretos mejor guardados que ahora han salido de sus baúles
para la exposición Arte y provocación, que ojalá venga a Granada
próximamente. En la siguiente entrega se contará su fidelidad
hacia Lorca, un incidente con el maestro Manuel de Falla, sus
recuerdos de La Bizcocha, la famosa madame de la conocida casa
de citas en donde se 'follaba de usted', como se decía entonces
por Granada, así como de su gran admiración por el poeta
albaicinero Manuel Benítez Carrasco... Pero eso será otro
contar... que llegará en el siguiente folletín sobre la vida de
este sorprendente artista.
Juan De Loxa/ Granada | Actualizado 12.04.2009
Diputación ofrece en Serón, Carboneras y Taberno un musical
sobre Miguel de Molina
La representación que
recorre la vida del cantante tiene hoy su primera cita en Serón
La
Compañía Teatro Ensayo Popular, de Málaga, y su musical Miguel
de Molina sobre la figura de este inolvidable intérprete de la
copla española, recorrerá desde hoy jueves 17 y hasta el sábado,
día 19 de diciembre, los municipios almerienses de Serón,
Carboneras y Tabernas. Esta iniciativa es una de las grandes
propuestas del programa cultural de otoño Cultura y Proximidad
2009 con el que la Diputación Provincial de Almería cierra este
año su Circuito Provincial Teatro de Sala. La diputada del área
de Cultura, Caridad Herrerías Moya, ha destacado que este
homenaje al artista malagueño Miguel de Molina en forma de
musical no podía dejar de estar en los escenarios de los
municipios de la provincia de Almería, ya que desde que la
compañía lo puso en marcha, hace ya 12 años, ha conmovido y
emocionado a más de 500.000 espectadores. El musical tiene una
duración de 90 minutos en los que dos actores, Rafael Acejo
(interpreta en directo las coplas de Miguel de Molina) y Pepe
Salas, así como un ballet joven, compuesto por cinco bailarines,
amenizan las canciones y dan vida a los momentos más importantes
del artista, vistos en catorce números musicales que componen
toda la obra. La Casa de la Cultura de Serón acoge hoy jueves
día 17, la primera representación del musical Miguel de Molina
que comenzará a las ocho de la tarde. El viernes 18 llega hasta
la Casa de la Música de Carboneras, a las nueve y media de la
noche y la última actuación tendrá lugar en Tabernas, el domingo
día 19, a las nueve de la noche en el Teatro Municipal. En Serón
la asistencia al espectáculo es gratuita, mientras que en
Tabernas el precio de la entrada, que se puede adquirir en la
taquilla del Teatro Municipal, es de dos euros, y en Carboneras
es de cuatro euros para los adultos y la mitad para niños y
jubilados. En este caso las entradas ya están disponibles en el
Área de Cultura del Ayuntamiento levantino. Los vecinos que
asistan a este musical disfrutarán de un recorrido por la vida y
obra del insigne artista desde su nacimiento, en abril de 1908,
hasta su muerte en Argentina en 1923. El espectáculo de Jacinto
Esteban, que cuenta con la coreografía de Mati Díaz, está
protagonizado por Rafael Acejo y Pepe Salas, que llevan 12 años
representándolo por diferentes escenarios de toda España. Es un
espectáculo digno de disfrutar para entender la vida de Molina.
D. M. / Almería | Actualizado 17.12.2009. En la foto, Miguel
de Molina.
Promueven la repatriación de los restos de Miguel de Molina
La Asociación Argentina de Actores quería exhumar el cuerpo del
malagueño Miguel de Molina por el incumplimiento del pago
durante seis años del alquiler del nicho, una cifra que ascendía
a 115 euros
El
coordinador del Grupo de Recuperación de Memoria Histórica (GRMH)
de Valencia, Matías Alonso, ha señalado hoy que "en septiembre"
quieren impulsar una serie de iniciativas para conseguir que el
Gobierno o alguna institución intervenga en la repatriación del
cuerpo del artista Miguel de Molina a España. "Estas iniciativas
pasarían por hablar con diferentes políticos y artistas para que
se movilizaran, así como crear campañas para las redes sociales
a través de las cuales se informase a la gente y se pudiese
hacer presión para que el estado o cualquier institución tomase
cartas en el asunto", ha asegurado Alonso a EFE. El GRMH se ha
movilizado este mes tras conocer que la Asociación Argentina de
Actores quería exhumar el cuerpo del malagueño Miguel de Molina
por el incumplimiento del pago durante seis años del alquiler
del nicho, una cifra que ascendía a 115 euros. Una fan del
cantante de copla malagueño, Juani Muñoz, informó del hecho a la
Fundación Miguel de Molina, que este martes abonó la cantidad
requerida para asegurar su permanencia en el panteón de la
Asociación Argentina de Actores hasta 2020. Según ha indicado
Alonso, sus principales objetivos es que desde la instituciones
de Andalucía, como de Valencia, donde pasó sus últimos años
antes de exiliarse a Argentina, puedan "tomar cartas en el
asunto" y se consiga traer de vuelta a Miguel de Molina "antes
de 2020". "El primer paso es el consenso de todos sus familiares
para que Miguel vuelva a España, y el segundo, y más importante,
que el Estado actúe", ha asegurado Alonso. "Este cantante no fue
solo la voz de toda una generación, fue también uno de los
mayores representantes homosexuales de aquella época, y traerlo
de vuelta no solo significaría que España ya no se parece al
país del que él huyó si no que sería un reconocimiento de los
derechos LGTB y lo que sufrieron en aquella época", ha dicho.
Con estas iniciativas, los objetivos principales de GRMH han
sido "parar la exhumación del cuerpo y poder repatriarlo a
España, asegurar la memoria histórica y difundir el legado de
Miguel de Molina para que no se olvide lo que representó para
una gran parte de la población".
EFE Viernes, 11 agosto 2017,
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Datos extraídos y aportados de la biografía de Miguel de Molina, |
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