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SEGUNDO PASTOR - GUITARRISTAS |
Listado de cantaores por orden alfabético |
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SEGUNDO PASTOR
SEGUNDO PASTOR MARCO, guitarrista concertista universal, más conocido mundialmente en la historia de la guitarra clásica con su propio nombre artístico de SEGUNDO PASTOR, nació en Poveda de la Sierra (Guadalajara), el día 23 de junio del año de 1916; murió en Madrid, el 9 de noviembre de 1992, había recorrido medio mundo, y parte del otro medio, dando conciertos de guitarra y poniendo en un inmejorable lugar a la tierra española, y a la Alcarria, con ella a su tierra molinesa.
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Nació, como decimos, en Poveda de la Sierra, el 23 de junio de 1916, donde, como
nos diría el primero de sus biógrafos, don José Sanz y Díaz, desde los primeros
años de su vida destacó en la música, y no disponiendo en el áspero ambiente
rural de más instrumentos que un acordeón lo aprendió a tocar perfectamente,
causando la admiración de quienes lo escuchaban. Actuando, a los nueve años de
edad, como organista de la iglesia de su pueblo. Ambos instrumentos, acordeón y
órgano, los aprendió a tocar de oído. Los estudios de solfeo vendrían tiempo
después.
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Fantasía Brillante. Una de las muchas obras de Segundo Pastor |
En Cuenca, donde como capellán del Hospital de Santiago ejercía uno de sus tíos,
el que puso en sus manos, por vez primera, una guitarra, que aprendió a dominar
cumplidos los once o doce años. Cuando llegó a don Adolfo Chumillas, profesor de
guitarra, don Adolfo le dijo que poco podía ya enseñarle puesto que, al parecer,
y a pesar de su juventud, se había convertido en poco menos que un maestro.
De Cuenca a Madrid, donde se matriculó en el Conservatorio de Música, siguiendo los pasos de su entonces maestro, don Daniel Fortea convirtiéndose, a su vera, en magnífico ejecutante de los compositores clásicos para guitarra, especialmente de maestros clásicos como Francisco Tárrega, Joaquín Turina o Enrique Granados. En la década de 1940 comenzó a ser lo que siempre quiso, concertista de guitarra.
Segundo Pastor, hombre amable, de trato familiar y con personal gracejo, fue querido por todos los públicos que le escucharon. Fue catedrático honorario de la Universidad de Oswego en los Estados Unidos; condecorado por el gobierno de Venezuela; académico de las Artes y Letras de Cuenca, y presidente de la sección de música de la Institución “Marqués de Santillana” de la Diputación de Guadalajara, entre otros muchos honores y títulos.
Viajero incansable por Europa y América, donde dio conciertos memorables como el que sirvió de estreno a su obra Suite de Flandes, con la Orquesta de Conciertos de Nueva York en 1977, Rusia y Japón, Argentina y México, escucharon alguna de las piezas que salieron de las cuerdas de sus guitarras, su segundo amor, después del que profesaba por su esposa, doña Julia; las dos mujeres que nunca lo defraudaron: la esposa, y la guitarra; que decía.
De su importante producción para guitarra cabe destacar La Leyenda del Júcar, Homenaje a la Alcarria, Piezas descriptivas de la Ciudad Encantada, Homenaje a Chopín y Tríptico del Doncel. Son sólo algunas de las cerca de medio centenar de composiciones que dejó escritas, y que formaron parte de su repertorio. También dejó para la posteridad unos cuantos discos con el sonido de su guitarra; y algunos libros contando sus métodos.
En los últimos años de su vida, cuando se comienzan a recoger los frutos del camino recorrido fue nombrado Hijo Predilecto de su localidad natal y Adoptivo de la ciudad de Cuenca. El Conservatorio de Jalisco llevaba su nombre, y en Puerto Rico se lo dieron igualmente al certamen de guitarra más internacional de aquella tierra. Y Alguien le encargó escribir el himno de Castilla-La Mancha que, después, parece que se perdió por los cajones de los despachos oficiales.
En el cénit de la gloria, cuando la edad comenzó a pedirle cuentas, sufrió un infarto cerebral que, poco a poco, se lo fue llevando del mundo de los vivos para convertirlo en una de las leyendas de la tierra de Guadalajara, con sonido de guitarra.
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Recopilación de José María Ruiz Fuentes |
El Arte de Vivir el Flamenco © 2003 |