MENÚ PRINCIPAL |
Inicio |
Presentación |
Cantaores |
Guitarristas |
Bailaores/as |
Estilos del cante |
Canción Española |
Datos Flamencos |
Dedicatorias |
Entrevistas |
Historias |
Homenajes |
Poesías |
Recitales |
Recordando Cantaores |
Tertulia Flamenca |
Noticias |
PROGRAMAS DE RADIO |
Arte y Compás |
Escuela del Cante Flam. |
Programa Cadena SER |
Programa de radio |
AUDIOVISUALES |
El saber del Cante |
Fotografías |
Galerías |
Títulos |
Videos |
CONTACTOS |
Libro de visitas |
Notas |
Tablero de Anuncios |
Contacto |
Links |
ACCESOS DIRECTOS |
|
TRINITARIO HUERTA - GUITARRISTAS |
Listado de cantaores por orden alfabético |
A B C D E F G H I J K L M N Ñ O P Q R S T U V W X Y Z | ||
TRINITARIO HUERTA
TRINITARIO HUERTA, guitarrista y actor, más conocido en la historia del arte de la guitarra con su propio nombre artístico de TRINITARIO HUERTA, nació en Orihuela (Alicante) en el año de 1.804 y murió en París en 1.875. Descendiente de una familia más o menos acomodada, desde muy niño mostró su inclinación por la guitarra. Se educó en Salamanca, aprendiendo música en el Colegio de San Pablo de dicha ciudad. A los quince años abandonó el colegio y, como pudo, se trasladó a París, donde el célebre Manuel García lo acoge, protege y aconseja. Allí ofrece algunas actuaciones, en las que ya descubre sus recursos sorprendentes como guitarrista y unas condiciones nada vulgares para el canto.
|
|
Viaja luego a los Estados Unidos, recorre la Martinica y llega hasta el Canadá,
donde obtiene grandes triunfos. En Nueva York toca en varios conciertos e
incluso canta la parte del bajo en "El barbero de Sevilla", por repentina
enfermedad de aquel, junto a Manuel García. "Parece que la naturaleza se
ofendía, sin embargo, de que quisiese repetir y subdividir el don con que tan
prodigamente le había dotado. Una enfermedad de pecho le privó de la voz y quedó
desde entonces más identificado que nunca con la guitarra.
|
|
Previsto de muy lisonjeras recomendaciones del general Lafayette, que le
profesaba gran amistad, homenaje a su mérito, recorrió los Estados Unidos,
recogiendo por todas partes oro y aplausos. De los Estados Unidos pasó a La
Habana, y su fiel guitarra le salvó en la travesia del furor de unos piratas
que, habiendo saqueado su buque y ahorcado al capitán, maltrataron a todos los
pasajeros, menos al moderno Orfeo. Poco después se embarcó para Europa, y
Londres lo acogió en su seno.
En aquella populosa capital no fueron menores sus triunfos y la Pasta, Lablache, Donzelli, Dragonetti, Devenniz, Curioni, Carmmer, Moscheles y los principales artistas filarmónicos allí residentes a la sazón se apresuraron a cooperar en sus conciertos; se granjeó la protección de las primeras personas de la corte, tales como las de la princesa Victoria, la duquesa de Kent, el duque de Sussex, el de Devonshire...", y contrajo matrimonio con Angliolina, hija del célebre guitarrero G.L. Panormo.
En 1830 está en París, donde se relaciona con Rossini, Paganini y otras notabilidades del mundo de la música, la literatura y la política. Por esas fechas, Fetis escribiría en la "Revue Musicale": "En verdad el Sr. Huerta es un hombre extraordinario: las dificultades que él desarrolla en la guitarra son prodigiosas. Nadie podrá darse una idea de la maravillosa agilidad de sus dedos". Elocuente es también una carta de Victor Hugo, de 1834, en la que el gran poeta francés dice: "Puesto que da usted valor, Sr. de Huerta, a una opinión tan poco importante como la mía, me siento feliz al explicarle hasta qué punto me ha encantado su habilidad. La guitarra, ese instrumento tan circunscripto, no reconoce límites entre sus manos. Usted le hace producir todos los sonidos, los acordes todos, todos los cantos; usted sabe sacar de esas pocas cuerdas las notas más variadas, las que hablan al alma, al entendimiento, al corazón. La guitarra de usted es una orquesta.
Gusto mucho de España y de los españoles, Sr. de Huerta, y, por consiguiente, de la guitarra; pero, sobre todo, en manos de usted; en ellas no es ya solamente una cuerda que suspira; es una voz, una verdadera voz que canta, que habla y que llora; una de esas voces profundas que hacen pensar en los que son dichosos y que inclinan a la meditación a los que están tristes. Crea usted, Sr. de Huerta, que tengo el mayor placer en comunicarle mis convicciones sobre este particular, y acepte las seguridades del deseo que tengo de servirle. París, 16 de febrero de 1834, Victor Hugo." Poco antes había realizado una "tournée" artística por Malta, Constantinopla, Egipto y Jerusalem, acompañado por Madame Montefiori, una cuñada del banquero Rothschild, y celebrado varias audiciones en Londres y París a beneficio de los emigrantes liberales españoles.
"En el año 1833 pasó a San Sebastián, con intención de ver una corrida de toros y sentir el calor del aire patrio, si puede tener otra patria que el orbe un talento tan universal. Allí tuvo el honor de presentarse a S.A.S. el infante D. Francisco de Paula, delante de quien tocó desde las nueve hasta las once de la noche. Volvió enseguida a París; dio su último concierto de despedida y se puso en camino para España de nuevo, por Tortosa y Perpiñan trayendo consigo y a sus expensas algunos emigrantes desprovistos de recursos. En Barcelona dio tres conciertos, dos en una sala y el último en el teatro. Embarcóse y llegó a Valencia, después de haber naufragado en el golfo de San Jorge y de haberse salvado él y su guitarra. Oyéronle también los ederanos, desde cuya ciudad se trasladó a la Alcarria con objeto principalmente de abrazar a su anciano padre después de tantos años de ausencia."
En 1859 Soriano Fuertes hizo de Trinitario Huerta los siguientes apuntes: La prensa periódica ha hecho la apoteosis de este tocador de guitarra, que habiendo corrido gran parte de Europa, y lucido delante de principes y reyes la que lo es de España, Isabel II, le condecoró en premio a su mérito con la Cruz de Caballero de la Orden de Carlos III. El principal mérito de Huerta consiste en la dulzura de los sonidos que produce, cantando sobre una cuerda. Hace con primor las terceras y un arpegio sumamente complicado, que se debe a su invento. Su música se resiente de falta de conocimientos armónicos. Con sus pasos más delicados mezcla continuamente una especie de rasgueo, al que da el nombre de "tutis", con el cual apaga la ilusión que inflama cuando pulsa las cuerdas con halago.
Este contraste de bueno y malo fue causa de que Sor le definiese con el nombre de "sublime barbero", y de que Aguado dijese que ultrajaba el instrumento. Si Huerta aventase su música como el labrado aventa sus mies trillada, para dar el grano a los racionales y la paja a las bestias, no cabe duda de que sería admirado de los profesores más severos, porque cuando canta, encanta." Los datos que aquí se reproducen, con excepción de la cita de Soriano Fuertes, fueron insertados en el "Boletín Oficial" de la provincia de Málaga, del 24 de septiembre de 1835, es decir cuando Huerta rondaba los treintiún años de edad.
Dejó pocas obras compuestas, que se publicaron en París y Londres. Una de ellas, "Four Divertimentos", se la dedicó a Miss Angiolina Panormo, aventajada alumna suya de guitarra y después su esposa. (Boletín Oficial, Málaga, 24.9.1835) Francisco Herrera "Enciclopedia de la Guitarra" Piles Editorial de Música /Valencia
VIDEO |
AUDIO |
|
Recopilación de José María Ruiz Fuentes |
El Arte de Vivir el Flamenco © 2003 |