MENÚ PRINCIPAL |
Inicio |
Presentación |
Cantaores |
Guitarristas |
Bailaores/as |
Estilos del cante |
Canción Española |
Datos Flamencos |
Dedicatorias |
Entrevistas |
Historias |
Homenajes |
Poesías |
Recitales |
Recordando Cantaores |
Tertulia Flamenca |
Noticias |
PROGRAMAS DE RADIO |
Arte y Compás |
Escuela del Cante Flam. |
Programa Cadena SER |
Programa de radio |
AUDIOVISUALES |
El saber del Cante |
Fotografías |
Galerías |
Títulos |
Videos |
CONTACTOS |
Libro de visitas |
Notas |
Tablero de Anuncios |
Contacto |
Links |
ACCESOS DIRECTOS |
GALERÍAS - JEREZ DE LA FRONTERA (CÁDIZ) ANDALUCÍA |
Listado de cantaores por orden alfabético |
A B C D E F G H I J K L M N Ñ O P Q R S T U V W X Y Z | ||
GALERÍAS | 1 | 2 | 3 | 4 | |
ESCUDO: Ondado de azur y plata con bordura de catorce escaques, alternados, con las armas de León y Castilla. Corona real abierta. Las mudables ondas del mar simbolizan las veces que Jerez estuvo alternativamente en poder de moros y cristianos durante el período de la Reconquista. Los castillos y Ieones, por ser el rey de Castilla y León el que reconquistó la ciudad. La corona del timbre, por ser antigua plaza realenga. Armas empleadas por tradición desde el siglo XV al menos, que han sido rehabilitadas en 1967 con el dictamen favorable de la Real Academia de la Historia, aprobadas en Consejo de Ministos de 10 de marzo del mismo año. El Ayuntamiento visa actualmente una versión ovalada de este escudo que es de l época romántica, que no es, precisamente, la más correcta.
JEREZ DE LA FRONTERA. Ciudad cabeza del partido judicial de su nombre, a 56 m de altitud. Dista 55 km de la capital de la provincia. Su término municipal es de 1.409,97 kmz y limita al norte con la provincia de Sevilla, al oeste con los términos de Trebujena y Sanlucar de Barrameda, al sur con los de El Puerto de Santa Marta, Puerto Real, Medina Sidonia, Paterna de Rivera y Alcalá de los Gazules, y al este con la provincia de Málaga y los términos de Ubrique, Algar y Arcos de la Frontera. Tiene 176.233 habitantes de hecho. La temperatura media anual oscila entre los 16" y los 27 "C, siendo muy cálidos los veranos y semihúmedos los templados inviernos Una peculiaridad que distingue a Jerez dentro del territorio andaluz actual es su autónoma administración eclesiástica. Por la BULA Archiepiscopus Hispalensis, fechada en Roma el 3 de marzo de 1980, el papa Juan Pablo II erigía la nueva diócesis asidonense-jerezana. Este mismo documento consagraba a la antigua colegial del Divino Salvador en catedral del nuevo obispado, hecho circunstanciado el 29 de junio de 1980. Como señala el investigador J. L. REPETTO BETES: «La nueva diócesis de Jerez comprende todas las poblaciones que, siendo de la provincia de Cádiz, pertenecían a la archidiócesis de Sevilla, mas los dos poblados de La Ina y Torrecera, en el termino de Jerez, y la parte meridional del término de Arcos.» Abarca una superficie jurisdiccional de unos 3.218 km2 y una población de 400.000 habitantes ubicados en 26 municipios y 79 parroquias. Su primer y actual obispo es RAFAEL BELLIDO CARO. Los archivos parroquiales conservan una extraordinaria riqueza histórica y documental. Término muy extenso, presenta en su SUELO una natural variedad. De este a oeste se distingue la serranía, la región de colinas, los llanos y las MARISMAS del Rio GUADALQUIVIR y del Rio GUADALETE, asiento de las tierras de cultivo y las dehesas de pasto. La CAMPIÑA DE JEREZ es muy fértil y su economía se sustenta en su riqueza agrícola y en las industrias vinateras derivadas de la misma. Este hecho, aunque profundizado a nivel internacional desde el inmediato siglo XIX. hunde sus raíces en épocas remotas, en las que siempre estuvo presente esta circunstancia como la mantenedora de la vida de la ciudad. Toda una tradición, casi leyenda, cubre la producción del VINO, su crianza y su degustación. La mitología TARTÉSICA, la historiografía romana y árabe y los recuerdo de las crónicas medievales señalan al vino de Jerez como uno de los deleites hecho para dioses. Algo que, en verdad, no es exageración y que llevó a celebrar tan sin par caldo a escritores como Cervantes o Shakespeare. Este sector productivo, según últimas estadísticas. exportó al mundo unos 16.000 millones de pesetas en vino. La mitad, aproximadamente. se comercializa embotellado en origen. El volumen total representa algo así como 150 millones de botellas repartidas por casi todo el mundo. Aparte de esto. hay que sumar la exportación de 4.000 millones de pesetas en BRANDY y otros productos. En resumen, todo ello representa algo así como el 0,5 por 100 de todas las exportaciones españolas. Mantiene alrededor de 5.100 puestos de trabajo directos permanentes en BODEGAS, en faenas que actúan sobre la estructura operacional del negocio: cuidado de MOSTOS, rociado de CRIADERAS y SOLERAS, tipificación de estilos y marcas, embotellado y embarque. El resto ocupacional de la ciudad gira sobre este eje maestro. Súmense, pues, los puestos dependientes en la base agrícola y en la industria derivada y subsidiaria. Casi toda la producción vinícola —según expertos— es consumida por 120 países, absorbiendo el 90 por 100 de la exportación el Mercado Común Europeo. Es claro que, desde fines del siglo XVIII, Jerez se ha preparado para competir en un mercado libre que tuvo y tiene, sin duda, un reto que afecta a la calidad y a una diversidad y proliferación de marcas que, en muchos casos, supone una cierta confusión en el consumidor extranjero de caldos jerezanos. Graves casos recientes así lo demuestran. El CONSEJO REGULADOR DE LA DENOMINACIÓN DE ORIGEN « JEREZ-XEREZ-SHERRY» Y «MANZANILLA-SANLUCAR DE BARRAMEDA» ofrece la siguiente estadística de exportación al extranjero de vinos del marco, por años naturales, en hectolitros:
Año 1980.........1.267.167,69
Año 1981.........1.236.892,31
Año 1982.........1.117.322,70
Año 1983.........1.268.265,45
Aparte de ello, Jerez ha seguido manteniendo su producción agrícola cerealista,
así como la extensión de los cultivos de remolacha azucarera con fábricas de
producción industrial propias, en buena competencia con otras zonas del país. De
modo que se advierte que, junto con el desarrollo de la modernidad. la ciudad ha
sabido también conservar un espíritu artesanal del bien hacer que se manifiesta
en las industrias peculiares o en el mantenimiento de su riqueza agropecuaria y
caballar, famosa en el mundo entero. La polémica sobre el origen de la cuidad de
Jerez se sitúa en los parámetros de la circunstancia TARTÉSICA.Para el
investigador M. ESTEVE GUERRERO: «En su dilatada campiña existen numerosas y
diversas ruinas de viejas poblaciones: Mesas de Santiago, El Portal, Sidueña,
Gigonza, Gibalbin, Torrecera... Sobresaliendo entre todas por su importancia las
de MESAS DE ASTA, asiento de la antigua ASTA REGIA, situada en el km 11 de la
carretera que conduce de Jerez a Trebujena.» Para otros historiadores, el origen
de la ciudad se entronca en su relación con la primitiva colonia fenicia en el
de Serit o Ceret, «nombre con el que acuñó, incluso, moneda y que, al
transcurrir el tiempo, se fue cambiando por el de Seritium o Xeritium de los
latinos y godos, el Scheres, Xerez Xereto y Xeres Sudunia árabe, hasta llegar,
pasando por los de Xerez Sidonis, de Sidonia o Sedueña, al actual de Jerez de la
Frontera». Para V. García de Diego, la denominación primitiva Xera aparece
recogida por E. de Bizancio: «Xera Hispaniae oppidum ad Herculis columnae»,
tomada de Theopompo. Este lingüista piensa que el tal topónimo XerA pudiera
indicar «fortaleza», aunque su definitiva significación se entrecruzara con
otros significados árabes que «indicarían tierra seca de los esteros o laguna».
En cualquier caso, la incorporación del término Saduña parece llevar a pensar
mas en una ampliación de jurisdicción que en una ubicación definitiva. De estos
orígenes nebulosos comienza a emerger un núcleo urbano que se convierte en
ciudad codiciada ya en la época de la dominación islámica. «La incorporación de
Jerez y su tierra a la corona de Castilla —escriben M. González Jiménez y A.
González Gómez— es un fenómeno que hay que insertar para su justa comprensión
dentro del proceso de la Reconquista de la Andalucía bélica durante los reinados
de FERNANDO III y AlFONSO X EL SABIO. Por lo que se refiere a la zona del
Guadalete, el rey castellano (Fernando III), consciente de su incapacidad para
repoblar esta extensa comarca, se contentó con incorporarla en 1249, dejando a
los MUDÉJARES en poseción de sus tierras «en régimen de autonomía», concediendo
Jerez, Lebrija, Arcos y Medina Sidonia al infante ENRIQUE, quien ya disponía
como heredamiento los territorios de Morón y Cote. Alfonso X, al comienzo mismo
de su reinado, logró anular los privilegios de su hermano y, en los primeros
meses de 1253, con la ayuda de la ORDEN MILITAR DE CALATRAVA, eliminó a los
distintos jefes musulmanes locales, procediendo a situar en algunas poblaciones
guarniciones castellanas (caso de Jerez). En otras partes, sin embargo, como en
Arcos, se procedió a la instalación de pobladores mediante la compra de tierras
a los musulmanes. Esta situación, precaria por lo que se refiere al dominio
castellano, se mantendría hasta 1262. En el otoño de 1264 y durante 1265,
Alfonso X llevó a cabo una serie de campañas que, por lo que se refiere a la
zona del Guadalete, se tradujeron en la conquista por las armas de una serie de
plazas (Jerez, Arcos, Lebrija, Medina Sidonia, Sanlúcar, Rota y Vejer) y en la
expulsión de la población musulmana, precediéndose de inmediato a la repoblación
con cristianos del territorio ocupado. La definitiva conquista de Jerez fue
resultado de una de las primeras campañas de la guerra. Un breve relato de la
misma, contenido en la Crónica de Alfonso X, nos dice que en el año 1264, con
entera seguridad a poco de producirle la revuelta mudéjar, tal vez en el mes de
junio, el rey «salió de Sevilla con su hueste y fue a cercar la villa de Xeres.
Y desde que llegó mandó poner muchos engenios derredor de la villa, que tiraban
a las torres y al muro y hacían gran daño, y duró la cerca de esta villa cinco
meses...». Según la tradición, la ciudad se incorporó a los dominios cristianos
en FRONTERA; de ahí su peculiar denominación, el 9 de octubre de 1264,
festividad de San Dionisio, desde entonces su patrón. Por privilegio de Enrique
IV ostenta el titulo de •Muy Noble y Muy Leal» (1465). Durante el reinado de los
REYES CATÓLICOS se desarrolló Jerez en importancia, contribuyendo con hombres y
víveres a las expediciones a las islas Canarias y a las guerras de Granada. Se
data en esta época el inicio de la exportación de los caldos jerezanos a Europa
por medio de los contactos comerciales con ingleses y bretones. La vida de la
ciudad en la época de la casa de Austria, aun cuando CARLOS I le confirmó sus
PRIVILEGIOS en 1520, languideció notablemente. «La decadencia de la ciudad
—escribe PARADA Y BARRETO- era tan considerable en los últimos años del siglo
XVII, que apenas podía ya atender al cumplimiento de sus obligaciones
económicas. Al terminar con el siglo XVII y con el desdichado Carlos II la
dominación de los reyes austríacos, puede decirse que la ciudad de Jerez no se
componía más que de frailes, monjas y capellanes, mayorazgos y señores de rentas
vinculadas, con una masa restante de vecinos miserables esclavos del trabajo,
porque la propiedad se había hecho imposible para todos ante el abuso de la
amortización...» No obstante esta circunstancia general, la ciudad, como
señalara H. SANCHO, siguió manteniendo instituciones y centros de arte y
enseñanza que contribuyeron a que aquella decadencia se mitigase un tanto. En el
siglo ilustrado, gracias al fermento de la SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL
PAÍS, la ciudad de Jerez logró retomar el pulso de sus horas mas felices. Esta
institución, erigida por voluntad del marqués de VillaPanés, Miguel M." Panes
González de Quijano, «trató de llevar a cabo —escribe M. RUIZ LAGOS- los viejos
y acariciados proyectos de la ciudad: la industrialización de su agricultura, la
navegación del río Guadalete, la creación del gran puerto para la exportación de
vinos, la reconversión del sistema de comunicaciones, la promoción cultural de
sus hijos mediante escuelas y centros técnicos, la creación de una empresa
periodística y la elevación de los niveles económicos de los ciudadanos». La
labor de esta Sociedad y la de los miembros empeñados en tal empresa se vio
sometida a las alteraciones que produjo, primero la GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
y, posteriormente, el reinado de FERNANDO VII. A pesar de todo ello, el
crecimiento económico y demográfico de la ciudad era evidente. Ya en 1860 se
cifra su población en unos 52.000 habitantes, y su extenso término lo componían
290.300 aranzadas de terreno, de las cuales 149.782 se hallaban destinadas a
cereales, 12.562 a viñas, 2.813 a olivares, 213 a huertas y jardines y 119.300 a
pastos y el resto a usos indistintos. Había, asimismo, 53.155 cabezas de ganado
y 3.289 fincas urbanas, representando una riqueza imponible de 28.217.18S
reales, correspondiendo a la ciudad —en cita de Parada y Barreto—, con
contribución directa y en todos los conceptos, 6.144.028 reales, siendo en este
sentido la tercera población contribuyente de España. Todo este emporio de
riqueza —distribuido de manera desequilibrada— contribuyó a crear malestar
social durante la segunda mitad del siglo XIX. La ciudad tomó parte activa en
los sucesos de la REVOLUCIÓN de 1868 y, posteriormente, fue protagonista de las
duras agitaciones sociales de 1883, conocidas como de la MANO NEGRA, cuyas
consecuencias se prolongan hasta el asalto de los campesinos de 1892. Sin duda,
fue Jerez un centro difusor de los nuevos ideales societarios, muy entroncados
con la filosofía bakunista, tal como se demostraría en tiempos de la II
República en los sucesos famosos de CASAS VIEJAS. La rica historia de la ciudad
ha originado, sin duda, figuras descollantes en todos los campos del hacer
humano, algunas de ellas notablemente influyentes en el proceso general
histórico de España. También es famosa su cualidad de cuna del CANTE FLAMENCO.
Con figuras tan estelares como ANTONIO CHACÓN Y MANUEL TORRE, habiendo aportado
a la historia y evolución de este arte determinados estilos de «SEGUIRIYAS»,
SOLEARES y especialmente las BULERIAS, creación de los GITANOS jerezanos,
prontamente asentados en los barrios de Santiago y San Miguel e incorporados a
la sociedad local con mayor plenitud que en ningún otro lugar del país. Tierra
ganadera por excelencia. Jerez se distingue por sus TOROS BRAVOS y sus
apreciados CABALLOS CARTUJANOS, que inician una tradición de cría caballar
actualmente en plenitud a través de la YEGUADA MILITAR y diversos criadores,
dando lugar a la ESCUELA ANDALUZA DEL ARTE ECUESTRE. La importancia estratégica,
económica, eclesiástica y militar de Jerez ha hecho que su casco antiguo posea
una considerable riqueza artística. Su entorno viene trazado, y todavía puede
ser delimitado, por la vieja muralla. Para M. Esteve, «su estructura de hormigón
o tapial y su encintado doble de ladrillo proclama su origen almohade —siglo XII—,
como lo son también las cercas de Sevilla, Badajoz y Cáceres,... Del recinto de
tiempos de la Reconquista existe una representación gráfica, seguramente la más
antigua que se conoce de Jerez». Esta se conserva reproducida en una miniatura
del códice de las CANTINGAS de Alfonso X. Para GUERRERO LOVILLO, estudioso de
dicho texto, la lámina ilustrativa de la cantiga CXLIII reproduce correctamente
la estructura cuadrangular primitiva de la muralla. Los distintos lienzos dan
paso a varias puertas que marcaban los caminos de Arcos, Medina, los Puertos o
Sevilla. En el límite de las mismas se ubicaron iglesias, en los
correspondientes arrabales, que son hoy joyas artísticas de un período histórico
respectivo.
1) ALCAZAR. Situado al sureste del RECINTO MURADO, era baluarte y habitación de
los señores ANDALUSÍES de la ciudad. Posteriormente pasó a ser residencia de los
alcaídes cristianos de la misma. La historia contempla su famosa defensa del
Islam por parte de GARCI GÓMEZ CARRILLO Y FORTÚN DE TORRES en época de Alfonso
X. Su estructura primitiva ha sido muy afectada por transformaciones en épocas
posteriores a su construcción. Conserva baños árabes del período almohade, una
torre octogonal y la denominada del homenaje, así como la primitiva capilla de
Santa María la Real, erigida sobre la antigua mezquita (hoy, totalmente
recuperada con el descubrimiento de su primitivo mihrab y patio de abluciones).
A este original monumento le circunda una urbanización ajardinada que, nacida en
el siglo XIX como Alameda Vieja, constituye uno de los más hermosos paseos de la
ciudad. «La recuperada mezquita/capilla de Santa María del Alcázar fue —escribe
F. Monguió— el primer santuario, en fecha, de toda la zona reconquistada. Nació
antes de la incorporación definitiva de aquélla a la corona castellana y al
establecimiento de la misa solemne del primer sábado de cada mes en la ciudad,
con la concurrencia de los canónigos de la vecina iglesia colegial de El
Salvador y de los beneficiados de las otras cinco parroquias erigidas
intramuros, al organizarse Jerez después de su definitiva reconquista.»
2)CATEDRAL. La construcción de la primitiva colegiata, hoy catedral, se inicia
en 1695 y se termina en 1778. Los mecenas o protectores de la edificación de
este templo, según su historiador J. L. Repetto Betes, fueron, aparte de los
monarcas comprendidos en este período, el cardenal-arzobispo de Sevilla MANUEL
DE ARIAS y la propia voluntad papal de Benedicto XIII. La dilatada construcción
del edificio implica sucesivamente a una serie de arquitectos y aparejadores que
lograron, definitivamente, culminar la obra, entre ellos DIEGO MORENO
MELÉNDEZ(1700). Rodrigo del Pozo, Diego Diaz, Juan de Pina y Torcuato Cayón de
la Vega, así como Juan de Vargas y Pedro Ángel de Albizú entre otros. El templo
—rectangular— tiene cinco naves, integrando en su espacio la estructura de cruz
latina. Salvo la capilla específica del Sagrario, carece en sus naves de las
mismas, siendo las que hay, en realidad, altares adosados. «Obra de estilo
barroco —en decir de Este ve Guerrero—, es de una gran monumentalidad. Su
aspecto, a primera vista un tanto confuso, equilibra las masas produciendo
proporciones de gran belleza.» Junto a él subsiste—de una primitiva
construcción— una torre exenta, mantenida como campanario, al no levantarse
definitivamente las torres barrocas proyectadas para el templo. Esta
construcción , sin duda una peculiaridad en el edificio, es mudéjar hasta el
cuerpo de campanas, según Esteve, el cual presenta innovaciones realizadas por
Juan de Pina a mitad del siglo XVIII. En el fondo documental y artístico de la
catedral hay que destacar la estructura del Cristo, denominado de la Viga, pieza
gótica del siglo XIV; el Crucificado, atribuido a JOSÉ DE ARCE, Y La Inmaculada,
de JÁCOME BACCARO. La sillería del coro, diseñada por B. Serrano, fue también
trazada por aquél. Posee el templo, igualmente, entre sus pinturas, el lienzo de
la Virgen Niña, de ZURBARAN, y otros modernos del pintor jerezano JUAN RODRIGUEZ
«El Panadero». La espléndida biblioteca procede de los fondos donados por el
obispo Juan Díaz de la Guerra. 3)SAN MIGUEL. Está considerada como una segunda
catedral y es, sin duda, uno de los monumentos religiosos más notables de la
ciudad. De estilo gótico isabelino, inicia su construcción en 1482. Según Esteve
Guerrero, la portada principal y el cuerpo de torre se edificaron en 1672,
siendo su arquitecto el jerezano Diego Moreno Meléndez. La iglesia —de planta
rectangular— se divide en tres naves formando crucero, cuyas bóvedas y pilares
aparecen ricamente exornados. En su interior son notables las portadas de la
sacristía, plateresca, la de la capilla bautismal y la impresionante del barroco
rococó que da acceso al sagrario, realización posiblemente debida a Hernán Ruiz
II. Aparte de piezas de indudable valor que atesora dicho templo, como el Santo
Crucifijo de la Salud, atribuido a José de Arce, y el lienzo del Sumo Rostro de
la escuela de Zurbarán, lo que distingue a esta iglesia es su espléndido retablo
mayor. M. Esteve dice del mismo: «... En 1609 se encarga la construcción de un
retablo que habría de ser el antecedente de éste a Juan Martínez Montañés, Juan
de Oviedo y Gaspar del Águila, componiéndose el proyectado retablo de esculturas
y pinturas; pero al desistirse de esta idea queda sólo Martínez Montañés, cuyo
contrato definitivo parece ser el otorgado en 1613. Mas habrían de sucederse
tantas incidencias que su ejecución se dilataría por muchos años durante los
cuales intervinieron numerosos artistas, tales como Alonso Cano, Pacheco y
Jacinto Soto, hasta que en 1641 Martínez Montañés traspasa parte de la obra a
José y su mujer. María de Arce, otorgando otorgando escritura de de finiquito en
1647.» Del peritaje y estudio deben atribuirse a Montañés los apóstoles Pedro y
Pablo, los realces centrales de la Batalla de los Ángeles, Transfiguración y
Ascensión del Señor, así como la traza arquitectónica. Y a José de Arce
corresponderían los relieves de la Encarnación, Nacimiento, Adoración de Reyes y
Presentación, así como esculturas de los arcángeles Gabriel y Rafael y de San
Juan Evangelista y Bautista. 4) SAN MARCOS. Se levanta este templo sobre una
primitiva mezquita. Arquitectónicamente pertenece al período gótico en su fase
decadente, asimilando asimismo elementos de fábrica anterior de origen mudéjar.
Presenta planta de una sola nave a la que figuran adosadas una serie de
capillas, posiblemente ejecutadas con anterioridad. Cubre esta amplia
disposición una atrevida bóveda gótica del siglo XV. La peculiaridad distintiva
de este templo reside en su retablo mayor, que, aun cuando en los siglos XVIII y
XIX sufrió modificaciones, conserva una factura pictórica que le enlaza con la
más noble pintura de los siglos XVI y XVII. La crítica ha denotado la presencia
de pinceles pertenecientes a la escuela de Alejo Fernández, Cristóbal de
Cárdenas y Juan de Mayorga. Las 13 tablas principales desarrollan escenas
tradicionales de la Vida de Cristo y de Figuras apostólicas. La pintura central
—posterior— representa al evangelista San Marcos, diseñado —según M. Esteve— por
el artista sevillano Rodriguez de Losada, lienzo que sustituyó a una primitiva
escultura del apóstol realizada por Bautista Vázquez «el Viejo». 5)SANTIAGO.
Marca su origen una primitiva ermita datada en la época de Alfonso X el Sabio en
el arrabal de la ciudad. Obra gótica en su origen y factura, presenta elementos
incorporados en capillas y portadas de los siglos XVI y XVII (sacristía y
sagrario). El cuerpo de torre es edificación posterior barroca, y la denominada
torre del Reloj fue construida hacia 1760. Su planta es de tres naves cubiertas
por bóvedas de crucería. Tiene adosada una original capilla, llamada de la Paz,
de origen mudéjar, datada sobre el año 1430. En su interior posee baldaquino de
mármol blanco, obra neogótica de principios del siglo actual. Aparte de un buen
retablo de D. Roldán, posee esta iglesia una importante imagen del Prendimiento
de Jesús. que se atribuye a la Roldana, titular de una de las más populares
Cofradias de la ciudad. 6) SAN DIONISIO. Templo titular del patrono. Su origen
se deriva de la división parroquial hecha por Alfonso X. Es obra de estilo
mudéjar, aunque muy alterada en épocas posteriores, incorporaciones salvadas
últimamente por las restauraciones realizadas en la misma. Presenta tipo
basilical y está dispuesta en tres naves, rematadas por cubierta a dos aguas. Se
distingue en su interior la capilla bautismal y el arco polilobulado de acceso a
la capilla del Cristo de las Aguas. La imagen de éste se cataloga a fines del
siglo XV y está muy relacionada con la devoción popular. Entre las esculturas
del templo se distingue la imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor, obra
barroca de la segunda mitad del siglo XVII. Junto a dicha iglesia y adosada a la
misma existe una peculiar torre de Concejo, conocida como de la «Vela», del
«Reloj» o de la «Atalaya». Se sitúa su construcción sobre 1450. Originariamente
debió ser usada como torre vigía. 7) CARTUJA. Este cenobio hoy habitado por
monjes cartujos de San Bruno y reconstruido, en parte, a partir de 1948 sufrió
los rigores de la devastación tras su DESAMORTIZACIÓN. En 1836. Fue esta cartuja
fundada por el caballero Alvaro Obertos de Valeto. Posee espléndida portada de
entrada de orden clásico, debida al arquitecto Andrés de Ribera, quien, según
las inscripciones, la obró en 1571. Tras su patio, se accede a la iglesia
conventual, de estructura gótica con elementos barrocos, datada en 1666.
original de Fray Pedro del Piñar. Poseyó excelente retablo pictórico con obras
de Zurbarán, cuyos originales, en gran parte, se encuentran en el MUSEO DE
CÁDIZ, depositados allí al ser exclaustrados los monjes. Hoy conserva
restituidas en el refectorio las esculturas del Apostolado y el Crucificado,
debidas a José de Arce. Muestra esta cartuja claustros y pequeños patios de
estructura gótica tardía, expresivos del arraigo de dicho estilo en esta zona de
la Baja Andalucía. Otros edificios religiosos señalados son las iglesias de San
Juan de los Caballeros, entroncada con la historia medieval de la ciudad, y las
parroquias de San Lucas y San Mateo, así como los conventos del Carmen, San
Francisco y Santo Domingo. La patrona de la ciudad, Nuestra Señora de la Merced,
imagen gótica datada sobre los siglos X1IIXIV, se venera en el convento de su
mismo nombre y expuesta sobre retablo fabricado por Francisco de Ribas en 1654.
La Arquitectura civil presenta notable representación en la casa de Ponde León,
con interiores interesantes y ventanal esquinero plateresco; en la casa de
Riquelme, de mediados del siglo XVI, y en la antigua casa de cavila, del siglo
XVIII. Existen notables palacios y casas señoriales ligadas a la industria
vinatera. Pero sin duda la pieza más importante en este sentido es el Antiguo
Consistorio o Cabildo Viejo, excelente obra trazada por Andrés de Ribera, Martín
de Oliva y Bartolomé Sánchez, erigido en 1575. De estilo plateresco-renacentista
presenta en su decoración estatuas de HÉRCULES Y JULIO CESAR, como notable
decoración de época. Tiene acceso lateral por logia de estilo italia-nizante-florentino.
Desde 1873 hasta fecha muy reciente albergó en su seno la Biblioteca Municipal,
cuya riqueza bibliográfica se cataloga en más de 40.000 volúmenes, y el Museo
Arqueológico, en cuyo interior se expone el famoso CASCO GUADALETE,del siglo VII
a. C.. y los ídolos femeninos de la Edad de Bronce, entre otras valiosas piezas.
Posee, asimismo, la ciudad dignos representantes de la arquitectura del
regionalismo, como el edificio conocido popularmente como «El Gallo Azul», con
la impronta de A. González; la estación de ferrocarril y el llamado Recreo de
las Cadenas, y monumentos como el erigido a Miguel Primo de Rivera en la antigua
plaza del Arenal, original de Benlliure. Las fiestas de Jerez se polarizan en
las celebraciones de Semana Santa, a juicio de expertos la segunda de ANDALUCIA,
y en las fiestas primaverales de la universal FERIA DEL CABALLO. En cuanto a la
antigua feria de septiembre, denominada estos últimos años como FIESTA DE LA
VENDIMIA, se inclina a la promoción de los aspectos industriales y comerciales
vinateros, y viene pasando por diversos avatares. La tradición universitaria
que en los siglos XVIII y XIX animó a la ciudad en el real convento de Santo
Domingo y que los sucesos de su tiempo no permitieron cuajar, se realiza en la
época contemporánea al instalarse en su territorio la primera Facultad de
Derecho, dependiente de la Universidad de Cádiz, obra social de la CAJA DE
AHORROS DE JEREZ. Completa esta área docente una escuela universitaria de
Estudios Empresariales y otra de Formación del Profesorado de EGB, así como la
Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos. Posee Escuela de Turismo, obra
social de la Caja de Ahorros de Jerez, y tres institutos de Bachillerato. Dentro
del campo de la cultura específica singularizada, dedicada a promover el
conocimiento de las señas de identidad de la ciudad, hay que señalar la labor
realizada por el Centro de Estudios Históricos Jerezanos y por la Cátedra de
Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces, fundados, respectivamente, en
1931 y 1958. Radica, también, en la ciudad la ACADEMIA DE SAN DIONISIO DE
CIENCIAS , ARTES Y LETRAS, que, integrada en la confederación de academias
andaluzas, realiza una importante labor de promoción cultural. Son pedanías de
Jerez de la Frontera los poblados, aldeas y caseríos de Alcornocalejo, Añina, La
Barca de la Florida, Casablanca, Cuartillos, Charco de los Hurones, Dehesilla de
Algar, Estella del Marqués, Fuente del Rey, Gibalbin, Guadalcacín del Caudillo,
Los Isletes, La Jarda, José Antonio, La Ina. Macharnudo Alto, Mesas de Asta, El
Mimbral. Nueva Jarilla, El Portal, Los Repastaderos. El Romero, San Isidro del
Guadalete. San José del Valle, Solete Alto, Las Tablas, Tempul. El Torno.
Torrecera y Torre Melgarejo. JEREZ DE LA FRONTERA (ASALTO DE LOS CAMPESINOS DE
1892). Hist. En la noche del 8 de enero de 1892, cientos de campesinos de Jerez,
Sanlucar, Arcos, El Puerto de Santa María, Puerto Real, Puerto Serrano, Ubrique,
Benaocaz, Algar, Grazalema, Bornos y otras poblaciones de la provincia se
concentraron en las inmediaciones de Jerez, en los llamados Llanos de Caulina.
La contraseña era: «Mártires del trabajo» El primer objetivo fijado era la toma
de Jerez, de cuyo ayuntamiento se pensaban apoderar, sublevando a los soldados
de los cuarteles. cuya extracción social obrera y campesina les pareció que les
haría favorables a sus planes, y con ellos y sus armas contaban para poder
dirigirse a la cárcel y libertar a los presos. una vez apoderados de Jerez y
quemados los registros de la propiedad, se procedería a la institucionalización
de la anarquía y al reparto de las tierras del dilatado campo jerezano. Contaban
también con que los grupos obreros del interior de la ciudad se les unirían.
La entrada fue por el acceso natural de la población desde Sevilla, donde
estuviera el convento de capuchinos, convertido entonces en hospicio. Dando
vivas a la anarquía y a la revolución social y mueras a la burguesía, se
dirigieron al ayuntamiento, situado en Ia calle que por ello Ileva el nombre de
Consistorio, pero no lograron acceder al mismo. Intentaron entonces su objetivo
en el cuartel de San Agustín, cercano a la céntrica plaza del Arenal, pero no
sólo no hubo ningún movimiento de acercamiento de los soldados en favor de los
asaltantes, sino que éstos fueron rechazados. Se concentraron en la plazuela del
Carmen y decidieron dirigirse a la cárcel cercana, cuyos guardias, prevenidos,
dispararon contra ellos mientras intentaban algunos con sus hachas, y sin
lograrlo, derruir la puerta de la prisión.
Anduvieron entonces desorientados y sintiéndose traicionados por quienes desde
dentro les prometieron ayuda, y aunque las calles de Jerez estaban desiertas y
nada les hubiera impedido hacer daño en alguna casa, es obvio que no intentaron
en ningún momento molestar a la población, sino lograr por la fuerza un objetivo
político tomando los centros del poder sin perjudicar a las personas. No
obstante, y en la exaltación, dos jóvenes fueron asesinados, uno en la PorVera y
otro en la Lancería, sólo porque sus manos mostraban que no pertenecían a la
clase trabajadora manual. Por su parle, los atacantes tuvieron un muerto y
varios heridos. El asalto a Jerez no logró ninguno de sus objetivos y, antes de
amanecer, la Guardia Civil y otras fuerzas ya tenían en su poder varias decenas
de detenidos, mientras que otros muchos se marcharon amargados y defraudados por
la inutilidad de la acción. Enseguida se fue procediendo a la detención de
muchos jornaleros de todo el sector. Dividida la campiña en ocho zonas de
vigilancia y ejecutada la consigna de detener a todo sospechoso, con la ayuda
eficaz de la Guardia Civil, que también vigiló las líneas férrea y telegráfica,
se produjo un continuo fluir de presos a la cárcel jerezana. El día 10, con la
presencia personal del capitán general Sabas Martín, se decidió que la causa se
viera en tribunales militares. Dos escuadrones de Caballería fueron enviados a
Jerez desde Sevilla. El día 15 los presos eran ya 200. Y el día 24 el juzgado de
Jerez se inhibió de la causa, que pasó así oficialmente a las autoridades
militares: habría consejo de guerra. El día 4 se celebró el consejo de guerra.
El día 5 se le llevó la sentencia al capitán general. Pese a algunas peticiones
de clemencia, el día 7 se hizo pública la confirmación de la sentencia: son
condenados a muerte Antonio Zarzuela, Fernández Lámela, Fernández Reina (alias «Busiqui»)
y Silva Leal (alias «El Lebrijano»). Sobre algunos recayó cadena perpetua y
sobre otros pena de 20 años. Los cuatro condenados a muerte fueron ajusticiados
el día 10 de febrero a las 6,30 de la mañana, en presencia de unas 200 personas.
La ejecución fue por garrote vil. Más adelante hubo otro proceso, nada menos que
contra 315 campesinos, de los cuales 246 obtuvieron el sobreseimiento de su
causa. El procesado más famoso fue Fermin Salvochea, al que se acusó de haber
incitado, desde la cárcel gaditana, al asalto campesino. Como resultado, en
abril de 1893 fueron condenados nueve campesinos a cadena perpetua y otros a
penas menores, entre ellos Salvochea (a 12 años de prisión). JEREZ DE LA
FRONTERA (ASALTOS MERÍNÍES). Hist. Las invasiones meriníes comienzan a finales
de 1274, cuando el segundo emir nazarí de Granada, Muhammad II, pidió ayuda al
sultán meriní de Marruecos, Abú Yüsuf, contra Castilla y contra los enemigos que
tenía en el interior del país, los famosos «arráeces» Asquilula. El nazarí cedió
a los marroquíes Tarifa y Algeciras para facilitarles el desembarco. Los
meriníes, al mando de Abü Yüsuf, desembarcaron en Tarifa el 13 de mayo de 1275,
saqueando las cercanías de Vejer y «continuó su marcha... matando, razziando y
destruyendo aldeas y fortalezas, quemando las mieses, talando los árboles
frutales y arrasándolo todo, hasta que llegó a Jerez, sin que ningún cristiano
osase salir contra él», como cuenta Ibn Abi Zar en su crónica Ruwil ai-Quirtas.
En agosto del mismo año se produce un segundo desembarco, y en noviembre:
«Después de robar y devastar sus alrededores, quemar sus aldeas y destruir sus
castillos, se fue para Jerez e hizo con ella lo que con Sevilla; después de
sitiarla tres días se marchó a Algeciras, donde entró el 27 del mismo mes (16 de
noviembre de 1275).» Entre junio y octubre de 1277 tiene lugar el tercer
desembarco meriní: «Después salió contra Jerez el 15 de rabi segundo del 676 (15
de septiembre de 1277), decidido a destruirla y arrasarla; acampó sobre ella y
la sitió, atacándola con brío; comenzó a cortar los olivares, viñas y arbolado,
quemó las mieses y destruyó las aldeas y torres.» Los meriníes desembarcaron de
nuevo en Algeciras en julio/agosto de 1282, pero en esta ocasión no atacaron
Jerez. El ataque más duro tuvo lugar durante 1285. El 12 de abril el emir meriní,
Abú Yúsuf, desembarcó en Tarifa: «Acampó ante Jerez el 20 de safar del 684 (27
de abril de 1285). Desde que llegó, todos los días, después de hacer la oración
de la mañana, cabalgaba con lodos sus soldados y se paraba ante la puerta de
Jerez», disponiendo las algaras por la mañana, hasta las tres de la tarde, hora
de rezar el aser. Pero la campaña sistematizada empieza el 1 de mayo, día en que
se unieron a las tropas del emir los Benimerines árabes, caballería tarifeña y
peones de los castillos, llevando armas y pertrechos. El 2 de mayo la víctima
fue Sanlúcar. El 3 talaron los campos de Rota. El 4 perecen en una emboscada
numerosos pastores jerezanos. El 5 combaten a Jerez. El 6 llegan hasta Sevilla y
continúan hasta Carmona y Alcalá. El 8, Abú Yúsuf da órdenes terminantes para
apretar el asedio de Jerez: «Mandó en esta ocasión a los árabes de 'Asam que
rodeasen las puertas de Jerez para coger al que huyese de ella y matar al que
quisiese entrar.» El 9: «Mandó el emir de los musulmanes al emir Sylayman ben
Yahya, el Julti, que eligiese 1.000 caballos de los árabes jult y se mantuviese
con ellos contra Jerez, observando a sus habitantes para que nadie saliese y
cortándoles los aprovisionamientos; los árabes jult no cesaban de rodearla día y
noche.» El 11: «El emir de los musulmanes se situó en los olivares de Jerez para
que no saliese de la ciudad ningún cristiano que inquietase a los musulmanes.»
El 12, después de la oración: «Púsose sobre Jerez y la atacó con gran brío,
tanto, que entraron los musulmanes en sus arrabales y los quemaron, matando en
ellos a más de 700 cristianos.» El 13: «Cabalgó también el emir de los
musulmanes contra Jerez.» El 16: «Salieron unos árabes jult contra una torre de
las cercanías de Jerez.» El 22: «Atacó a Jerez con gran ímpetu, muriendo
acribillados a flechazos unos cuantos valerosos cristianos que salieron a
combatir.» El 27 llegaba del Magreb Abü Ya ´Qüb, el primogénito del emir, con un
poderoso ejército. El 30 cambió de sitio el campamento: «Pasó el Guadalete y
acampó en medio de las viñas y huertas, cerca de Jerez.» El 31: «Cabalgó también
el emir de los musulmanes con todas sus tropas contra Jerez y la atacó.» El 2 de
junio: «Mandó el emir de los musulmanes a su hijo el emir Abú Mu'arrif que
cabalgase con un cuerpo de ejercito y atacase a Jerez, combatiéndola con
insistencia todos los días; lo hizo así y la atacó todo el día hasta la noche, y
en adelante no dejó el emir Abü Mu'arrif de dirigir sus tropas contra Jerez
todos los días y de combatirla desde la mañana hasta la noche, matando
diariamente muchos cristianos y cautivando mujeres y niños; la causa de su
insistencia en atacarla y estar sobre ella era el prohibir a los cristianos
salir a sus propiedades y asegurar a los musulmanes que se desparramaban por la
tierra para segar y recoger las cosechas.» El 10 volvía Abü Yüsuf de sus
correrías devastadoras por los campos sevillanos, llevando muchísimos cautivos;
«El ejército pasó con la presa, aherrojados los hombres y atadas las mujeres con
sogas, y así se adelantó hacia Jerez para aflicción y espanto de sus
habitantes.» El 21 emplearon naves: «Para traer máquinas, flechas y pertrechos
de guerra y emplearlos contra Jerez.» A pesar de todo, sufriendo mil penalidades
y sin poderse aprovisionar, no se rindieron a los sitiadores. El 6 de julio:
«Salieron los cristianos de Jerez para aprovisionarse y hacer leña; se
interpusieron entre ellos y la ciudad los árabes de Sufian, y mataron a unos
30.» Así continuó la situación, asolando los campos, asesinando, robando hasta
el 28 de djumada primera (2 de agosto), en que Abü Yúsuf levantó el sitio sin
haber podido conquistar Jere
Datos extraidos del Diccionario Cinterco.