AMPARO AGUJETAS
ENTREVISTA A AMPARO AGUJETAS
AMPARO AGUJETAS. CANTAORA
"Lo único que me da miedo es no estar a la altura de lo que representa este nombre"
La joven cantaora, hija de Paco Agujetas y la segunda voz femenina que se atreve a dar el paso en la saga, acaba de iniciar su trayectoria profesional de la mano de Alberto San Miguel
Amparo de los Santos, 'Amparo Agujetas' (Rota, 1981) es el último producto de la 'factoría Agujetas', o más concretamente, la última que se ha decidido a vivir del cante. Hija de Paco Agujetas y nieta del Viejo Agujetas, busca adentrarse en este difícil mundo del flamenco. Ilusión no le falta, condiciones tampoco, sólo es cuestión de tiempo para que ese gen característico que lleva en su ADN tenga su sitio en los escenarios. De ella, Alberto San Miguel, quien le está acompañando en estos inicios, destaca que "en el escenario se crece, da más. Después, tiene mucha afición, es disciplinada y responsable, que también es importante".
¿Cuándo decidió dedicarse al cante?
Bueno, yo me interesé por el cante cuando tenía 18 años, de hecho fui a algunos sitios con mi padre, pero después de su fallecimiento lo dejé todo. Hace un par de años decidí volver y bueno, ahí estoy intentando retomarlo, porque aunque públicamente no lo había hecho, reconozco que el cante ha seguido siendo parte de mi vida en todo momento.
¿Y qué le impulsó a volver?
No lo sé, pero algo tenía dentro que me decía que tenía que cantar. También la muerte de mi tío, que para mí ha sido de los más grandes, fue el último empujón que necesitaba.
¿Qué metas se ha propuesto?
Bueno, me gustaría vivir de esto y sobre todo dejar el listón a la altura de la familia, que es una responsabilidad. Yo soy Agujetas y me gustaría que este sello no se pierda. Está claro que están mis primos y mi tío Diego todavía, pero yo también quiero aportar mi granito de arena.
¿Y le da miedo estar en el punto de mira con ese nombre?
Miedo no me da, aunque soy consciente de que es una responsabilidad. Llamarse Agujetas te abre puertas pero también hace que la gente te exija más porque quiere escuchar una forma determinada de cantar. Quizás sea eso lo que me dé más respeto, el hecho de no estar a la altura de lo que conlleva el apellido de mi gente.
Su padre falleció hace ya varios años, ¿qué aprendió de él?
Bueno, de él lo aprendí todo, aunque nunca quiso que ninguno de sus hijos nos dedicáramos a esto. Él era un padre y dejó el mundo del cante por criarnos a nosotros que somos trece hermanos. Tenía que trabajar, por eso lo dejó aparcado, aunque cada vez que podía echaba su cantecito. Para mí fue un padrazo y luego como cantaor también tenía muchas virtudes, era un monstruo.
Usted, ¿con qué cante se siente más cómoda?
Yo con el cante que tiene el sello de mi gente, y más concretamente, si me pregunta por un cante concreto, con la seguiriya. Me siento muy cómoda haciendo seguiriyas.
Hasta ahora ha realizado una pincelada en la Peña El Pescaero junto a su tío Diego y en Zamora, ahí ya con mucho más protagonismo....
Eso es. En la Peña El Pescaero canté con mi tío Diego pero el recital era suyo, yo sólo di una pincelada. Luego, en Zamora gusté a mucha gente, y bueno, me ha salido otra cosa allí y en Sevilla, donde voy a la Peña Torres Macarena el próximo 24 de noviembre.
¿Su cante es algo natural?
Sí, porque yo no lo he estudiado, lo he aprendido de escuchar a mi abuelo, a mi padre y a mis tíos. De todos modos, soy consciente de que hoy en día hay que estar preparada, porque luego vas por ahí y ves que la gente hace de todo.
Pero, ¿cambia mucho cantar con su gente que hacerlo en un escenario?
Claro que cambia, no tiene nada que ver. Yo de momento me siento a gusto, y aunque todavía no tengo muchas tablas, siempre intento ser natural y sobre todo ser yo. A mí me gusta mucho escuchar a mi gente.
En su familia sólo Dolores se ha dedicado a cantar, ¿por qué no hay más mujeres?
No sé, en mi caso, porque nosotros somos ocho hermanas, no lo hemos hecho porque mi padre nos apartó. Y eso que cantamos casi todos los hermanos, pero ya digo, de momento sólo estoy yo y otra prima mía, Pili Agujetas, que está ahí pero todavía no se ha decidido a dar el paso definitivamente.
¿Qué tiene el cante de los Agujetas que no tienen otros?
No sé, pero sí que algo tiene, porque a mí me lo dice mucha gente. Supongo que será la pureza o la bravura que tiene el cante.
¿Qué escucha habitualmente Amparo Agujetas?
A mí me gusta escuchar a Manuel Torre, Juan Talega, la Fernanda, a mi tío Manuel, a mi abuelo y un poco a mi padre, porque aparte de que hay poquitas cosas de él, todavía me cuesta escucharlo y eso que falleció hace ya doce años.
Ahora se ha puesto usted en las manos de Alberto San Miguel...
Sí, la verdad es que estoy muy contenta. Él sabe bien cómo somos los Agujetas y me está ayudando mucho porque después de todo es mi sueño. Ya no se trata poder vivir del cante sino es que lo necesito para estar bien conmigo misma.
¿Le molesta que a veces se le ponga a los Agujetas una etiqueta?
A veces sí y a veces no. Cada persona es de una manera y no tienen por qué etiquetarte. Yo soy de una manera y tengo la conciencia tranquila.
Porque a veces se oye eso, en tono despectivo, de que los Agujetas no saben cantar por bulerías...
(Risas) Sí, es verdad, yo lo he escuchado. Eso es una tontería porque mi tío Diego, por ejemplo, canta muy bien por bulerías. Y dicen que Domingo Rubichi, que era hermano de mi abuelo, mi propio abuelo y el otro hermano, el Ciego, también. A veces se ponen clichés y se mantienen sin ninguna base. Yo me estoy preparando un estilo de bulerías que hace poca gente porque es muy difícil.
Antes ha dicho que este es su sueño. ¿Con qué sueña?
Pues sueño con ser cantaora. Por ejemplo, cuando estuve en Zamora hace unas semanas era como si lo hubiera vivido antes. Mi intención es seguir por este camino, pero bueno, si al final no cuajo, con lo poco que he hecho me siento satisfecha.
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FRAN PEREIRA - Jerez, 15 Octubre, 2017 - Amparo Agujetas posa para Diario de Jerez antes de la entrevista. FOTOS: MANUEL ARANDA
https://www.diariodejerez.es/jerez/unico-miedo-altura-representa-nombre_0_1181882268.html