EVA RUIZ

ENTREVISTA A EVA RUIZ CANTAORA

Eva Ruiz sabe muy bien lo que se trae entre manos. El cante no es sólo producto de las musas. La sangre es importante, claro, pero el trabajo lo es más. Inquieta, despierta y ansiosa por aprender rebusca por sí misma en los palos: "es la parte más gratificante de mi trabajo", dice. Se mueve con soltura en, podría decirse, cualquiera aunque "el cante por excelencia es la Soleá. Podría dedicarse media vida a estudiarla". Trabaja en la compañía de Esperanza Fernández y tiene en su curriculum una importante nómina de buenas colaboraciones en compañías de danza, flamenco y teatro. La hemos visto mezclarse con Varuma, sin ir más lejos. Su educación sentimental como cantaora va desde El Chozas hasta El Lebrijano, sin olvidar a jóvenes ya imprescindibles como José Valencia. Es una enamorada de la guitarra, adicta a Paco Cepero y a Paco de Lucía. Su buen buen gusto flamenco se pone de manifiesto sobre el escenario, dónde el duende descubre a una cantaora abierta al mundo, con muchas ganas de aprender y muy consciente de que el trabajo es la única clave del éxito.

Cuéntanos un poco por dónde te mueves actualmente

Ahora mismo, trabajo en Sevilla, en la Escuela de Esperanza Fernández, dando clases de cante, donde llevo dos años, pero sobre todo estoy cantando para el baile, que es algo que la verdad me encanta, y con lo que aprendo muchísimo. Por otro lado no paro de estudiar, de intentar conocer los cantes, ahora de una forma personal, sin guía. Quiero decir que años atrás estudiaba los cantes que me ponía José de la Tomasa, Esperanza o Paco Taranto, en la fundación, ahora intento que mi conocimiento no se vea limitado por ninguna influencia, más que por mi propia intuición. Esta es la parte de mi trabajo más gratificante, y a la vez la más ingrata.

Hemos tenido pocas ocasiones de verte en Lebrija, ¿dónde has trabajado? (festivales, compañías…)

Bueno, desde que no canto en Lebrija, que creo que va para cuatro años, he hecho varias cosas. Continué dos años más en la Fundación Cristina Heeren, trabajando en las clases de baile, con maestros tan importantes como José Galván, Carmen Ledesma, Milagros  junto con actuaciones en peñas Flamencas de Granada, Almería… Hice una cosa, que me pareció interesante en cuanto que era otra forma de mostrar el   Flamenco, sobre todo a los niños, con Varuma teatro, una obra que se llamaba Malgama, en la que se conjugaba el circo y el Flamenco. Este año pasado formaba parte de una iniciativa de la Confederación andaluza de Peñas Flamencas, llamada “Las Peñas de Guardia”, en Sevilla, y desde mayo hasta noviembre trabajé en la  Compañía de Antonio Márquez, con el que pude actuar en teatros de Italia, Francia, Alemania, Suiza, Brasil….

Quienes sí te han visto reconocen en Eva Ruiz una cantaora muy completa capaz de manejarse en cualquier palo, ¿en qué cantes te sientes como en casa?

Para mi el cante grande por excelencia, es  La Soleá, un cante que en sí encierra un mundo, se podría dedicar media vida a estudiar sólo cantes por Soleá.  Yo me encuentro siempre muy a gusto cantado los cantes de compás: La Soleá, la Bulería, las Alegrías, las Cantiñas, los Tangos…  Aunque últimamente, estoy empezando a disfrutar de los cantes por Malagueñas, de los cantes de Levante, de los llamados libres, a los que voy cogiéndoles mi propia medida e intentando hacerme con ellos.

¿De dónde bebe tu inspiración Flamenca? 

Mi forma de entender el Flamenco, creo que se podría definir como muy tolerante y muy poco excluyente. Yo te diría que a mi de los más antiguos, me parece una maravilla que Manuel Torre cantara como cantaba en esa época, hace prácticamente un siglo, o Juanito Mojama, un señor que es bastante desconocido. Chacón fue un gran creativo. De la época de Pastora Pavón, ella fue la verdadera genialidad, y su hermano Tomás,  pero claro estaban en esa  época  también Mairena, Caracol, Vallejo… Podría decirte cientos de cantaores y cantaoras que me llenan y de los que intento aprender: el cante por Cabales de Sernita de Jerez, es algo que me supera, Terremoto, La Paquera, Tío Borrico, La Perla de Cádiz, Camarón,…. Y llegando a Lebrija….. El Chozas, La Perrata, Curro Malena, Manuel de Paula, José Valencia, Lebrijano……  Y no solamente del cante, porque siento pasión por la guitarra, y aquí tenemos la  suerte de tener a Pedro Peña, al inolvidable Pedro Bacán…. Soy casi adicta a escuchar cantaores acompañados por Paco Cepero, a mi parecer quien mejor ha acompañado al cante en los últimos cuarenta años, y por supuesto  Paco de Lucía, que es el que ha revolucionado la guitarra flamenca realmente en esos mismos cuarenta años, influyendo en el cante, en el baile y llevando la guitarra a un nivel impensable antes de su llegada. Seguramente a quien más haya escuchado yo haya sido a Paco de Lucía. Y es  de todo eso que menciono anteriormente, y mucho más  de donde rebusco mi propia forma de ver el Flamenco, y donde me inspiro.

¿Qué esperas de la 44 Caracolá Lebrijana?

Hombre, en general que sea un éxito como siempre, que siga dando a Lebrija el sitio que se merece en el mundo del Flamenco,  que tenga lleno absoluto, puesto que festivales como el de La Caracolá son todavía de vital importancia para el Flamenco, para los aficionaos, y para los artistas, aunque soy de la opinión que el formato hay que ir cambiándolo, como veo que se está haciendo. En cuanto a mi participación en los actos de Homenaje a Lebrijano, pues que mi cante sirva dignamente para tal fin, y que los lebrijanos que ese día vengan a escucharme, se vayan a casa con buen sabor de boca, que lo que tengo que decir sea interesante para el público.

Pregunta obligada: ¿Quién ha sido y es, en tu opinión, Juan Peña El Lebrijano en y para el Flamenco?

Para mí, Lebrijano es el artista que mejor conjuga tradición y evolución dentro del Flamenco. Juan es  un cantaor con una personalidad arrolladora, una de las más fuertes del flamenco, y con  unas cualidades que hacen de su cante único: ese dominio vertiginoso del compás, su  facilidad para improvisar y hacer suyo hasta el más antiguo de los cantes, su creatividad, su visión musical para unir el Flamenco a otras músicas… Lebrijano fue en su momento un trasgresor, para los puristas, para los jóvenes, actualmente, es un referente del que no se puede prescindir, y será, espero,  dentro de muchos años, un mito. Y lo que es indudable es que Lebrijano ha sacado el Flamenco de “su casa” para que el mundo lo conozca, y esa es una labor que sólo unos pocos han conseguido. A mi me alegra enormemente que a Juan se le dé un homenaje de esta categoría en vida, y poder participar de alguna forma en él, porque yo a Lebrijano le tengo prácticamente devoción, en mi casa somos admiradores de Lebrijano desde que tengo uso de razón. Una de las primeras cosas que recuerdo ver y oír en casa, siendo muy  niña, era una cinta de cassette de Persecución.

 

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