ANTONIO FERNÁNDEZ DÍAZ
(FOSFORITO)
ENTREVISTA A ANTONIO FERNÁNDEZ DÍAZ (FOSFORITO)
"Córdoba merece un reconocimiento por la labor que hace de la difusión del flamenco"
El artista pontanés, ganador absoluto de la primera edición del Concurso, es uno de los miembros del jurado que decidirá a los finalistas de esta edición
El cantaor pontanés Antonio Fernández Díaz Fosforito (1932) no sólo es considerado uno de los máximos exponentes del cante jondo, sino que representa en sí los valores primigenios con los que nació el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, del que fue ganador absoluto en 1956. En esta 19ª edición de la cita será uno de los miembros del jurado que seleccionará a los finalistas y ganadores de entre los 167 artistas inscritos.
¿Qué le parecen los cambios que se han introducido en esta edición del Concurso?
Respecto a la fecha, el mayo cordobés es incomparable pero hay muchos acontecimientos. A mí en principio me extrañó pero razonando lo he visto bien. Ahora la intención es que el protagonista absoluto sea el Concurso. Además la mayoría de los cantaores, que son profesionales, en mayo tienen otros compromisos y en noviembre están más libres. La prueba está en que hay 167 participantes inscritos. Por otra parte, han dotado a los premios de más cantidad. Antes había muchos premios con nombres de determinados artistas y ahora hay secciones de cante. No me parece mal porque un premio en Córdoba siempre tiene categoría.
¿Introduciría otros cambios?
Quizás mantendría el premio Silverio al cantaor más completo. La idea de los organizadores es que sobre la marcha se vayan modificando las cosas que puedan mejorar el certamen.
¿En qué momento se encuentra el certamen?
El Concurso necesita un arranque con categoría. Creo que la Junta ha estado un poco encerrada en sí misma y hay que darle más aire al flamenco porque está en un momento glorioso, está reconocido en cualquier lugar del mundo, es universal. Ahora está pendiente de ser nombrado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Creo que el flamenco está en un auge extraordinario y el Concurso está en ese ritmo. Y esa es la pretensión, que no decaiga, sino que vaya a más y salgan tres hermosos premios.
¿Cree que en los últimos años le han quitado protagonismo otros festivales?
Quizás está un poco mal promocionado. El Concurso de Córdoba tiene su sitio pero veo que en otros como La Unión hay publicidad dos meses antes de su celebración. Y es un concursito comparado con el de Córdoba. Allí hay unos actos paralelos y los artistas ya van preseleccionados. Lo que se celebran en La Unión son actuaciones artísticas de figuras, que va a pasar también en Córdoba.
¿Cuáles son los rasgos diferenciadores del Concurso Nacional?
Lo hace especial que la gente viene con mucha ilusión. La nómina de artistas que han pasado por aquí es grandísima, con nombres como Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar, Serranito, Beni de Cádiz, Fernanda de Utrera, El Lebrijano, José Mercé... No tengo memoria para enumerar todos los artistas que han tenido su espaldarazo en Córdoba y el certamen les ha servido de trampolín.
Como conocedor y seguidor del Concurso, ¿qué balance hace de estas 19 ediciones?
En los años 50 el flamenco estaba entonces en un buen momento. Este certamen se hizo más o menos a imagen y semejanza del de Granada de 1922 auspiciado por un puñado de intelectuales. Aquí el Ayuntamiento, con el asesoramiento de Ricardo Molina, González Climent, Muñoz Molleda y Aurelio Selles, creó un concurso como el de Granada con idea de rescatar y dar categoría a los cantaores, que había muchos. Era una época de cantes amables y muchos no se desarrollaban nada más que en las fiestas privadas. Así que la intención era que afloraran los cantaores y ofrecerles un sitio donde exponer su sabiduría y talento. Fue una manera de darles un sitio y que pudieran funcionar, como pasó conmigo. Yo no nací en Córdoba como cantaor, cuando llegué al Concurso ya llevaba 15 años actuando. Este certamen ha sido siempre punta de lanza. Desde que se celebró el de Granada no había pasado ningún acontecimiento de tanta importancia hasta mayo de 1956. A lo largo de estos años ha tenido altibajos en razón de la categoría de los concursantes. Ha habido momentos en los que se han dado premios desiertos porque los participantes no estaban en el nivel exigido. Eso honra al flamenco, le da categoría y dignifica al propio Concurso. No es porque el jurado quiera, sino para conservar la calidad y dar esa gloria a la gente que lo merece. Queremos que salgan artistas, que afloren y poder disfrutar de lo que hacen.
¿Cree que ahora es menos necesario para los flamencos darse a conocer en los festivales por las facilidades que dan otros medios como internet?
Cuando se habla de la época dorada del flamenco, de Chacón y Manuel Torres por ejemplo, se habla de ellos ahora, después de 80 años. Pero no estaban solos, había otros tantos cantaores que lo hacían muy bien. Ahora mismo pasa lo mismo, que estén en el candelero hay cuatro. Aparte hay bailaores y guitarristas maravillosos que funcionan pero no hay tanto reconocimiento a los cantaores. Sabemos que hay muchos que cantan bien pero no tienen el mismo sitio. Hay cantaores que lo hacen maravillosamente bien y que se mueven con una gran categoría y conocimientos, independientemente de otros movimientos que están en la heterodoxia del flamenco. Pero bueno, ya aprenderán, es cuestión de tiempo. Por otra parte, hay muchos que no tienen su sitio y necesitan ese empujoncito o así lo creen ellos.
¿Qué supondría para el flamenco su nombramiento como Patrimonio Inmaterial de la Unesco?
La pregunta es: ¿Lo necesita el flamenco para su conocimiento universal? Quizás no, pero no le viene mal. Le pondría un marchamo más de calidad, de reconocimiento, en cuanto a la categoría musical que significa. Y Córdoba contribuye mucho a eso, a la expansión, a la difusión, al conocimiento. A Córdoba no la tienen en cuenta las autoridades y la ciudad necesita un reconocimiento universal por la labor que hace tan pura en la difusión del flamenco.
Respecto al Centro Fosforito, ¿hay novedades sobre su apertura definitiva?
Eso está ahí entreabierto. Es cuestión de que haya medios para acabarlo y encontrar la forma porque en el Archivo Municipal hay 13 bultos que salieron de mi casa hace más de diez años. Desde que se llevaron esas cosas hasta este momento de mi vida ha pasado artísticamente lo más importante como la Llave de Oro en el Cante, la Medalla de Oro de las Bellas Artes o la Medalla de Andalucía.
Fosforito Medalla de
Oro al mérito en las Bellas Artes,
en la Catedral de Toledo, José Maria Ruiz Fuentes
estrechando su mano, para darle la enhorabuena ,
Toledo 12 de Diciembre de 2007
Ángela Alba / Córdoba | Actualizado 07.11.2010
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