ALICIA ALONSO
ENTREVISTA A ALICIA ALONSO
"En Cuba la danza es tan popular como el fútbol"
Desde su retirada de los escenarios, la artista cubana se ha convertido en una de las mejores embajadoras de las artes, a las que considera "un alimento para el ser humano"
En su última visita a las tierras colombinas, con motivo del homenaje que la Fundación Caja Rural del Sur ha querido rendirle en su 90 cumpleaños, la cubana Alicia Alonso, prima ballerina abssoluta, coreógrafa y directora del Ballet Nacional de Cuba, concedió una entrevista en exclusiva a Grupo Joly. Lo hizo después de recibir los aplausos del público sevillano en una gala celebrada el pasado día 10 en el Teatro de la Maestranza y en la que participaron estrellas de la danza española y latinoamericana. Alonso estaba feliz de volver a Sevilla y, sobre todo, a La Rábida, donde bailó en la década de los 80 y cuyo monasterio, según dijo más con sus hermosas y cuidadas manos que con su voz, estaba deseosa de "sentir", pues un desprendimiento de retina en ambos ojos, con apenas 20 años, hizo que su vista fuera casi sustituida por los demás sentidos y por un talento fuera de lo común.
¿Cómo fue capaz de bailar después de más de 10 operaciones en los ojos, de crear un ballet (en 1948) en un país sin ninguna tradición y de mantenerlo con obstáculos como los que encontró durante la dictadura de Batista?
Mire, la danza clásica es la disciplina más dura que existe. Los bailarines son como atletas que tienen que competir cada noche. Hay que luchar muy duro pero cuando se quiere se puede. Yo siempre tuve claro que quería bailar y eso hice, siempre. Cuando tenía que estar en la cama, repasaba los pasos en mi cabeza. Luego, con el Ballet, hubo muchos obstáculos. Batista nos lo puso difícil y a veces tuve que llevarme a mis bailarines a los Estados Unidos. Pero cuando se produjo la Revolución de 1959, el comandante Fidel Castro me preguntó: "¿Qué necesitas para tener un ballet como el que has soñado?" Y me dio todos los apoyos necesarios para que el Ballet de Alicia Alonso se convirtiera en el Ballet Nacional de Cuba que hoy todos conocen.
¿El BNC es pues hijo de la Revolución cubana?
Nosotros somos parte de la Revolución. Con la educación logramos crear una tradición que antes no existía. Fuimos a todas las escuelas, hablamos con los niños y con los padres, se abrieron escuelas provinciales y se dieron miles de becas. Nuestra Escuela de La Habana sigue siendo hoy la cantera del Ballet y la danza es tan popular como el fútbol. A veces, la gente duerme en la calle para conseguir una entrada y hasta los taxistas discuten las coreografías con los clientes.
¿Entonces Cuba no se resiente de la gran crisis que está atravesando el ballet clásico en Europa, que fue su cuna?
Yo no veo esa crisis. Además de en Cuba, el BNC tiene tantos compromisos por el mundo para la próxima temporada que hemos tenido que desdoblarlo en dos elencos para poder atenderlos. Acabo de llegar de Australia; viajo por todo el mundo y veo siempre teatros llenos…
Su amor por los bailes españoles, los primeros que aprendió de niña cuando su familia tuvo que desplazarse por un año a Jerez de la Frontera, la ha llevado a colaborar con muchos artistas andaluces, el último de los cuales ha sido Antonio El Pipa. ¿Es cierto que formó pareja con Antonio Gades y que fue usted quien lo convenció para que volviera a bailar cuando éste lo abandonó todo en protesta por las condenas a muerte firmadas por Franco en 1975?
Las dos cosas son ciertas. Antonio era un bailarín tremendo y cuando me dijo que no quería bailar más yo le dije: "Si tú no bailas, te condenas al silencio porque tu voz es tu arte". Yo lo adoraba y una vez logré incluso que bailara en una Giselle mía, en el Metropolitan de Nueva York, en el personaje de Don Hilarión. Más tarde, también bailamos el dúo Ad libitum. Ay, él, tan masculino, con sus zapateados y yo a su lado, en puntas. Fue una experiencia maravillosa".
Giselle ha sido su personaje más querido y más aplaudido, ¿qué otras mujeres le ha gustado interpretar?
Ah, muchas; he interpretado a Yocasta, a Lucrecia Borgia… y a Carmen, que bailé una vez en los festivales que se celebraban en la Plaza de España de Sevilla.
Por último, con su experiencia, ¿qué le diría a los jóvenes bailarines y bailarinas españoles y a los políticos que piensan que no se puede apoyar tanto a las artes en épocas de paro y de crisis?
A los bailarines les digo siempre que luchen y que sean constructivos, que sigan siempre adelante sin esperar que nadie siegue la yerba bajo sus pies para que pisen más suave. A los políticos, que no sean tan obtusos porque la danza llega a todos, del más sabio al más inocente. Que la danza, las artes, son también un alimento, algo capaz de dar felicidad y hacer que la gente mire al futuro con más optimismo.
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Rosalía Gómez / Huelva | Actualizado 17.10.2010 - En la foto de encabezamiento La legendaria bailarina cubana Alicia Alonso (La Habana, 1920), en su reciente visita a Huelva y Sevilla.
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