VICENTE SOTO “SORDERA”
ENTREVISTA A VICENTE SOTO “SORDERA”
"Adaptar a los del Siglo de Oro es muy cómodo, tenían nuestro ritmo"
Tras cantar por Pessoa, Cernuda o Machado, el nuevo disco de Sordera está letrado por Quevedo, Góngora y Lope. Un reto que asume porque, defiende, vive "dentro" de su tiempo, manteniendo su raíz
Vicente Soto 'Sordera' (Jerez, 1954) lleva muchos años llegando tan alto como su voz, cuyos ecos han resonado por todo el mundo. Y abre las puertas de su casa a un periodista más con la sencillez y la humildad que la mala fama niega a muchos artistas. Jerezano que ha dado a conocer su tierra -"pregúntale a un japonés por la Calle Nueva, verás que la conoce"-, también exporta al mundo los poetas españoles del Siglo de Oro con su nuevo trabajo titulado 'Versos Navegables', estrenado el pasado mes de junio y que le ha llevado hasta el mismísimo Festival de Teatro Clásico de Almagro.
Explíqueme el proyecto musical en el que está inmerso ahora.
Ahora estamos trabajando en un disco y un dvd que recoge el espectáculo que estamos haciendo, 'Versos Navegables', con poemas de Lope de Vega, Góngora y Quevedo y hago un recorrido de cantes distintos, de los más primitivos a los más festeros, como el martinete, la debla, alegrías...
¿Elegía los palos del cante según las formas de un poeta u otro?
Sí, a Quevedo, por ejemplo, le venían bien cantes como la debla, la toná y el martinete, cantes antiguos. Góngora sin embargo era más de alegrías y para Lope de Vega escogí las soleares, porque precisamente tiene un poema que se llama 'De mis soledades vengo'.
¿Cómo surge esta idea?
Consiste fundamentalmente en unir lo musical y las letras. Ya había hecho antes otros trabajos de este tipo, dedicados también a la poesía, pero nunca sobre estos grandísimos poetas del Siglo de Oro, así que era un buen momento. El proyecto nace junto a un gran amigo mío, Pedro Atienza, periodista y poeta. En el 86 hicimos un homenaje a Fernando Pessoa, el primer trabajo juntos, que fue muy importante y muy bonito. Fue de lo primero que se hizo de Pessoa, no estaba reconocido, sacamos ese disco y a partir de ahí se conoció a este gran poeta. Era como el Lorca de Portugal.
¿Cómo se seleccionaban los poemas?
Pedro Atienza me ayudaba a adaptarlos y seleccionarlos. Sabe de letras más que yo. De lo que yo sé es de cante, y entre los dos, que ya son muchos años, hemos sacado esto adelante.
¿Cómo lo conoció?
Esto comienza hace la friolera de 25 años, cuando éramos dos chavales. A él le llamaba la atención lo que yo hacía y a mí todo lo que el conocía de las letras. Ahí nació nuestra amistad.
El flamenco en el siglo XVII no existía, pero ¿quizás podrían tener algo de gitanos aquellos poetas?
Yo les veo una medida y un ritmo al escribir perfectamente adaptables a lo que yo hago. El flamenco no se conocía por entonces, pero es muy cómodo hacer una adaptación de ellos. Es el ritmo que nosotros tenemos, sin que hubiese una relación.
¿Con quién se quedaría del Siglo de Oro?
No podría decirte. Quevedo, Lope y Góngora eran tres grandes poetas. Con todos me siento cómodo, porque por algo son quienes son.
A lo largo de su carrera ha versionado a grandes poetas, desde Bergamín hasta Alberti pasando por Juan Ramón o Machado. ¿No hay letristas buenos hoy en día ?
No ha sido por eso, no. Yo he hecho cosas populares de toda la vida, que están a la altura de cualquiera, letra de gente de nuestras raíces, gitanos que han hecho letras maravillosas siendo analfabetos, cosas que son importantísimas dentro de lo que es la cultura, muchas letras populares.
Cuénteme, ¿cómo fue la experiencia del Festival de Almagro, donde actuó a mediados de julio?
Ya estuve hace unos años con un espectáculo, 'El Quijote cantante y sonante', junto a otros artistas. Este año he vuelto y ha sido una maravilla, el único espectáculo puramente musical. Allí han estado encantados. Tengo unas críticas maravillosas. Lo mejor es que se mantiene la pureza de los textos y del flamenco.
¿Dónde se ha sentido más a gusto actuando a lo largo de su carrera?
El flamenco tiene mucha aceptación vayas adonde vayas, pero lo que me impactó más fue cuando hicimos el espectáculo de El Quijote en Viena. Yo iba preocupado con el idioma. El baile, por ejemplo, gusta porque no hay una barrera, pero lo acogieron como si estuviésemos por aquí cantando. Aparte, yo recorrí mucho el extranjero acompañando a Antonio Gades, la Chunga o Manuela Vargas.
Tal y como dicen otros flamencos, ¿usted también se siente un intelectual al salir al extranjero?
No soy un intelectual. Yo soy un flamenco, pero con un espíritu abierto. También pasa que nadie valora las cosas cuando las tiene en casa. Ahora se le está dando el sitio que merecía.
¿Con quién se queda de los últimos tiempos del flamenco?
Con Paco de Lucia y Camarón.
¿Es usted un purista o un renovador? ¿Qué piensa de las críticas que se han lanzado contra Enrique Morente o su primo, José Mercé?
Yo mantengo una herencia de mi familia, de mi gente, y después tengo mi identidad, por supuesto. Para hacer cosas nuevas hay que saber mucho, no vale cualquiera, Camarón lo hizo de una forma muy suya que no es criticable. A Camarón hay que tocarle las palmas. Por mi parte, yo intento mantener las raíces, pero siempre dentro de mi tiempo.
¿Qué se hereda, la garganta o el duende?
Los genes. Nosotros somos la saga de los Sordera, que es muy importante. Ahora van desapareciendo las sagas y las que hay son de la Baja Andalucía, porque el flamenco es una tradición oral de familias. Eso es muy bonito.
¿Qué le dio y qué le quitó llamarse Soto?
Llamarme Soto y Sordera siempre ha hecho que la gente me trate bien. Ha sido una sensación de respeto y cariño. Mi padre fue muy respetado y muy honesto en su cante. Eso es una alegría y un orgullo para mí.
¿Cómo ve el futuro del flamenco?
Se está abriendo ahora. Hay que unir a la pureza algunas cosas para que se pueda mantener. El flamenco con la literatura tiene mucho futuro; esa es la manera.
Antes en televisión, existiendo sólo un canal, era muy fácil encontrar flamenco; ahora que hay más de veinte es casi imposible, ¿por qué?
Eso es una pena. Yo creo que la gente que manda en los medios y los gobiernos tendría que aportar algo en defensa de nuestra cultura, que es muy grande y hay que apoyarla.
¿No siente que los jóvenes de ahora adolecen de una cultura flamenca? ¿Por qué sus padres sí y ellos no?
Yo me siento apoyado por la afición. La gente joven vive en su tiempo, no va a escuchar un cante de Manuel Torre, pero si se lo das más light, más asequible, lo toma de otra manera.
¿Prohibirán las jonduras en Cataluña?
No, hombre, ¿cómo van a prohibirlo? Eso ya sería una aberración. Lo de los toros me parece fuera de lugar, como si nos quitaran la tortilla de papas. Eso es una cosa muy nuestra.
Si Jerez fuera un palo del flamenco...
Si Jerez fuera un palo del flamenco, tendría las dos vertientes; de lo más alegre a lo más duro, de una seguiriya a una bulería.
¿Qué le cantaría a los políticos de aquí?
Les pediría que le buscasen un trabajo al pueblo.
¿Y a los de España?
A Zapatero y a Rajoy les pediría que se pusiesen de acuerdo, porque lo que estamos pasando es muy gordo
¿Cómo se lleva con las nuevas tecnologías?
No tengo ni idea, no doy con el ratón nunca. Me he quedado parado con eso (ríe).
¿Y con la piratería?
La piratería es algo horroroso. La mayoría estamos perdiendo mucho. Aun estando consagrado, por supuesto, es difícil vender a un nivel grande Antes había casas discográficas independientes donde grababa el artista, y se vendían muchas copias. Tenía otra apertura. Ahora es difícil trabajar para cualquier persona.
Siendo cuna del flamenco, ¿no podría competir Jerez con Madrid en discográficas?
En Jerez hace falta más ayuda, más apertura, pero estando la cosa como está...
¿Cuánto tiempo pasa en su casa de Jerez?
Poco; en Navidad y en verano. Puedo pasar dos meses en todo el año. Yo vivo generalmente en Madrid. Es la capital y sin lugar a dudas, tiene otro movimiento. Yo me he criado allí, tiene otra amplitud.
Desde hace unos años tiene una casa en la Calle Nueva ¿El barrio de Santiago está peor o mejor que antes?
El barrio me gustaba mucho más antes, sobre todo porque echo en falta la gente que había. Esto ya no tiene nada que ver.
Pablo Fernández / Jerez | Actualizado 21.08.2010 - El cantaor en la azotea de su casa con la iglesia de Santiago al fondo. / juan carlos toro
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