JOSÉ MARIA VELÁZQUEZ GAZTELU
ENTREVISTA A JOSÉ MARIA VELÁZQUEZ GAZTELU
Un cuarto
de siglo de flamenco en las ondas
El escritor arcense José María Velázquez-Gaztelu cumple las
bodas de plata al frente del programa
'Nuestro Flamenco' en Radio Clásica de RNE
El programa Nuestro Flamenco, que se emite por Radio Clásica en la medianoche de los lunes y miércoles, ha cumplido veinticinco años en la programación de RNE. El escritor y poeta arcense José María Velázquez-Gaztelu escribe, dirige y presenta este espacio que se ha convertido en un clásico de la radiodifusión. El programa es seguido de igual forma por aficionados y profesionales que encuentran en él tanto el rigor en el análisis y la difusión como un estilo sobrio y elegante que, de forma inevitable, se halla teñido por la propia personalidad de su conductor.
Con veinticinco años, superviviente de tantos cambios habidos en la RTVE, ¿se considera usted un clásico en Radio Clásica?
En Radio Clásica, el flamenco siempre ha sido un género de referencia, desde la época de Don Arcadio Larrea hasta ahora. El hecho de que comparta espacio con otras expresiones musicales, como la ópera, los grandes conciertos, los ciclos sinfónicos o las obras de vanguardia, es positivo y gratificante. No me considero un clásico, simplemente un continuador en la difusión del flamenco, a través de una emisora de prestigio.
No deja de ser curioso que, durante décadas, su programa ha sido el único dedicado al género en la radio televisión pública estatal. De hecho, en la actualidad, tan sólo le acompaña el del compañero Teo Sánchez en Radio3. ¿Cree usted que el flamenco ha tenido el tratamiento que merece en el medio donde trabaja?
Sólo puedo decir que, en Radio Clásica, el flamenco tiene el lugar que le corresponde. Ha sido y es valorado y respetado en sus justos términos.
¿Ha sufrido mucho el antiflamenquismo de determinadas élites culturales o más bien cree que ese fenómeno está superado?
El antiflamenquismo no suele proceder de las "élites culturales", que en ocasiones pueden tener sus prejuicios, naturalmente, sino de la vulgaridad y la ignorancia. Gracias a nombres destacados de esas "élites culturales", desde Falla, García Lorca o Strawinsky a Miles Davis, Bejart, Gil Evans, Leonard Cohen, Carlos Saura o Caballero Bonald, el flamenco goza de una mayor consideración, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.
La penúltima reestructuración de la cadena pública le obligó a un cambio de ubicación tras años de permanencia en la madrugada de los sábados. ¿Cómo ha aceptado la audiencia su cambio a la medianoche de los lunes y los miércoles?
Es razonable que la llegada de un nuevo director suponga cambios en el diseño de la programación y en la distribución de los contenidos, pero los oyentes de Nuestro Flamenco, que son pacientes y con un alto grado de perseverancia, tarde o temprano terminan adaptándose a los nuevos horarios. De todas maneras, con los actuales sistemas informáticos se pude acceder a programas ya emitidos y oírlos en cualquier momento y en cualquier rincón del planeta.
Por su programa parece que, como ocurre con usted mismo, no pasan los años. Mantiene el mismo o similar tono, antiguas secciones… Incluso, en un tiempo en el que casi todo el mundo lo que escribe son e-mails, pareciera un anacronismo una de sus secciones, Flamenco en papel de cartas.
El tiempo es algo relativo y lo prioritario son los oyentes, que alaban y se encuentran cómodos con las fórmulas que les propongo. En cualquier caso, Nuestro Flamenco no es estructuralmente monolítico, sino que adquiere una dinámica natural, añadiendo inéditas secciones que van cambiando, como Momentos, Un estilo para dos manos o Una voz para el recuerdo. Aunque la mayoría de esos oyentes establecen contacto con el programa por medio del correo electrónico, todavía existen muchos que usan el correo postal. Flamenco en papel de cartas es una frase simbólica, que conservo como homenaje a un sistema de comunicación que nos mantuvo unidos durante siglos.
Desde la atalaya -y también la autoridad- que otorga ese cuarto de siglo ¿cómo ve el flamenco de hoy día? ¿sigue siendo nuestro arte tan proclive a ese agorismo tan recurrido de "el flamenco ha muerto" y "cualquier tiempo pasado fue mejor"?
El flamenco es un elemento vivo y cambiante, sobre el que influyen una serie de circunstancias, tanto socioeconómicas como musicales, ambientales o políticas. Como todo fenómeno cultural, el flamenco no es ajeno a otras manifestaciones artísticas y, por lo tanto, se encuentra inmerso en un juego de alteraciones y mudanzas, originado tanto por las particularidades del periodo histórico en el que se produce como por el lógico proceso de evolución surgido de las propias necesidades expresivas de los compositores e intérpretes.
Si veinticinco años ya es un tiempo, lo de Rito y geografía del cante queda aún atrás. ¿cómo siente el haber sido testigo del arte de tantos genios que ese programa recogió y que hoy ya no están? ¿cómo calificaría la etapa que esos programas recogieron?
Se trató de una experiencia única y enriquecedora. Me siento afortunado por haber tenido la oportunidad de conocer en profundidad a personajes que han sido fundamentales en la historia del flamenco, y aprender de ellos. Cuatro son los factores que se evidenciaron en Rito, coincidiendo con los primeros años de la década de los setenta del pasado siglo: consolidación y definición estilística; reivindicación social y cultural del hecho flamenco; descubrimiento de intérpretes inéditos y fuera de los cauces comerciales del flamenco, y nacimiento de las vanguardias que, partiendo del clasicismo, proponían nuevos conceptos estéticos y expresivos.
De las tres disciplinas del flamenco -el cante, el toque y el baile-, ¿cuál cree que atraviesa en la actualidad un mejor momento? ¿cómo ha visto su evolución en las últimas décadas?
El flamenco lo hacen los profesionales del género y ellos poseen esa responsabilidad. Lo que observo es que esos tres elementos se han unido, de una forma cada vez más compacta y armónica, para lograr grandes espectáculos.
Tras la etapa de dignificación y revitalización del flamenco, qué parte de los años sesenta del pasado siglo y de la que usted ha sido testigo, ¿qué momento cree que vivimos ahora? ¿se atrevería a denominarlo de alguna forma?
Creo que vivimos una etapa en la que el flamenco se expresa en muy distintos niveles. Y, para mí, cualquiera de ellos puede ser válido. La diversidad es el signo de la época. Se ha llegado a un considerable grado de profesionalidad. Por otro lado, es el momento de la gran expansión, ocupando los más prestigiosos escenarios del mundo. Nunca el flamenco ha despertado tanto interés fuera de nuestro país, por eso la cota de exigencia es cada vez más alta para lograr, con rigurosidad y disciplina, la mayor calidad artística. He visto vibrar con el flamenco al público de Amsterdam o de Tokio, de Nueva York o El Cairo, y eso es algo muy emocionante.
De 1972 a 2008, ha sido usted Premio Nacional de Flamenco de la Cátedra de Flamencología de Jerez en cuatro ocasiones distintas, en otras dos ha recibido el Premio del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión, además de otras menciones, ¿pesa mucho la responsabilidad o lo entiende como un aliciente para seguir adelante?
Siento una profunda gratitud hacia aquellas personas o
instituciones que reconocen mi trabajo. No cabe duda de que es
un estímulo para seguir creando nuevos ámbitos de comunicación y
de evolucionar en la vida y en el arte.
Fermín Lobatón | Actualizado 04.01.2010
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