LUÍS MONEO
                ENTREVISTA A 
                LUÍS MONEO
                 
                
Hablar de la 
Plazuela en el flamenco actual es hablar de la familia 'Moneo' una de las sagas 
cantaoras más emblemáticas de Jerez. Sin embargo, de esta inagotable cantera de 
cantaores, que hasta ahora ha sido representada por Manuel Moneo y Juan Moneo 
'El Torta', emerge con fuerza otro nombre propio: Luis Moneo. Y es que a sus 47 
años, el cantaor jerezano ha comenzado a abrirse camino con fuerza en el 
panorama nacional "aunque sea a base de palos", como él mismo dice. Facultades 
no le faltan, y su voz lleva innata el eco y la jondura de una de las estirpes 
más añejas de nuestra ciudad.
¿Desde cuándo te dedicas a esto?
Yo empecé a aquí en Jerez tocando la guitarra con mis cuñaos, que eran Antonio 
Jero y Pedro Jero. Después, en mi casa siempre ha habido mucha fiesta, mi abuelo 
por la parte de mi madre y mi tío Luis de Pacote con ‘ná’ formaban una fiesta. 
Además, mi padre era compadre de Agujetas ‘el Viejo’ y he tenido la suerte de 
escucharlo a él sentado en su falda, a Tío Borrico, en fin, siempre he estado 
rodeado de lo mejor. A mí me hacían cantar cuando era pequeño y a mí me gustaba. 
Recuerdo que cuando mi madre se iba a la pila a lavar ponía la radio y siempre 
estaba Juan Talega, la Fernanda, que le gustaba mucho a mi madre, y bueno, me 
ponía a escuchar, por eso desde chiquitito ya cantaba por soleá. Después ya me 
puse con la guitarra y nada, siempre he estado metido en esto del flamenco.
Empiezas tocando la guitarra, y llevas relativamente poco tiempo cantando, 
¿no?
Profesionalmente empecé a cantar con treinta años, ya llevo diecisiete años 
cantando. Llegó un momento en el que con la guitarra no tenía suficiente, porque 
llegan los niños y esas cosas, y decidí ponerme a cantar, donde ganaba más 
dinero y para mí era más fácil.
¿Recuerdas cómo fueron tus inicios como cantaor?
En realidad, la primera vez que canté fue en París a principios de los noventa. 
Yo iba con la compañía de Manuel Morao y resulta que se puso malo uno de los 
cantaores. Como no había posibilidad de traer a nadie por el tiempo, Manuel me 
dijo que cantara yo, él sabía que a mí me gustaba. Fue la primera vez que me 
puse a cantar delante de un público. Luego, cuando decidí dedicarme 
profesionalmente empecé cantando en Japón, y después, aparte de cosas en 
solitario, he ido con El Pipa, con María del Mar Moreno, con el Grilo, con Juana 
Amaya, con diferentes compañías de baile.
Y en Jerez, ¿cuándo fue la primera vez que cantaste como profesional?
Se me ha quedado grabada esa actuación porque claro, yo me fui de aquí como 
guitarrista y aparecer cantando, después de haber estado en Japón y toda Europa, 
era algo raro para mí. Recuerdo que era la Fiesta de la Bulería y yo iba con 
Antonio ‘El Pipa’. Antes de salir me puso con un bastón a cantar por martinetes 
solo y la verdad es que me dio un poco de respeto y de vergüenza porque yo 
decía: 'La gente me ha visto siempre tocando la guitarra y ahora cuando me vea 
cantando…' Al final me salió bien y cuando empecé con el ‘trin, trin, trin...’ 
la gente se cayó. Se quedó la plaza en silencio y a mí se me puso el vello de 
punta. Eso me sirvió para que hablaran bien de mí y ya me fueron saliendo cosas.
Tú has sido cocinero antes que fraile, ¿qué es más difícil, acompañar o 
cantar?
A mí me ha gustado mucho acompañar 
pero también cantar. Está feo que yo lo diga pero he ido a sitios y la gente me 
ha dicho, ¿si el que toca canta mejor que el está cantando? Con la guitarra me 
lo pasaba muy bien pero hoy en día la guitarra ya no es sólo acompañar, eran los 
bailes, tocar un solo y eso para mí era más complicado, me resultaba más fácil 
cantar y llevarme el dinero para casa cantando, además, trabajo más.
Pese a que te prodigas poco en solitario, lo cierto es que cada vez que 
cantas arrastras con mucha gente, ¿te sorprende todo esto?
La verdad es que sí. Aunque no 
llevo a la cantidad de gente que arrastran otros, reconozco que tengo un público 
joven que me acompaña allá donde voy. Hacer los cantes que yo hago y que la 
gente joven vaya a verte para mí es importante, y eso es señal de que esto no se 
va a perder. Dicen que a la juventud le gusta lo moderno, por eso cuando voy a 
algún sitio, levanto la cabeza y veo a todo ese público joven me da mucho ánimo 
y me motiva.
¿Realmente estás convencido de que el cante no se va a perder?
Hombre no sé, en cierta forma está perdiendo, por lo menos lo puro. Ahora vale 
lo comercial y lo puro se queda para minorías. Es una pena, y más en Jerez, que 
debería de cuidar más todo esto como cuna del cante que es. Uno intenta 
adaptarse a lo que hay porque voy en las compañías y trato de cantar cosas 
modernas si hace falta, pero lo mío es lo puro. Yo tengo esperanza de que 
alguien me comprenda algún día y mientras tanto me quedaré montado en el burro 
de la pureza.
¿Te da miedo que eso pueda ocurrir?
Claro que sí. La pena es que ahora no se sabe escuchar. Aquí en Jerez tú pones a 
Agujetas en un sitio y al Capullo en otro y se llena lo del Capullo, Agujetas se 
queda solo. Yo voy a ir a Agujetas seguro, pero es la realidad que tenemos. Me 
da miedo de que se pierda lo puro y a día de hoy se está perdiendo, viene poca 
gente desde atrás empujando. Que yo me acuerde, solamente Jesús Méndez. Ahora, 
para buscarse la vida hay que irse con las compañías y cantar por malagueña, por 
tarantos o por otros cantes. Eso o sacar un tema, como dicen ahora. Yo no sirvo 
'pa' eso (ríe)
¿Después de oír tus palabras, ¿hay alguien que dé pellizco a Luis 
Moneo?
Después de haber escuchado a los viejos, a mí pellizco me da poca gente. Me lo 
da Agujetas, que también está mayorcillo, y mi hermano Manuel. Los viejos se 
fueron y ya es diferente, por eso a veces me da coraje escuchar entrevistas a 
cantaores que dicen que les da pellizco Juanito Mojama, Manuel Torre, Tío 
Borrico…Vale muy bien, pero ahora hay que hablar de lo actual y la cosa está 
regular.
Fuera del artistas como tal, ¿cómo es Luis Moneo como persona?
Alguien normal. A mí me gusta estar en mi casa, soy muy casero, y también me 
considero una persona humilde. Además, soy una persona tímida. Mis niños a veces 
me dicen que me lo debería creer más y darme a valer, pero no soy así. Me dicen 
que cuando cante solo me vaya un poco arriba pero me cuesta. No es inseguridad, 
son nervios y responsabilidad, y creo que si algún día me quitasen eso no sería 
Luis Moneo. Quizás me haga falta un poco de poca vergüenza en el escenario (se 
ríe), pero entonces, ya digo que no sería yo.
¿Se te exige más por llevar el apellido Moneo?
Creo que sí. Para mí es una ventaja por un lado y por otro una cruz, pero yo lo 
llevo a gala. Ser de la familia Moneo tiene presión, pero es un orgullo. A la 
familia Moneo se le conoce por todos sitios. Mi hermano Juan es uno de los 
mejores artistas que ha dado Jerez, aunque está feo que lo diga, pero como 
aficionado así lo creo. Juan ha tocado todos los palos, se ha metido por 
granaína, por tarantos, mientras el resto estaba más ‘limitaitos’. No todo el 
mundo canta la soleá como nosotros, algunos cantan dos letras y ya se están 
metiendo por bulería por soleá, el arrope, como se dice.
Entonces, ¿infunde respeto hablar de 'Los Moneo' cuando sales a trabajar 
fuera de Jerez?
Cuando salgo al extranjero, porque ahora mismo de los tres hermanos el que está 
más tiempo fuera de España soy yo al estar en las compañías, la gente respeta al 
apellido Moneo. Allá donde vaya la gente me dice, ¿quién canta? Luis Moneo, uff 
ese es de los Moneo. Donde más nombre tenemos puede que sea en Francia, aunque 
también he estado en Roma o en Japón y la gente hablaba de los Moneo. Ya digo 
que por un lado este apellido es una cruz pero por otro es un orgullo.
¿Qué opinión tienes del flamenco actual?
Que está cambiando. Desde siempre ha estado el flamenco y el cante gitano. Ahora 
las cosas han cambiado y ves a los payos, y que conste que no soy racista es 
sólo una manera de hablar, en los festivales cantando seguiriyas y soleá. Hablo 
de Calixto, de Menese, el Cabrero, que cantan por soleá o por seguiriyas. En 
cambio, los gitanos se han ido un poco más al tanguito y al comercio, nos hemos 
salido de ahí. A mí me gusta estar abierto a todo, pero está claro que en el 
flamenco actual hay que ir buscando el dinero para vivir.
Ya que hablas de palos del cante, ¿con cuál de ellos se maneja mejor Luis 
Moneo?
Yo muero por la soleá, cantar por soleá es lo que más me gusta y creo que puedo 
hacer casi todos los estilos, porque me encanta cantar por Alcalá, por Frijones, 
por Triana…. Luego, me gusta mucho el taranto, pero me cuesta trabajo. Todo es 
ponerse y practicar, pero a mí me cuesta hacer el taranto a mi manera. Yo 
escucho a Mairena o a Manuel Torre, pero cuesta hacerlo a mi forma. Tampoco 
quiero olvidar la malagueña y meterme por verdiales, eso también me encanta 
hacerlo.
Como guitarrista que has sido, ¿qué le pides al tocaor que te vaya a 
acompañar?
Primero, tiene que ser humilde. A mí uno que llegue así…me repatea un poquito. 
Luego, me gusta que me mire, que me respete y que sepa acompañar. Es que hay 
guitarristas que ni te miran. Mira si hay guitarristas buenos y que hacen encaje 
de bollillos con las cuerdas, pero cuando tienen que dar un tono o dar un golpe 
en la madera se lo comen. Hay veces que en vez de hacerte una faceta se llevan 
media hora picando y eso no es, ‘pa’ eso vete a dar un recital que para eso 
están los solistas. A mí eso me mata. Yo creo que para acompañar el cante lo 
tiene que sentir también. Recuerdo que con Manuel Morao yo tocaba la guitarra, 
pero cuando llegaba alguien nuevo decía: ‘Mira, Luis dile al colega cómo se 
canta eso’, y a mí me daba un poco de corte, pero al final lo tenía que hacer, 
me sabía mejor el espectáculo de cante que el del toque.
¿Qué echas de menos en el flamenco de hoy en día?
Pues mira, echo de menos a gente como Manuel Morao. Creo que hoy en día harían 
falta dos o tres Manuel Morao para que no se pierda esto. Es que hoy día todo el 
mundo va a llevárselo, por eso me da coraje. Yo he estado con gente aquí y me 
han dejado tirado. Cuando han visto que no le servía me han ‘largao’ y Manuel 
para eso era el mejor, cuidaba a los artistas de Jerez.
¿Tienen apoyos los artistas de Jerez? 
La verdad es que no. A mí me da pena que en el Festival ese de Villamarta, por 
ejemplo, dejen a cantaores de Jerez fuera. Que no esté Agujetas en ese festival 
es una deshonra, pero vamos, que la cosa está así y hay que aguantarse.
¿Se puede vivir del cante en Jerez?
Ya no. En Jerez pueden vivir del cante dos o tres, pero los demás tenemos que 
buscarnos la vida fuera o metiéndote en alguna compañía y tirar para adelante. Y 
ya se sabe que el cante, por mucho que el artista lo practique, si luego no 
llega la actuación es 'pa ná'. En mi caso, estoy teniendo suerte porque con el 
baile me salen cosas y estoy cantando mucho, pero si tuviera que cantar 
solamente delante me tendría que haber ido ya a trabajar de albañil.
¿Qué has aprendido desde que cantas para bailar?
Bastante. Ahora mismo el baile está salvando al flamenco, porque cuando vas a 
ver a una compañía y te sientas puedes escuchar perfectamente un cante por soleá, 
otro por seguiriyas, la caña, la malagueña….Con el baile se interpretan más 
palos que en un festival, que últimamente sólo se canta por bulerías o por 
tangos. Con el baile se está tirando de cantes que antes se hacían muy poco y 
que se estaban perdiendo como la Bambera, la caña y demás, y eso enriquece al 
cantaor también, por lo menos en mi caso me está pasando, estoy aprendiendo 
mucho.
¿Te ves entonces reconocido en tu tierra?
Yo creo que sí, aunque en Jerez el cantaor de atrás está muy mal mirado. La 
gente te dice ‘ese canta ‘patrás’, ese es cantaor de baile’, pero bueno, cantaor 
de baile ha sido Chocolate que le cantaba a Carmen Amaya, ha sido Chano Lobato, 
ha sido El Sernita que le cantaba a Antonio ‘El Bailarín’. De ahí ha salido la 
gente. Ahora no, ahora sale uno del matadero matando vacas y ya es cantaor. Pero 
bueno, eso habrá pasado en todos los tiempos.
¿Qué significa para ti el cante de la Plazuela? ¿Crees que se perderá algún 
día tal y como está la cosa?
El cante de la Plazuela es para mí una bandera y con él me identifico mucho. Yo 
no creo que se vaya a perder porque siempre hay un niño o alguien que te sale 
haciendo los cantes de Tío Chalao, de Domingo Rubichi el Viejo y eso no se va a 
perder en la vida. Además, ese es un sello que está ahí y la juventud sale por 
esos cantes.
Fecha de realizacion: 19/04/2008, Entrevista tomada de http://www.jerezjondo.com/index.php?idx=1 fotografías propiedad de Lenka Stanickova
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