LA PERRATA
MARÍA FERNÁNDEZ
GRANADOS, cantaora gitana, más conocida en este mundo del arte del cante
flamenco con el nombre artístico de LA PERRATA, nació en Utrera (Sevilla)
en el año 1922, y murió el día 5 de Febrero de 2005, en Lebrija (Sevilla).
María la Perrata recogió todo el legado flamenco de Utrera y Lebrija. Nieta de
Perrate, era abuela de Dorantes... Nunca se dedicó por completo al cante
profesional por voluntad de su marido Bernardo Peña,
Utrera
la vio nace
a la gitana más guapa,
una de sus flamencas
llamada María la Perrata,
que dios la tenga en gloria
entre todos los grandes,
a la gitana más pura
que mejor decía el cante,
todas las campanas
están replicando a gloria,
porque saben que en el cielo
esta la más grande de las gitanas
del cante como emperaora,
que a nacido en el mundo
y en toda España entera.
María La
Perrata era hija de cantaores, hermana del Perrate de Utrera, madre de El
Lebrijano y del tocaor Pedro Peña, prima de la Fernanda y la Bernarda de Utrera
y tía de otros artistas como el Turronero, Gaspar de Utrera o Pedro Bacán.
De su madre aprendió los cantes tradicionales que se oían en su casa,
pero por su casa desfilaban los más grandes maestros
del flamencos de toda procedencia para escuchar los cantes que atesoraba.
Que era frecuentada a veces por Antonio Mairena y otros cantaores para
escucharla cantar. Estaba casada con el lebrijano Bernardo Peña, a quien conoció
a los 13 años.
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En la foto se
encuentra La Perrata con Anica la piriñaca y El Borrico de Jerez
Años después de
la muerte de su marido, volvió a cantar en público dejando incluso registrado su
eco en algunos vinilos. Actualmente, sólo está disponible una muestra de su
cante en el doble CD recopilatorio Grandes cantaores del flamenco. Ha
colaborado en discos como los volúmenes siete, ocho, nueve, once y veintidós de
la serie Rito y geografía del cante, ha sido una de las cantaoras del más puro
cante gitano que se conoce. Que dios la tenga en gloria.
María La Perrata en familia
Aunque parezca sorprendente, el cante de El Lebrijano, al margen de haber
explorado territorios conquistados a solas por Juan Peña, se alimenta, todavía
hoy, del enorme repertorio lírico y melódico de su madre La Perrata. Este disco
se podría titular Perrata y familia, ya que, al margen de cantar mano a mano con
su hijo Juan, incluyendo un dúo por romances, Pedro Peña pone la guitarra y el
patriarca, Bernardo Peña, vigila desde la portada del vinilo. El cante de La
Perrata es ese enorme patrimonio del cante femenino de los Peña-Fernández que
tanto bueno a dado a este arte: Fernanda, Bernarda, Pepa, Inés, etc. De ahí que
los cantes estrella de esta obra sean los del ritmo amalgamado de la bulería por
soleá. Y la visceralidad con la que se arroja la intérprete al cante. María la
Perrata (Utrera, 1922-2005) no era sólo la madre de Juan Peña El Lebrijano y la
abuela de Dorantes. Tenía una voz corta pero ágil, doliente y característica del
cante femenino del área utrero-lebrijana, y de hecho era especialista en los
estilos de la zona, soleares, fandangos por soleá y bulerías. Un sentido del
ritmo característico, retardado, reticente y sentimental. La manera de arrojarse
en los tercios, en la letra, evidencian una vinculación biográfica con su arte,
que es la característica más sobresaliente del arte más sobresaliente. Lo que la
Perrata ponía sobre el tapete era un río subterráneo y primitivo.
Actualizado 06.08.2008