LUQUITAS DE MARCHENA
LUCAS SOTO MARTÍN, cantaor payo, más conocido en el mundo del cante flamenco con el nombre artístico de LUQUITAS DE MARCHENA, nació en Linares (Jaén) en el año de 1913, y murió en linares en el año de 1965. Empezó a cantar desde muy joven en la compañía del cantaor Pepe Marchena. Después formaría parte del elenco de cantaores en la compañía de La Niña de La Puebla con la que se casaría en el año de 1933. De esta unión nacerían dos grandes artistas del flamenco Pepe y Adelfa Soto. Actuó con grandes cantaores de su época como Pepe Pinto, Manuel Vallejo y Juanito Valderrama con el que llego a tener una gran amistad.
Luquitas de Marchena,
una afición muy grande
era la que tenia al cante,
se enamoro del buen arte
de la niña de la Puebla,
porque aquella era la mujer
que más sabia de cante,
para con ella casarse,
y tener a dos hijos
que son grandes artistas
Por
llevarlo en la sangre,
de su pare y su mare
que son los más grandes.
Su voz era dulce y melodiosa y los cantes que más cultivo fueron la taranta, el fandango y las colombianas que grabaría algunas junto a su mujer la niña de la puebla, uno de los estilos de colombianas que tubo mucho éxito junto a su mujer la Niña de la Puebla, fue aquella que su letra decía así, y ven a mi y cantemos los dos que cantando la colombiana la vida asi se vive mejor. En su discografía también dejó impresos otros estilos, como las malagueñas, bulerías, soleares, y las milongas.
Las minas de Linares (Jaén) |
|
|
Luquitas de Marchena era un gran admirador de Pepe Marchena y de
su paisano Juanito Valderrama de los que llego aprender su
escuela, y de su propia mujer Niña de la Puebla, que adoraba por
el arte tan grande que de todo su cuerpo aquella mujer
derramaba, y por lo guapa que era aquella mujer que con mucha
sabiduria y arte también
cantaba, su afición era tan grande que no pudo resiste de
pedirle matrimonio para casarse con ella, haciendo una bonita
pareja unidos los dos en el arte del cante.
|
|
|
La Taranta rinde homenaje a Luquitas y a la Niña de La Puebla
Desde el mediodía del sábado dos plazas del barrio de Los
Mineros de Linares (Jaén) cuentan con nuevos nombres: una, plaza
de Luquitas de Marchena; otra, plaza de la Niña de La Puebla.
Era el último de los tres días de celebración del 25º Concurso
Nacional de Tarantas, que por llegar a sus bodas de plata quiso
rendir homenaje a un hijo famoso de Linares, el cantaor flamenco
Lucas Soto Martín, Luquitas de Marchena, nacido aquí en 1913 y
fallecido en 1965. Los organizadores tuvieron el buen acuerdo de
extender el homenaje a su viuda, la gran cantaora Dolores
Jiménez, Niña de La Puebla, quien acudió con todos los hijos del
matrimonio. Hubo, lógicamente, momentos sumamente emotivos, como
cuando el alcalde, Alfredo Catalán, la recibió en el
Ayuntamiento y ella dictó para el Libro de oro un sentido
testimonio de gratitud, prestándole el concejal Julio Gallego su
vista y su escritura, bajo la cual estampó la cantaora una
huella dactilar. O después, cuando descorrió las cortinillas que
cubrían las plazas con los nombres de Luquitas y de ella en las
plazas que se les había dedicado, mientras su hija Adelfa Soto
fracasaba en el intento de ocultar las lágrimas. Más emoción por
la noche, cuando la Niña de La Puebla y otro de sus hijos, Pepe
Soto, cantaron a dúo una colombiana que ella solía hacer con
Luquitas en los tiempos en que ambos triunfaban por los
escenarios. Pepe había cantado antes con gran voz y unos
conocimientos que hacen lamentar que se halle prácticamente
retirado del cante, y la Niña de La Puebla, a sus 81 años y con
voz sorprendentemente joven, dio un recital serio, que abarcó
desde Toná y Martinete hasta el cante que le dio más gloria, su
famosísima versión de Los campanilleros.
Invitados
Los dos días anteriores habían actuado en calidad de artistas
invitados el Pele y Vicente Amigo, y la bailaora Concha Calero.
Formidables Pele y Amigo, en un recital no muy extenso pero sí
intenso, espléndido de arte y jondura, en que una vez más el
perfecto acoplamiento de cante y guitarra lograron brillantes
cotas de calidad. Bien la Calero, por soleares y por alegrías,
pese a una inoportuna caída en este último baile que resolvió
airosamente.En cuanto al concurso, más de una veintena de
aspirantes de nivel medio sólo regular -como es ya corriente en
todos los concursos- compitieron por los importantes premios. El
jurado falló inteligentemente y su decisión mereció el aplauso
del respetable. El gran premio para el mejor cante por tarantas
(trofeo Cabria de Plata y 175.000 pesetas) fue para Manolo
Linares, quien ya lo había ganado en 1985. En la misma
especialidad de la taranta, el segundo, el tercero y el premio
local lo obtuvieron Marcos Leiva, Mariano Morillas y El Fuentes.
En cantes libres, ganó Paco Moya, seguido por Joselete, Basilio
Vllalta y Juan Amaya.
A. ÁLVAREZ CABALLERO - Linares - 28/08/1989
VIDEO |
|
AUDIO |
|
Autor: José María Ruiz Fuentes |
El Arte de Vivir el Flamenco © 2003 |