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PEPA DE ORO - CANTAORES/AS |
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PEPA DE ORO
JOSEFA DÍAZ FERNÁNDEZ, cantaora y bailaora gitana, se le conoció en el mundo del arte flamenco con el nombre artístico de PEPA DE ORO, nació en Cádiz el día 29 de enero del año de 1871, en la calle Mirador 17. y murió en su Cadiz el día 18 de mayo de 1918, en la calle Mirador número 13, a los 47 años de edad. A finales de los años treinta del siglo XX. Fue una flamenca de gran belleza y de singular empaque, hija del matador de toros Paco de Oro. Viajó con su padre a América y trajo las primeras milongas aflamencadas del folklore argentino en 1904.
De la mejor dinastía del Arte
esta grandiosa artista de Cádiz,
Josefa Díaz Fernández llamándose
Pepa de Oro reina del cante y el baile
dedicándose por entero al cante
fue siempre donde destaco,
creando sus propios estilos
para toda la buena afición
como una de las más grandes
que la tacita de plata creo,
para todos los buenos aficionaos
con orgullo y admiración.
Recibió los aplausos que llenaban noche tras noche los café cantantes de Cádiz, Jerez de la Frontera, Sevilla Málaga y Madrid, pues su cartel era de primerísima categoría, si nos atenemos a lo que de ella contó Fernando el de Triana: "Fue Pepa puntera bailaora de arrogante figura, y aunque no era gitana, cualquiera hubiera dicho que era pura cañí canastillera. Como número extraordinario cantaba unas milongas que a la vez bailaba, y que el público aplaudía con verdadero entusiasmo".
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Pepe de la Matrona recordó su cante y lo presentó limpio de la hojarasca preciosista que caracteriza al cante marchenista. En la misma línea de sobriedad y aspecto rítmico está creciendo la imagen de tales cantes hoy, en los que se acentúa una expresión de rajo y contundencia flamenca, lejos de la dulzonería gachona. Pepa de Oro es sólo la imagen que nos trajo Pepe el de la Matrona, todo un monumento neoclásico.
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El Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba creó en su
XIII edición (1992) el Premio "Pepa Oro" para: a) Guajiras, Punto Cubano,
Colombianas. b) Milongas, Vidalitas. Al considerar en aquella XIII edición su
coincidencia con la celebración del quinto Centenario de América, se vio la
conveniencia de añadir un grupo en la sección del cante, el de los llamados
Cantes de ida y vuelta. Fue problemático encontrar un nombre. Por una parte, los
cantes de ida y vuelta son la última creación artística que ha tenido el género,
todos ellos han aparecido en el contexto del flamenco en pleno siglo XX. Sus
máximos cultivadores han sido los divos flamencos, aquellos que dieron
valoraciones canoras y teatrales. No en vano se nutrieron de partituras de
Zarzuela y Género Chico. Ese reto que suponía en los concursos de Córdoba los
cantes de ida y vuelta tenía que salvar la tentación fácil de ponerle el título
de Niño de Marchena. Surgió el de Pepa Oro (Pepa de Oro) y ganó el debate.
Pepa de Oro, la
creadora de la milonga flamenca
La bailaora y
cantaora del barrio de Santa María fue hija del torero Paco de Oro. Fruto de los
viajes a Hispanoamérica con su padre nació este cante de ida y vuelta
Josefa
Díaz Fernández, Pepa de Oro, nació en Cádiz el día 29 de enero de 1871 en la
calle Mirador, 17. Hija del matador de toros Francisco Díaz García, Paco de Oro
y de la cantaora Agustina Fernández Fernández. Pepa de Oro, bailaora más que
cantaora, desde jovencita acompañó a su padre en las temporadas taurinas de
Hispanoamérica. Allí conoció y absorbió el cante de la milonga y le aportó su
sello personal, injertándole el compás del tango; y a ella se le debe la
creación de la milonga flamenca. Desde el punto de vista musical, resulta
interesante el aflamencamiento de una música foránea manteniendo, sin embargo,
el ritmo originario y el acento primigenio. Lo que hoy se denomina arreglo
musical ya lo hacían los cantaores flamencos del siglo XIX con los aires
folklóricos hispanoamericanos en los que se basaron para crear los cantes que se
han dado en llamar de ida y vuelta: milongas, guajiras, vidalitas, etc. Pepa de
Oro fue figura popularísima en los cafés cantante de Jerez, Cádiz, Málaga,
Sevilla, Madrid… En 1885 se encontraba ya en plena actividad artística en el
jerezano Café de Caviedes, obteniendo grandes aplausos de los aficionados que
llenaban noche tras noche, los cafés cantante. Fue una gitana del gaditano
barrio de Santa María, de gran belleza y de singular empaque, con una larga
cabellera, con la piel de un bello color moreno oro; sus ojos melosos hablaban
más que por su lengua y fue fumadora de puros. Heredó el apodo de su padre, Paco
de Oro (Cádiz 1840-Madrid 1910), a quien llamaban desde niño Paco-Oro porque era
muy rubio. En sus comienzos como novillero ya se anunciaba en los carteles como
Paco de Oro. Se hizo famoso por sus viajes a Hispanoamérica para torear y, en
aquel tiempo, se cantaba una letra que decía: "Paco de Oro / ha venío de Lima /
de matar toros". Paco de Oro fue un torero que estaba bien dotado, era gallardo
y con facultades, con jindama para poner un comercio. Seis veces, seis, tomó la
alternativa entre 1870 y 1877 y otra intermedia en su Cádiz natal. Fue un
sibarita gozador de la vida. Estuvo asistiendo a las temporadas taurinas hasta
1889 que toreó por última vez en la Plaza Paseo en México, alternando con Manuel
Hermosilla, el torero de Sanlúcar, que tantas corridas llevó al gran cantaor
Enrique el Mellizo, en su cuadrilla. En uno de los viajes en el que Pepa de Oro
acompañó a su padre a tierras del Nuevo Mundo, los toreros de Lima organizaron
una fiesta para las gentes del arte de Cúchares, y a la misma asistieron toreros
españoles y Paco de Oro con su hija. Cuando la fiesta estaba el rojo vivo, con
el folklore del país, salió Pepa bailando y cantando y dejó a todos los
existentes "asombrados" con su gracia de esencia gaditana y con desplantes
toreros. Fernando el de Triana, en su libro Arte y artistas flamencos dice así:
"Fue Pepa puntera bailaora de arrogante figura y, aunque no era gitana,
cualquiera hubiera dicho que era pura cañí. Como número extraordinario cantaba
unas milongas a compás de tangos, que a la vez bailaba, y que el público
aplaudía con verdadero entusiasmo". En esta ocasión, el de Triana se equivocó al
decir que no era gitana, pues estaba mal informado. El abuelo de Pepa de Oro,
por línea paterna, fue el matador de toros Gaspar Díaz Cantoral Lavi y sus
bisabuelos fueron el matador de toros José Díaz Jorge Agualimpia y de la
cantaora María Cantoral Valencia, La Cantorala, ambos gitanos. Otro hermano de
su abuelo Gaspar fue otro matador de toros, Manuel Díaz Lavi, y una hermana de
ellos fue Gabriela, quien contrajo matrimonio en 1817 en la catedral vieja con
el torero José Gabriel Ortega, conocido como Chicuco, cuya unión fue el comienzo
de la dinastía de los Ortega de Cádiz, de donde nacieron toreros, cantaores y
bailaores a raudales, como Rafael el Gallo, Joselito, El Cuco, Barrambín y
Lillo, en el toreo; Manolo Caracol, Enrique Ortega El Gordo, Jacoba, Ortega El
Viejo y Joselito de la Morala, en el cante; y en el baile la señá Gabriela,
Rita, Carlota, Rosario, Regla, Rafael Ortega, Inés la del Columpio y un largo
etcétera. Por la línea materna, hermanos de su madre fueron los grandes
cantaores María Fernández, La Borrico, apodo éste por el temperamento de su voz;
Pedro Fernández, conocido como El viejo de la Isla, que fue el abuelo de mis
amigos Los Melu de Cádiz, Perico, José, Milagros, Agustín, gitanos todos.
Recuerdo que en conversaciones con Agustín El Melu, me dijo que la mujer de Paco
de Oro, Agustina, que era conocida como La Vizca, no le envidiaba nada a sus
hermanos como cantaora, pero que su marido no quiso que se dedicara al artisteo.
Así mismo, Pepa fue prima de los cantaores Gabriel Díaz Fernández, Macandé y de
Enriqueta Díaz La Macaca, apodo que heredó de su marido Miguel Cruz, Macaco,
gran cantaor. Pepa de Oro, en su juventud se casó con un banderillero. Quedó
viuda y, posteriormente, contrajo matrimonio con Esteban de Jerez, del que tuvo
que separarse por "borde" según me comentaba una sobrina de ella, María Baena
Díaz, esposa que fue del cantaor Antonio Díaz Soto El Flecha. Por último
convivió con un cantaor sevillano apodado El Macareno. Ambos pusieron una
pensión en la calle Núñez de Arce en Madrid. Pasados algunos año, ella decidió
venirse a su Cádiz natal; ya no cantaba y andaba económicamente mal. Falleció el
día 18 de mayo de 1918 en la calle Mirador número 13, a los 47 años de edad. A
los pocos días fallecía el que fue su pareja, El Macareno.
Félix Rodríguez Guitérrez / Cádiz | Actualizado 29.08.2010 - Fotografía de
Pepa de Oro.
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Homenaje a Josefa Díaz Fernández
“Pepa de Oro” DESPIERTA DIVINA
FLOR |
Datos de http://www.ateneodecordoba.com/index.php/Josefa_D%C3%ADaz_Fern%C3%A1ndez_%22Pepa_de_Oro%22 poema de José Maria Ruiz Fuentes |
El Arte de Vivir el Flamenco © 2003 |