MARÍA DEL MAR FERNÁNDEZ
MARÍA DEL MAR FERNÁNDEZ, cantaora de flamenco paya, más conocida con su propio nombre artístico de MARÍA DEL MAR FERNÁNDEZ, Nació en Cádiz en octubre de 1978, comencé mi andadura artística como cantaora a los 14 años colaborando con varias academias de baile, como la de Mº de Mar Gutiérrez, Inma Salazar o Pilar Ogalla, entre otras... Desde el año 1993 al 1995, participé en Málaga, en el "Certamen Flamenco para Jóvenes Andaluces", y empiezo a ofrecer actuaciones en solitario en peñas de toda Andalucía, como la de Juan Villar, La Perla de Cádiz, Chato de la Isla, Peña Camarón etc... Durante estos años sigo colaborando con varias academias de baile, a la vez que sigo con mis recitales por los pueblos blancos, Benalup, Grazalema, Medina Sidonia, etc... En Junio de 1999 voy por primera vez a Japón, a trabajar durante 6 meses en el tablao "El Flamenco" en Osaka, con los bailaores El Toleo y La Tolea, vuelvo al año siguiente el tablao "El Flamenco" en Tokio, durante otros 6 meses. He trabajado para baile en muchas compañías, donde cabe destacar:
Viva Cádiz porque tiene
mucha grandeza y poderío,
de to su buenos cantaores
en esa bella tierra han nació,
como Maria del Mar Fernández,
el buen orgullo de toa España
para la grandeza del mundo
como de toa nuestra Andalucía
del buen aficionao que la conocio.
Manuel Morao (Espectáculo "Tierra Cantaora"). Joaquín Cortes (Giras por España e Italia en 2002). Paco Peña (Espectáculo "Voces y Ecos" en gira por Inglaterra y Holanda, "Flamenco in Concert", actuando en la Opera de Sidney, Melbourne, Wellington, etc... Varias giras por EEUU, Alemania, Israel, Australia, Libano, Islas Bermudas, Jordania, etc...). Rafael Aguilar (Espectáculo "Carmen", en gira por Alemania, giras por varios países, destacando la actuación en Prague Autum Festival 2004 en la ciudad de Praga (Republica Checa). Lidia Cabello (Estreno de la compañía en el Gran Teatro Falla de Cádiz en el 2003). Asunción de Martos (gira por Noruega). Nuevo Ballet Español (Gira por EEUU, con Lola Greco como artista invitada, varias giras por Holanda, Portugal, Hong-Kong, etc..., galas por toda España. Los Grandes, compañía compuesta por Antonio Canales y Juan Parrilla, entre otros. (Varias galas por España).
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Los Losada (Gira en Ecuador con Tito Losada y Antonio
Canales, gira por Guatemala con el espectáculo "Las Mil y Una Noches"). Carmen
Cortes (Espectáculo "Mujeres de Lorca", junto a Ramón el Portugués y Guadiana.
También quiero destacar mis actuaciones en distintos Tablaos de España: "El
Cordobés" en Barcelona, donde trabaje durante varios meses en el año 2005. "Casa
Patas" en Madrid, acompañada de grandes artistas como Guadiana, Jesús del
rosario, Ivan Losada, El Junco, etc... He colaborado en varios discos, entre
ellos con Juan Villar, "Gitanos de Santa Maria" o "Lorca y el Flamenco".
Actualmente, sigo colaborando con varias compañías, así como ofreciendo
recitales en solitario.
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María del Mar Fernández, una cantaora sin miedo
Alejada durante mucho tiempo de Cádiz por
sus compromisos profesionales, se presentó el pasado viernes en La Sala Central
Lechera con un espectáculo propio
Uno no sabe si llamarlo determinación o hablar sencillamente de un sano y
envidiable desparpajo. Pero, desde luego, hay que subrayar la tremenda capacidad
de resolución que muestra ante el arte y la vida esta artista, que se hizo
cantaora -¡Quién dijo miedo!- debido principalmente a las virtudes señaladas.
Porque, sin ellas, María del Mar Fernández (Cádiz, 1978) se habría quedado en su
barrio de Loreto y estaría probablemente cantando en fiestas, todo lo más en
alguna peña, en vez de girar permanentemente con compañías principales por todo
el mundo. Que las facultades las llevaba dentro, parece estar bastante claro.
Cantó desde pequeña hasta en el coro de la Iglesia, y muy joven también acompañó
a grupos de baile como los de Mª del Mar Gutiérrez o Inma Salazar. Pero la
suerte le cambió un día cuando, estando con su novio, a la sazón guitarrista, le
preguntaron si estaba dispuesta a irse al Japón. "No sabía nada de cante",
reconoce, pero no lo dudó un instante y, con los veinte recién cumplidos, para
allá se fue. Ni siquiera su madre la acompañó al tren: "Estaba segura de que me
iba a arrepentir y que me volvería, porque era la primera vez que salía de
casa". Pero no se arrepintió y, de la mano de El Toleo y La Tolea, completó su
primera gira internacional. Debió de aprender rápido porque en 2001 ya estaba
formando parte de un espectáculo de la compañía de Manuel Morao y Gitanos de
Jerez, que no es cualquier cosa. Tras superar el examen del exigente maestro se
integró en un elenco en el que en la parte cantaora estaban la también gaditana
La Pitu, y los jerezanos Diego de los Santos Rubichi y José Vargas El Mono, dos
artistas desgraciadamente desaparecidos de los que María del Mar guarda un
entrañable recuerdo. "De El Mono recuerda su permanente humor y lo que sabía".
De Rubichi, su discreción, caballerosidad y el sentimiento con el que cantaba.
El elenco se completaba con la bailaora María del Mar Moreno y los guitarristas
Diego Rubichi, Manuel Valencia y Pepe del Morao. El espectáculo, que contó con
la dramaturgia de Juan Sánchez de La Zaranda, se llamó Tierra Cantaora y, además
de representarse durante varias noches en la Plaza de la Asunción de Jerez,
proyectó a nuestra cantaora en la producción televisiva del mismo nombre que se
realizó sobre la obra. Desde aquel mes de septiembre de 2001, del que también
recuerda el impacto de los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York, justo
en uno de los días de la representación, a María del Mar sólo se le ha visto por
Cádiz de paso, obligada como ha estado a viajar permanentemente, llamada por
sucesivos compromisos profesionales. Entre ellos hay que contabilizar una
primera estancia de bastantes meses en el tablao El Cordobés de Las Ramblas
barcelonesas, de donde saltaría a la Compañía de Joaquín Cortés. La forma en que
accedió a ella dice mucho de su carácter de mujer echá p'alante, como ella misma
define. Enterada de que en esa compañía, que en aquellas fechas actuaba en la
ciudad condal, había causado baja una cantaora, se presentó ante Juan Parrilla,
director musical de la obra, y le dijo que ella podía ser la sustituta que
necesitaban. El flautista flamenco le hizo una prueba y a los pocos días hubo de
despedirse del tablao. No habría de ser la primera vez porque, tras cuatro o
cinco giras junto a Cortés, y contratada de nuevo en el Cordobés, vino a
llamarla Paco Peña justo en el día en que empezaba a trabajar allí. Otra vez
tuvo que disculparse (reconoce que no ha quedado bien con ellos) y, de nuevo,
comenzó una serie de giras internacionales que le ocuparían por más de cuatro
años. Entre una y otra, también le dio tiempo de trabajar con Carmen Cortés -en
la obra Mujeres de Lorca- o con Antonio Canales en De los grandes. En los
últimos años se encuentra adscrita al Nuevo Ballet Español (N.B.E.) de Rojas y
Rodríguez, actividad que combina con las llamadas del trío Los Losada. Se suman
de esta manera casi ocho años de mucho ir y venir, porque a Cádiz nunca lo ha
abandonado del todo. "Ahora está la cosa un poquito peor, pero la verdad es que
me he llevado una época de no parar", cuenta. A la vez, reconoce que este
trabajo y la actividad le satisfacen y constituyen su casi única y verdadera
escuela: "Siempre se aprende, cada día, en cada gala, y quien diga que los sabe
todo va muy mal en la vida". Pero también admite que se encuentra algo cansada y
que le gustaría hacer algo distinto, "sobre todo, cosas mías, aunque sé que es
difícil", añade. Por eso dice que no quiere correr más de la cuenta, pero sin
dejar de reivindicarse cantaora y profesional. Como le ocurre a todos los
artistas gaditanos que aceptan la oportunidad del ciclo Flamencos del siglo XXI
de La Central Lechera, a la cantaora le cuesta el dinero presentarse ante su
público. Pero lo hace con la ilusión de actuar en su tierra y de configurar un
espectáculo de su gusto.
Fermín Lobatón | Actualizado 09.02.2009
Un
recital de cante no solamente flamenco
El pasado viernes en La Lechera, María del Mar Fernández pudo
plasmar su idea de hacer algo propio y, a la vez, distinto. De su experiencia en
el cante de atrás le debe de venir la gran solvencia que muestra en la escena,
pero también el deseo de no repetir lo que supone su trabajo habitual. Por eso
configuró un espectáculo con el que poder mostrar que puede cantar por todos los
estilos, flamenco, fusión, bolero… y para todos los públicos. "En él soy yo y en
todas mis facetas", había declarado antes de la actuación. Contó con un
ramillete de buenos músicos, la mayoría de ellos venidos expresamente desde
Madrid para la ocasión. Se trataba de compañeros suyos del N.B.E. Compañeros y
también amigos, pues, en la despedida, la cantaora aclaró que lo habían hecho
desinteresadamente. Con los presupuestos que se manejan, no se entiende de otra
forma. Así, María del Mar estuvo acompañada por Gaspar Rodríguez a la guitarra,
Enrique Terrón en la percusión, Diego Villegas en saxo soprano, flauta y
armónica, y el gaditano Diego Montoya en las palmas. Desde el inicio hasta el
final de su actuación, María del Mar dejó patente sus ganas de marcar su sello y
hacer algo distinto, un deseo que estuvo presente en la elección de los temas y
en la forma de interpretarlos. Arrancó así con un tema fusionado en clave de
rumba, una composición que es regalo de una compañera. Y al final, solicitó la
presencia del músico y compositor cubano afincado en Cádiz, Alejo García, para
hacer dos de su autoría y con su acompañamiento. Especialmente reseñable fue el
conocido bolero Besos usados en el que puso dulzura y garra a partes iguales.
Por en medio, hizo alegrías y una larga tanda de tientos rematada por tangos en
los que dio muestras de su dominio de los tiempos, cantando con templanza y
poderío a la vez y con recuerdo a La Niña de los Peines. Cantó, además, con los
apuntes de saxo de Diego Villegas, un acompañamiento que al principio uno
extrañaba, pero que terminó por resultar convincente. También quiso acompañar al
baile y lo hizo para la soleá de su compañera Guadalupe, quien se ciño al canon
con soltura y sin estridencias. Manejando a la banda como si hubieran tocado
juntos toda la vida, la cantaora ejerce en la escena un carisma especial. Una
mirada suya, y todo estaba en el sitio requerido. Como al final. Porque María
del Mar no quería terminar su actuación por un típico fin de fiesta por bulería,
pero, a petición del público, sí que entregó unas pinceladas. Desde el mismo
inicio mandó parar, y dijo los cantes sin prisas, recalcando su sentido. Al
final de la tanda, recurrió a La Perla, se descalzó y se marcó una pataíta.
Actualizado 09.02.2009
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Homenaje a María del Mar Fernández |
Datos de su propia Web http://www.mariadelmar.com.es poema de José Maria Ruiz Fuentes |
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