LOLE MONTOYA

 

DOLORES MONTOYA RODRÍGUEZ, cantaora, bailaora y compositora gitana, conocida mundialmente con su  propio nombre artístico de LOLE MONTOYA,  nació en el barrio de Triana (Sevilla) en el año de 1954, aunque ya cantaba, escogió desde muy joven el baile flamenco, y después de una buena preparación en la academia del ilustre maestro de Sevilla, Enrique "El Cojo", forma parte de los mejores y más importantes tablaos de España: "Las Brujas", en Madrid y "Los Gallos" en Sevilla. En 1968, decide desarrollar su faceta de cantaora en el mundo del flamenco. Lole tiene una estrecha conexión con el mundo árabe pues su madre nació en Orán, Argelia. Sus padres amaban la música árabe, incluso una vez instalados en nuestro país, recibían paquetes de sus familiares con algunos discos árabes, los cuales Lole escuchaba con ilusión de aprenderlos, aunque no tuviera una buena pronunciación y a veces no supiera el significado de las palabras. En la actualidad, gracias a la afición que Lole siente por todo lo árabe y a la ayuda prestada por profesores egipcios contratados expresamente para enseñarle el árabe clásico, Lole comprende y pronuncia perfectamente ese idioma.

 


con arte y poderío de buena raza,
para que su sangre por sus venas
brote con toda la pura grandeza,
para que sea una buena artista
que represente a nuestra España,
meritos que a ganado en su carrera
con mucha perfección a su buen arte.
 

 

Pareja artística y sentimental de Manuel, realizan numerosos trabajos discográficos durante más de dos décadas, entre los que destacan "Lole y Manuel", "Nuevo día", "Pasaje del agua", "Romero verde", "Alba con alegría" y "Casta". Lole Montoya es la mitad de ese dúo que presagió el futuro del flamenco en 1975, el año en el que amaneció un 'Nuevo día' para los españoles. Aunque hace ya años que cada uno tiró por su lado, la cantaora sigue manteniendo vivo el espíritu de Lole y Manuel. Tanto en sus recitales -escasos, por desgracia- como en sus discos en solitario, la cantaora reivindica la innovación, la personalidad y la creatividad de una formación cuya escuela sigue alimentando. La apuesta de Lole Montoya sigue pasando por la música, por la mirada al norte de África, por el mensaje: "Después de 'La mariposilla' no puedo cantar cualquier cosa, lo superficial no me llega". Y así lo demostró en el recital que ofreció en la Bodega de los Apóstoles -dentro del Festival de Jerez 2004- donde echó a volar a "la flor de almendro".

 


Sevilla, el puente de Triana en semana Santa

 


Sevilla, Plaza de España, en la foto José Maria Ruiz Fuentes

Desde que comienza su carrera en solitario, Lole ha grabado dos discos: "Liberado", y recientemente "Ni el oro ni la plata", además de actuar en festivales como el de Jerez 2004, o la XXV Bienal de Flamenco de Sevilla, acompañando al pianista sevillano David Peña Dorantes. He hecho la 'Nana de la cebolla' de Miguel Hernández y letras de otros autores. Canto alegrías, bulerías lentas, unas bulerías más flamencas... Con las voces de mi hija Alba Molina y de mi madre (La Negra) hago un tema árabe flamenco que se llama 'Tercera generación'. En esa línea está también 'Niña hermosa'.
 


Lole y Manuel, todo es de color año 1976


Lole y Manuel,

 

La primera canción de mi recital es 'Las mil y una noches', que es una canción clásica egipcia. 'Niña hermosa' es árabe pero muy, muy flamenco, como muy andaluz, va por tangos. En el nuevo disco está también la canción con cuerda 'Soledad', con la guitarra de Diego de Morao, un tema muy denso en el contenido que va por bulerías; unas alegrías que toca Manuel; un tema en hebreo tocado con un zimbal, un instrumento turco... Los textos para mí son muy importantes. No puedo cantar cualquier cosa. Lo superficial no me llega. "Esa desconcertante dama, la soledad". Es una letra del cubano Rubén Alix. Después de 'La mariposilla' ('Un cuento para mi niño'), no puedo cantar cualquier cosa. Fíjate, la letra de 'Soledad' dice: "Mi vanidad es mi fracaso, ese disfraz". Paso de la vanidad. En la peña La Platería ha actuado el sábado 12 de febrero de 2005, con la guitarra de Fernando García.
 

 

LA CANTAORA LOLE MONTOYA PRESENTA SU NUEVO ÁLBUM, «METÁFORA» 
La cantaora Lole Montoya presenta su nuevo álbum, «Metáfora»
En el día de ayer, en la sede de la Sociedad General de Autores de España (SGAE), la conocida cantaora flamenca Lole Montoya - la «Lole» - convocó a los medios de comunicación para presentar su último álbum titulado «Metáfora», título también de uno de los temas incluidos en este trabajo, cuyo autor es Alejandro Sanz. Lole, la artista que marcó tendencia formando dúo con Manuel Molina, musa de una generación que soñaba y luchaba por ser libre, y que hoy es referente de auténtica personalidad, puro duende racial y sincero, presenta este tercer disco en solitario, en el que continúa con su particular búsqueda de la innovación, la personalidad y la creatividad flamenca. Para ello ha contado con colaboradores de auténtico lujo como Vicente Amigo, Felipe Campuzano, su hija Alba Molina, la familia Montoya (Angelita, Andina y Lucía Montoya), los grandes músicos José "Pepe" Rivero, José Acedo, Manuel Jesús Moreno "Morao", Paco Iglesias, Francisco Santos "currito", Luis Amador, Juan José Amador, Ricardo Moreno, Ramón David "Caracolillo" y José Israel "Caracolillo". Producido por la propia Lole Montoya, con la dirección Artística de Jesús Molina y la Producción Ejecutiva de Luis Torres - Pasión Flamenca - el disco será publicado bajo el sello Warner Music.
Una artista de raza
Lole Montoya nació durante la primavera de 1954 en Triana (Sevilla). Hija de Juan Montoya, bailaor, y de Antonia Rodríguez "La negra", cantaora y bailaora nacida en Orán (Argelia). Gracias en parte a que su familia, de raza calé, era "uno de los grupos más intensos y compactados del mundo del flamenco", Lole pudo tener el privilegio de curtirse desde muy pequeña en tablaos de prestigio como Los Gallos (Sevilla) o Las Brujas (Madrid). Lole también llegó, ya como adolescente, a compartir el mismo escenario con gente de la talla de la Perla de Triana o Camarón de la Isla, este último intimo amigo de Lole y Manuel, en 1994, le dedicarían una canción titulada "Arriba el Cielo".El comienzo de la discografía de la pareja, que se produjo en 1975 con la edición de un disco titulado "Nuevo Día" (Movieplay), coincidió con un sorprendente éxito que les permitió verse favorecidos por el publico desde el principio.
Una cristiana comprometida
En 1987, después de una crisis personal y económica muy grave, Lole comezó a asistir a una Iglesia Evangélica. A través de la lectura de la Biblia encontró a Jesucristo como su Salvador y su vida dió un giro completo. La prensa trató con respeto el tema de su conversión y desde entonces ha participado con frecuencia en eventos organizados por las Iglesias Evangélicas, siempre dispuesta a testificar de su fe en el Señor. En Junio del 2005 participó en el FestiMadrid con Luis Palau, celebrado en la capital de España.
Noticias relacionadas: Noticias FEREDE, Madrid, 06/02/2008

Lole Montoya y el flamenco femenino

El tercer disco de la trianera suena más convencional que otros suyos, aunque su voz resulta igualmente brillante
Se echa de menos el rasgueo de guitarra en el estribrillo de La maza, el clásico de Silvio Rodríguez que hace a piano Lole Montoya en este su tercer disco en solitario. Se echa de menos la acreditación de autores y músicos de este disco. Ni siquiera otro clásico de la canción hispana, Ojalá que te vaya bonito, de José Alfredo Jiménez, está acreditado. La versión, a ritmo ternario, viene rotulada como rondeña. Me gusta la mirada de Lole sobre este tema, tan diferente de la norma desgarrada impuesta por Chavela Vargas, y que han seguido otros flamencos. La visión de Lole es luminosa, clara y sanamente distante sobre las pasiones que retrata. Una joyita. Una más de un disco pleno de ellas. Como siempre que se trata de una obra de Lole. No voy a decir que no echo de menos las composiciones de Manuel Molina, que en la anterior entrega de la cantaora (Ni el oro ni la plata, 2004) ofrecía, entre otras cosas, un cante por alegrías (acompañando a la guitarra el mismo Manuel) de menos de un minuto, absolutamente radical, desconcertante y feliz, carnal y divina. Y es que, a diferencia de otras ocasiones, y salvo en los casos que les estamos contando, las canciones no están en Metáfora a la altura de la voz y la sensibilidad de esta, una de las cantaoras claves en la historia de este arte. Tangos convencionales, plenos de amor, silencio, sombras. Bulerías de jazmines y gitanos, fuentes, estrellas, muletillas y torres del oro. Lugares comunes. A lo mejor están puestos así, estratégicamente, para resaltar la verdad de las joyas que, como digo, contiene la obra. La maza es una isla. Elocuencia de melodía y letra, pese al barroquismo de metáforas. Un canto de fe. La fe en uno mismo. La mejor, la única. La felicidad de ser cantera también, que esta maza que es la voz de la cantaora modela, receptores del canto de Lole. Este cante justifica una obra. Lo mejor de Ilusión es la contundencia de la guitarra de Vicente Amigo, autor así mismo de esta bulería. Lo mejor de las alegrías Brisa de la mar es eso, que se trata de unas cantiñas en tono mayor, la fórmula que tantos buenos momentos dio a esta voz, y nos dio. El tema Metáfora, que cierra y da nombre al disco, está al parecer escrito por Alejandro Sanz, pese a no estar acreditado como digo. Una bulería lenta con un arreglo de guitarra delicioso por su uso de los contratiempos y las disonancias (no me pregunten quién toca, pues no está acreditado). Me gusta por la declaración de pricipios que supone, la respuesta a los que reprochan a la cantaora su sinceridad, su fe religiosa. Es decir el reflejo de la misma (esos que, es de suponer, luego se recrean con la Pasión según San Mateo o las Visones del Amén, por no citar otros cantos revolucionarios). Algunos rechazan la inspiración divina característica de parte de la obra de la última etapa, en solitario, de Lole Montoya. Pero lo cierto es que no es necesaria una visión muy afinada para ver este humanismo religioso en el tema Nuevo día de 1975, que abría a ritmo de bulería lenta y con arreglos de sintetizador su primer y exitoso disco y uno de los capítulos más brillantes del flamenco contemporáneo. Corren tiempos de escepticismo en que resulta necesario justificar el contenido poético de una intérprete popular que habitualmente va más allá de los fáciles y empalagosos amores de verano. En este disco, sin embargo, arrecian como digo, los lugares comunes. Desde luego prefiero la verdad de Lole que el tópico de tantos. Lole Montoya es mucho,tiene muchas cosas. Mucha música, mucho lirismo, muchos paisajes en su voz. Lole, no es necesario repetirlo, es una de las grandes voces y de las grandes personalidades del flamenco de nuestro tiempo. Metáfora es un disco menos raro, más convencional, y por eso menos apasionante, que los otros dos que ha publicado en solitario. Probablemente llegará a un publico mayor porque responde a las características y convenciones del flamenco popular de hoy. Por eso me interesa menos, conteniendo, como contiene, alguna joya y la presencia de una de las grandes. El disco está dedicado a la mujer.
Actualizado 06.02.2008

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Homenaje a Lole Montoya

un Cante por

datos de buenas fuentes,  poema de José Maria Ruiz Fuentes

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