LÓPEZ RECIO
 

RAFAEL LÓPEZ RECIO, cantaor payo, más conocido artísticamente con su propio nombre de LÓPEZ RECIO, nació en Córdoba en el año de 1935. Socio antiguo de la Peña Fosforito de Córdoba, guarda en la memoria aquellos años en los que participaba en el Concurso Nacional de Córdoba (1957, 1958 y 1959) compitiendo nada menos que con Fernanda y Bernarda de Utrera o Juan Talega, por citar algunos. El maestro Anselmo González Climent habla de Rafael López Recio muy favorablemente en su libro Cante en Córdoba. Oído al cante. Seguidor indiscutible de los cantes de Rafael Romero El Gallina.



Córdoba tierra de grandes artistas,
se distingue por su arte y su califa;
su mezquita moruna y su catedral
que engrandece su tierra a raudales,
 grandes maestros con sabiduría,
orgullo de toda nuestra  geografía
conocida en el mundo por su belleza,
es Córdoba la reina de Andalucía

 

 

El Ateneo de Madrid fue testigo de las cualidades de Rafael acompañado por Rafael Trenas a la guitarra el 26 de junio de 1992, cuando Agustín Gómez Pérez presentó su libro, editado por el ateneo de Córdoba Presencia de Cántico en el flamenco; el acto contó con la presencia del poeta cordobés residente en Madrid Luis Jiménez Martos.
 


Córdoba,  plaza de José Antonio, o gran capitán


Córdoba, torre de la catedral

 

Agustín Gómez, el pintor Antonio Povedano, el escultor Venancio Blanco, el poeta Luis Jiménez Martos, Miguel López, el guitarrista Rafael Trenas, Antonio Perea y el cantaor Rafael López Recio. Ateneo de Madrid. Conferencia de Agustín Gómez "Presencia de Cántico en el flamenco". (1992


Rafael López Recio.


Torre de la Catedral de Córdoba,


Rafael López Recio. Ateneo de Madrid. Conferencia de
Agustín Gómez "Presencia de Cántico en el flamenco". (1992


Rafael López Recio, Paco Dios, Francisco del Cid García,
José Arrebola Rivera, José Carmona Pulido, Javier Campos
y Antonio Varo Baena. Bodegas Campos, junio 2007

Rafael López Recio, 60 años de dedicación al cante
En la voz de este hombre no se nota depreciación alguna por el inevitable paso del tiempo Es su manera de encarar la vida.
60 años son una respetable razón para valorar la trayectoria de cualquier ser humano que ha mantenido incólume una afición, que en el caso de Rafael López Recio hay que mirar desde el más intenso ángulo pasional. El cante durante toda su vida ha formado parte de su patrimonio emocional. La revelación de lo inescrutable que esta forma única de expresión conlleva, tiene en la voz de este hombre un cotizado vehículo expresivo al que no notamos depreciación alguna por el paso del tiempo. Es su manera de encarar la vida, de verla con el "sentido grande", de relatarla desde una perspectiva aristocráticamente flamenca, en la que la cotidianeidad que cultiva en su Peña Flamenca Fosforito es ilustrativa de su capacidad exponencial. Esta arrancó de forma oficial en el Concurso Nacional de Cante Jondo de Córdoba de 1959, compitiendo con Fernanda y Bernarda de Utrera, La Perla de Cádiz, Antonio Ranchal y el patriarca gitano de melena leonada que fue Juan Talegas. Ricardo Molina ya se fijó en él como uno de los más prometedores cantaores de Córdoba. Desde entonces y siempre con la actitud honesta del que no persigue nada más que estremecerse y estremecer, nos ofrece su voz natural y doliente que elude modas petulantes, y es en el ceremonial ortodoxo de la soleá, la caña, el mirabrás y la toná, donde alcanza la cima de su capacidad expresiva. Todo ello expuesto en reuniones intimistas, pero que ha sabido transferir con dignidad cordobesa a otros cenáculos, como el Ateneo de Madrid (1992), donde ilustró, acompañado por Rafael Trenas, una conferencia de Agustín Gómez. Personas como López Recio son reveladoras a la hora de definir el carácter y actitud del hombre de nuestra tierra, capaz de extraer desde lo sencillo lo más estimulante que ofrece la vida. Su antiguo taller de joyería poseía esa indecible fascinación que establece la mixtura del sacrosanto trabajo orfebre y el cante. Caracol, Mairena, Fosforito, El Gallina y Pepe el de la Matrona, entre otros, animaban con su eco la indesmayable constancia del buril y la broca diamantada para una mejor consecución de la bella y delicada pieza de encargo que una vez acabada parecía adornada con el aura flamenca de su creador. Son 60 años de entrega sustancian una vida repleta de emociones y contratiempos, pero éstos pueden diluirse en la historia personal cuando el plano de valores es capaz de elevarse por encima de otras consideraciones, como natural forma de seducción flamenca. Es el caso de López Recio, retrato de una casta de aficionados en proceso de extinción.
09/03/2008 FRANCISCO DEL CID

VIDEO

 


Homenaje a López Recio
un Cante por

MIRABRAS


Acompañado a la guitarra por José A. Pedregosa "El Canijo"
Duración 4:47

fotografías y audio perteneciente a la Peña de Fosforito

datos recopilados de su propia biografía,  datos de fuentes periodisticas, poema de José Maria Ruiz Fuentes

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El Arte de Vivir el Flamenco © 2003
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