MANUEL ÁVILA
MANUEL ÁVILA RODRÍGUEZ, cantaor payo, más conocido con su propio nombre artístico de MANUEL ÁVILA, nació en Montefrío, (Granada), el 2 de septiembre del año de 1912, y murió en Granada en el año de 1993, fue un cantaor con delirio por el cante, su afición era enorme, no paraba de buscar ocasiones para el cante. Era una enciclopedia viviente, una reliquia del cante en Granada. El paladar y la voz de Manolo eran exquisitos y cuando estaba con amigos, no paraba de hablar, cuando ya estaba cantando alguna de las muchas variedades de malagueñas que hacía, o algún cante de levante.
Granada orgullosa siempre estara ,
de haber tenido cantaores buenos
como Manuel Ávila y muchos más,
arte reconocido por toda la afición,
de todos estos grandes maestros
que para nuestra historia quedaran
como el mejor baluarte de Grana
Se crió entre su casa y la casa de su tía, dos puertas más abajo, con la que pasaba largos ratos para escucharla cantar la malagueña del canario. Cantaban también su padre y los hermanos de este. De niño, con ellos se iba a la era, no solo para ayudarles sino para aprender cante. Pronto empezaría cantando en alguna boda. También asistía a los espectáculos que ofrecían las compañías que por su pueblo pasaban, La niña de los Peines, Pepe Pinto, Valderrama y el Niño de la Huerta, del que aprendió sus cantes. Dicen que, después cuando cantaron juntos, el Niño de la Huerta se quejaba, diciendo que Manuel era ocho años más joven y por eso cantaba mejor.
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En 1949, 1950 y 1951 queda finalista del concurso "Fiesta en
el Aire". Ese mismo año, obtiene el segundo premio, en el concurso celebrado en
la Plaza de Toros de Granada. Desde entonces, se suceden los premios, el de
Jerez de 1962, el de Fuengirola de 1963, gana también el concurso "Salto a la
fama", el premio nacional de granaínas en el concurso de Córdoba, en Cabra gana
tres años seguidos, en Priego, en Tomelloso, en Málaga cantando por serranas, en
Barcelona consigue tres primeros premios y sobre todo en el concurso de Cantes
de las Minas de la Unión, donde consigue primeros premios en 1982 y en 1983,
cuando consigue la apreciada Lámpara Minera.
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Era un estudioso del cante, meticuloso y escrupuloso a la hora de cantar. No quería "rebujar" el cante y repetía las terminaciones de los tercios, solo en su casa o por la noche, hasta que los hacía como eran. Cantaba bien los cantes de su tierra, fue uno de los transmisores de la temporera de Montefrío: Vivió un tiempo en Barcelona, donde quedó su familia, regresando el sólo a su pueblo. Vivió para el cante aunque no de el. Fue carnicero en su pueblo. Grabó, con Joselero, el disco "Viejo Caudal Flamenco", a beneficio de la ITEAF. También los cantes de Levante, con que ganó la Lámpara Minera, en una antología de ganadores de La Unión. En 1984 le pusieron un marcapasos y ese mismo año le hicieron un homenaje en Montefrío, que duró casi toda una noche, de cantaores y artistas que actuaron en el mismo. En 1993, moría con 81 años. En la Platería cantó numerosa veces, la última en 1992, un año antes de su muerte con la guitarra de Francisco Manuel Díaz.
Los cien años de Manuel Ávila
Pese a la escasez
de su producción discográfica, el artista de Montefrío tuvo una notable
influencia entre el resto de los cantaores granadinos por su impecable estilo
Este
2012 es el año del centenario del nacimiento de Manuel Ávila Rodríguez, oriundo
de Montefrío, cantaor flamenco de largo historial artístico repleto de
galardones y un no menos copioso calendario de anécdotas que lo convirtieron en
el entrañable personaje que fue durante sus más de ochenta años de vida y que se
puede descifrar en los numerosos escritos que han glosado más tarde críticos o
aficionados al flamenco que lo conocieron. Manuel Ávila entusiasmó nuestra joven
afiliación por el flamenco cuando el cante aún encerraba tantos ocultos
misterios para nosotros. A la mente se nos viene la figura de un señor delgado,
de ropas elegantes y mal combinadas, posiblemente fruto de su despiste colosal,
otro de los rasgos personales que más anécdotas le valieron. Señor delgado,
entrado en años, cantando sin cesar desde el alba hasta entrada la madrugada, un
cante tras otro, mientras sujeta los machos que embridan la bestia, mientras
recoge ramales de los olivos hasta dejarlos impecables, al son de temporeras,
malagueñas de la Trini o cualquier cante que acudiese a su fértil imaginario
flamenco. Nació en Montefrío en 1912 en una familia de aficionados al flamenco
apodados Los Cargaos, y por ello a veces recibió el sobrenombre de El cargaíllo.
Emparentado con el cante clásico desde su niñez, podemos observar un perfil
artístico con dos épocas bien diferenciadas: la época chaconera y la época
mairenista. En sus comienzos, Manuel Ávila disfrutó de las compañías de cante
flamenco que pasaban por la entonces remota ciudad de Montefrío. Al encontrarse
tan mal las comunicaciones, muchos de los cantaores flamencos que pasaban por
este municipio se quedaban a pernoctar y ello provocaba veladas prolongadas en
la noche donde las figuras y los aficionados locales alternaban el cante.
Cuentan que en una ocasión, el mismo Niño de la Huerta se sintió herido de
orgullo por la bravura y majestuosidad con que Manuel Ávila había acometido el
cante.
Juan Pinilla / Granada | Actualizado 15.05.2012 - Manuel Ávila y Sabicas, en
el 50º aniversario del Concurso del Cante Jondo, en 1972.
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Datos obtenidos de http://www.laplateria.org.es/artistas/artistas todos.htm, audio y poema perteneciente a El Arte de Vivir el Flamenco, |
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