INÉS BACÁN
INÉS PEÑA PEÑA, cantaora gitana más conocida con el nombre artístico de INÉS BACÁN, nació en Lebrija (Sevilla) en el año de 1952. Hija de Bastián Bacán y Ana la del Pelao; hermana del guitarrista Pedro Bacán, fallecido en 1997, es biznieta de Pinini; nieta de Fernanda la del Funi, prima de Fernanda y Bernarda de Utrera, es la última sorpresa artística del clan de los Pinini. Ella cantaba en casa, en las reuniones familiares o de amigos, pero hasta iniciada la década de los noventa no comenzó a cantar en público, y ello fue posible gracias al empeño de su hermano para vencer su excepcional timidez.
Nace artista de gran solera,
porque lo lleva en su sangre
de raíces de puras sepas,
gitana con mucha sabiduría
para transmitir el cante,
para los buenos aficionados
que la rodean en su entorno,
para animar con pasión su arte.
INÉS BACÁN, como toda su gente, conoce el cante, el baile y el toque desde siempre, pues en su familia es muy rara la persona que no practica alguna de las facetas flamencas aunque no sea profesional. Ella canta como oyó cantar a los suyos, desde muy pequeña, sin ningún virtuosismo, pero con una verdad y una autenticidad ejemplares. El Lebrijano, El Turronero, su propio hermano Pedro Bacán, Inés Bacán lleva el flamenco en la sangre. Y es, precisamente, en el seno familiar, en las fiestas y reuniones, donde la cantaora deja oír su voz durante años. No es hasta 1990 cuando da el primer paso profesional al participar en la grabación ‘Noches gitanas en Lebrija’, producido y dirigido por su hermano Pedro Bacán. Él es quien la empuja a participar en discos y espectáculos posteriores que recorrieron escenarios europeos y americanos como ‘Nuestra historia al sur’ (1990), ‘Al son del 3x4’ (1992), ‘Cien años de cante’ (1993) de su primo Pedro Peña, ‘El clan de los Pinini’ (1994)
|
|
|
Pronto registra
su primer disco, ‘De viva voz’ (Auvidis, 1995); y participa en el directo de su
hermano ‘Marisma’, grabado en la Bienal de Flamenco de Sevilla de 1996. Tras la
muerte de su hermano, inicia su carrera en solitario participando en festivales
y peñas, colaborando en discos y espectáculos. En 1998 graba su segundo disco,
‘Soledad sonora’ (Auvidis, 1998), acompañada a la guitarra por Moraíto Chico.
Cinco años más tarde publica ‘Pasión’, dentro de la colección del sello Palo
Nuevo. Entre tanto, ofrece notables recitales como el del Festival de Mont de
Marsan de 2003.
|
|
inés Bacán y Manuel de Paula muestran en Jaén la
esencia del flamenco del Lebrijano
Nadie como Inés Bacán (prima de El Lebrijano) y su paisano
Manuel de Paula podían establecer un homenaje más cercano a Juan Peña Fernández
'Lebrijano'. La primera por sus lazos de consanguinidad y por haber bebido en
las mismas fuentes flamencas. El segundo por las mismas premisas y por su afán
de reivindicar una de las zonas más prestigiosas de este arte, además de
mantener similares inquietudes a las del homenajeado en cuanto a progresión
artística y realce de un flamenco pleno de carisma ancestral y evolución
cantaora. Y ambos ejercitaron su labor en la Peña Flamenca de Jaén con motivo
del reconocimiento que a su primo le ha rendido la XXIII Semana de Estudios
Flamencos. Inés constató en todo momento el arte familiar y esencial de la
comarca de Utrera y Lebrija. Es decir, cantó como si hubiera estado en una
reunión festiva de su clan flamenco. Sin aditamentos, falto de adornos para la
galería y pleno de evocaciones ancestrales. Entremezcló la sencillez y la
prestancia por tientos con resonancias gaditanas, y ese peculiar compás-ritmo
-que a veces puede parecer monótono-, que realza a su casta cantaora. En los
fandangos a compás de soleá por bulerías, las evocaciones de Pepe Palanca y su
peculiar paladar, acrecentaron una forma de hacer flamenco añejo y familiar.
Maca de la casta
Tenía que mostrar la marca de la casta y lo hizo por bulerías y por soleá
-lo que ellos denominan bulerías para escuchar- con un prestante ritmo y
evidenciando influencias de El Chozas -nacido en Lebrija y no en Jerez- y
evocaciones de Juaniquí. Y como todo gitano de la zona que se precia, su cante
por siguiriyas establece una de sus principales premisas flamencas, y más cuando
se aborda el personalismo de Tío Manuel Cagancho con resonancias de Juan Talega
o se continúa con los ecos del jerezano Tío Manuel de Paula. Finalizó por
bulerías mintiendo aún más la singularidad familiar y su amor por el romance. Al
día siguiente, viernes, Manuel Martín Martín -crítico flamenco donde los haya-
vino a Jaén para constatar la riqueza flamenca que 'El Lebrijano' ha ido dejando
en sus últimas obras -las que muchos consideran que no son tan ortodoxas, como
las de 'Casablanca', 'Lágrimas de cera', 'Sueños en el aire', 'Puertas
abiertas', 'Encuentros' y 'Tierra'. Fue pormenorizando cada uno de los
contenidos de dichos trabajos y dejando constancia del tratamiento ortodoxo que
Juan ha establecido en cada una de ellas, aparte de la progresión o evolución
flamenca que el de Lebrija ha querido marcar. Después, Manuel de Paula con la
sonora guitarra de Paco Cortés -qué compendio de personalidad y versatilidad en
las falsetas y los silencios-, andó un elaborado camino por soleá, con
evocaciones 'La Chacha Paca', Rosalía de Triana, Juaniquí de Lebrija, Joaquín el
de la Paula o Paquirri. Otro tanto quiso efectuar por cantiñas-alegrías con
matices por romeras, mas con cierto entrecortamiento en la estructura del cante.
Pero al igual que Inés, él debía de constatar la premisa siguiriyera y lo
consiguió con entrega, pellizco y enjundia por Manuel Torre, Tío José de Paula,
Diego el Marruro, Diego el Lebrijano y Perico Frascola. Remató por bulerías
reivindicando la zona y nuevamente el realce del romance flamenco.
12.05.08 - R. V.
VIDEO |
|
AUDIO |
Homenaje a Ines Bacán |
datos de muy buenas fuentes, arreglos y poema de José Maria Ruiz Fuentes |
El Arte de Vivir el Flamenco © 2003 |