FRANCISCO
RUIZ (PACO DE LA HUERTA)
FRANCISCO ANTONIO RUIZ FUENTES, cantaor con una grandeza única en su forma de interpretar los cantes, por la afición tan grande que sentía, nace en Río Martín (Tetuán) Marruecos, el día 13 de Junio del año de 1936, y murió en Francia el 20 de Marzo de 1.969, en la temprana edad de 32 años con una enfermedad de anemia. Hijo de agricultores, por eso en su niñez entre sus amigos era conocido con el apodo de PACO EL DE LA HUERTA, estuvo cursando estudios de primaria en el colegio Asin Palacios de Río Martín, bachillerato con profesores particulares, cantaor de flamenco dominando todos los estilos con una perfección única y gran afición a este arte, su afición flamenca de buen cantaor es conocida principalmente entre amigos, no dedicándose jamás al público ni a ningún otros actos. Recordare que ha habido muchísimos cantaores con este Don, pero no quisieron darse nunca a conocer por otros medios de comunicación.
MI MARRUECOS QUERIDO
Desde el monte dersa ya se divisa,
un pueblecito blanco como una brisa,
rodeado de huertas y del mar,
que sus olas acarician
el bienestar de su playa,
dios a ti te creo en un rinconcito marroquí,
con ese bello nombre de Río Martín,
allí vi la luz del día y allí yo crecí,
ay tu querer de unos ojitos negros
yo me enamore,
siempre que la recuerdo
se me viene al pensamiento
este par de fandanguillos
que canto con sentimientos,
te llevo en mi pensamiento
aunque lejos de ti este
te llevo en mi pensamiento,
cuando en la huerta jugaba
morita de Río Martín
Y tu conmigo coqueteaba.
enamorao yo de ti
lo mismo que tú de mí estabas
enamorao yo de ti
pero tu me lo negabas
porque no te quería venir
morita conmigo a España.
Milongas con Fandangos
autor de la letra José María Ruiz Fuentes
Esta es su tierra rodeada de huertas, viñas y árboles frutales, los trinos de las alondras cantando en medio de los trigales, un río que baja de una montaña desembocando en su playa, un extenso llano cubierto de vegetales, una casita blanca con cuatro grandes ventanales, un jardín lleno de flores y grandes rosales, una palmera en el porche, el mar muy cerca donde la brisa de sus olas acarician la noche, un bello pueblo blanco que Río Martín se llama, esta es su tierra, este es su pueblo que tanto se ama. Su nombre hoy es MARTIL, es un bello pueblo de las costas Mediterráneas, situado en un rincón de Marruecos.
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Desde muy pequeño sus grandes aficiones al igual que el cante flamenco fue la cacería y la pesca, sobre todo la cacería, desde muy pequeño andaba con las trampas o cepos, para coger los pajarillos de los campos, de matas o arboledas. Luego la red de mayas para los pajarillos cantores, como los gilgueros, camachos y verderones, hasta que consiguió hacerse de una escopeta, ya que existía en ese precioso pueblo una buena extensión de campos y de huertas, bosques, montañas, ríos y playa. En sus bosques abundaban las tórtolas y las bandadas de tordos, como en sus campos los conejos y las liebres, las codornices y las alondras en sus trigales, el jabalí y los ciervos en las montañas, en el río la nutria y los Patos salvajes, era toda estas tierras vírgenes, una de las mejores épocas de nuestra naturaleza.
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Hace el servicio militar en Tetuán, en regulares número uno, en la compañía al cargo del capitán Valiño, hijo del general Valiño, alto comisario de España en Marruecos, sustituyendo al General Várela por su fallecimiento, antes de su independencia en el año 1.956.
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En Octubre del 1.959, viaja a Madrid con su hermano José María Ruiz Fuentes,
cruzando el estrecho de Gibraltar en este hermoso trasbordador Virgen de
Africa, que se ve en este cuadro, con la idea de fijar su residencia en dicha
capital, donde consiguen una buena colocación y se establecen.
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Se casa en Madrid en 1.965, y se va a vivir a Talavera de la Reina (Toledo), al poco tiempo se va a Barcelona con una buena
oferta de trabajo. Con dicha empresa es trasladado a Francia donde acaba sus días de grandeza en el más absoluto olvido, sin
saber el mundo entero el Don tan grande de su arte de cantaor del flamenco con esa pureza que encerraba en su alma y en todo
su cuerpo, que dios lo tenga en gloria en el cielo con un gran monumento.
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Autor: José María Ruiz Fuentes |
El Arte de Vivir el Flamenco © 2003 |