MARÍA DEL
CARMEN RAMOS RODRÍGUEZ, cantaora de flamenco, más conocida en el mundo de la
historia del arte del cante flamenco con el nombre artístico de NANE RAMOS,
nació en Valdelacalzada, Badajoz (Extremadura), en el año de 1978, acaba de
bajarse de los tablaos de la ciudad francesa de Nimes, donde se celebra uno de
los festivales de flamenco más importantes del mundo. Han pasado ya tres
semanas, pero aún es capaz de escuchar en su memoria los aplausos que recibió la
compañía extremeña con la que actuó, 'Mehstura', tras representar la obra
'Mujeres del Flamenco'.
El
Ayuntamiento de Valdelacalzada
Plaza de
España de Valdelacalzada
Desde niña, cuando quería ser artista, ya soñaba con formar parte de aquello que
hoy reivindica: la figura de la mujer en el mundo del flamenco. Y en Nimes lo ha
conseguido. "Las siete componentes cargábamos con la responsabilidad de
representar a nuestra tierra en este prestigioso festival y logramos dejar bien
alto el nombre de Extremadura", cuenta satisfecha. Ramos agradece al público
francés la buena acogida que ha tenido el espectáculo y destaca "que ha superado
todas las expectativas".
La compañía 'Meshtura', formada exclusivamente por mujeres como Nane, encontró
su razón de ser en la necesidad de otorgarle importancia a la voz femenina del
flamenco. Con el objetivo de alejarse del clásico estereotipo masculino, este
grupo apostó por romper los moldes y reivindicar que la figura de la mujer
flamenca extremeña también puede triunfar. El proyecto conquistó a su actual
director artístico, Jesús Ortega, y, entre palmas y taconeos, la agrupación
empezó su rodaje.
En su recorrido por Polonia, Suecia, Dinamarca, Francia o Londres, Ramos ya se
ha subido a las tablas con destacados artistas del panorama regional y nacional.
La pacense ha compartido cartel con grandes cantaores de Extremadura como La
Caita, Esther Merino o Alejandro Vega, entre una larga lista. Veinte años
después de sus comienzos, la cantaora extremeña sigue buscando en sus
actuaciones elevar la voz para que el flamenco femenino extremeño sea reconocido
más allá de nuestras fronteras. Tanto en sus conciertos en solitario como con
'Mehstura', la artista persigue enfrentarse a las desigualdades de género a
través del flamenco con nombre de mujer. "Sueño con el trinunfo de la mujer en
el mundo del flamenco", revela.
En su
trayectoria, la cantaora no está sola. Ramos presume de contar con la mejor
compañía en su carrera artística ya que el encargado de hacer sonar los acordes
de la guitarra que la acompañan es Yannick Roszyk, su marido, un guitarrista
francés enamorado de Extremadura que ya solo va a su tierra de visita. El hecho
de compartir aficiones les facilita el trabajo que conlleva dedicarse a esta
profesión. "Existe mucha afinidad entre los dos, y eso hace que todo fluya mucho
mejor", relata la artista. Una larga trayectoria de aprendizaje Su primer
contacto con el flamenco de manera profesional fue hace más de veinte años con
la publicación del disco 'Amalgama', pero por entonces ella no imaginaba que
llegaría a compartir escenario con destacados cantaores.
Hasta
conseguir triunfar en otros países, Ramos necesitó una formación previa para
estar a la altura de las exigencias de esta profesión. Entre ellos, y uno de los
más importantes para la artista, entrenar y cuidar la voz. Ramos estudió
flamenco en Sevilla porque no encontró un centro donde poder formarse por
completo en Extremadura. La Fundación Cristina Heeren fue el impulso para
comenzar su trayectoria profesional, sobre todo cante para baile y técnicas de
baile. Esta escuela de flamenco se dió cuenta de su arte y la cantaora pasó, en
poco tiempo, de ser alumna a monitora. En ella trabajó durante tres años
dirigiendo clases de técnica vocal y su voz acompañó las cuerdas de guitarristas
como Pedro Sierra, Paco Cortés o Eduardo Rebollar, entre otros.
Nane
también aprendió en esta Fundación lo más importante de lo que rodea este arte
con profesores tan reconocidos como los cantaores Arcángel, Paco Taranto o
Calixto Sanchez. "Aprendí mucho de ese gusto por el flamenco que hay en Sevilla,
y fue precisamente ese entorno el que me abrió las puertas para cantar en el
extranjero", explica. A pesar de sus esfuerzos y de los éxitos cosechados, Nane
sigue trabajando a diario como peluquera en su pueblo y, aunque no niega sus
orígenes, lamenta no poder vivir del flamenco al 100%. "La cultura española está
infravalorada y eso hace mucho daño a la vida del artista", denuncia.
La
pacense destaca que los ritmos de trabajo de los cantaores a nivel profesional
son muy inestables, y eso dificulta elaborar un calendario cerrado. "Es
complicado saber realmente si podrías llegar a vivir de esto por los vaivenes de
cada época del año", lamenta. Conocedora del atractivo que supondría el flamenco
para una región como la nuestra, Ramos cree que se podría sacar más provecho a
lo autóctono -tangos y jaleos- como un elemento cultural fuerte. "Hay muy buenos
cantaores en nuestra tierra y no lo sabemos aprovechar. Me da rabia y envidia
que otras ciudades españolas como Sevilla o Jerez potencien el turismo con el
flamenco y Extremadura no", destaca.
«Extremadura es tierra de flamencos». Además de cantar en solitario y ofrecer
actuaciones en grupo, Ramos es fundadora y presidenta de la asociación de
Jóvenes Flamencos de Valdelacalzada. La artista imparte clases de cante en las
que se trabaja el compás, los distintos palos del flamenco y la técnica vocal.
Mediante la celebración de galas, los casi treinta socios que la integran buscan
potenciar el arte extremeño en cada rincón que visitan. La cantaora tiene ahora
una visión de su futuro muy clara: seguir viajando a otros países para mostrarle
al mundo que Extremadura es tierra de flamencos. "Me veo disfrutando como ahora
de lo que hago y cosechando éxitos como el que hemos conseguido recientemente
con 'Mehstura'", augura.