JOSÉ
NAVARRO CARRERO «ZACARÍAS». Cantaor de flamenco, más conocido en el mundo de la
historia del arte del cante flamenco con el nombre artístico de NIÑO DE
FUENTES DE ANDALUCÍA, nació en Fuentes de Andalucía, el día 4 de mayo del año de 1915, en el
número 53 de la calle de la Rosa (Estrella), hijo del matrimonio formado por
Diego Navarro y Mercedes Carrero. El 11 de abril de 1996, a los 80 años de edad,
fallecía en la huerta familiar, donde vivía, José Navarro Carrero «Zacarías», el
«Niño de Fuentes de Andalucía». ha sido el cantaor flamenco más completo y de
mayor relevancia que ha dado esta tierra, y que de no haber sido por una serie
de circunstancias, principalmente el estallido de la Guerra Civil que le alcanzó
en el despuntar de su carrera, cortando el desarrollo artístico de la misma,
hubiera llegado a ser una máxima figura de renombre nacional.
El Castillo
de la Monclova es uno de los monumentos más destacados de Fuentes de
Andalucía (Sevilla)
Una de las
casas señoriales más famosas de Fuentes de Andalucía Ayuntamiento de
Fuentes de Andalucía
Desde la infancia empezó a cantar y conocer los palos del flamenco. Su padre
tenía una taberna en «El Postigo», la primera en Fuentes que contó con gramófono
y que llamaban en el tiempo «máquina cantaora». Todas las placas de pizarra
(discos) que tenían eran de cante flamenco, de donde aprendió mucho «Zacarías».
Aun siendo un chaval marchó a Sevilla, donde subió por primera vez a las tablas
de colmaos y cafés cantantes de la época, empezando a convivir con grandes
figuras del cante flamenco como Manuel Torre «Niño de Jerez», Manuel Vallejo,
Pastora y Tomás Pavón, Pepe Marchena…
Pero la valía de su voz y sus capacidades para el cante hondo le hacen pegar el
salto a Madrid, buscando fortuna y gloria, donde marcha en los primeros años de
la República al amparo de un conocido, José Candadi, gran aficionado que
trabajaba en la capital como camarero. Comienza aquí la época dorada del cantaor
José Navarro «Zacarías» que ya se anuncia en los carteles como «Niño de Fuentes
de Andalucía», conviviendo en la pensión que se aloja con «El Niño León» y
Juanito Valderrama, al que más de una vez, no teniendo trabajo éste último, tuvo
que pagar José los cafés y las partidas de billar.
De izquierda
a derecha, José Manuel Hidalgo "Condito", Tomatito, Zacarías y Camarón,
en una fotografía hecha en Fuentes.
Es el año 1934, y José va ganando popularidad, consiguiendo contratos para
actuar en los grandes escenarios del Madrid de la época, tales como «Villa
Rosa», «Los Gabrieles», «Capitol», «Casa Juan» y acudiendo a las fiestas de
grandes personajes, entre los que se encontraba el Conde de Colombí, con el que
fraguó amistad. «Zacarías» empieza a destacar y su nombre, junto al de su
pueblo natal, ya es conocido en todos los ambientes flamencos en el Madrid
republicano de estos años.
Con
representante propio, llegó a grabar según los testimonios recogidos seis discos
con «La Voz de su Amo», «El Gramófono» y «El Regal», dos de las casas
discográficas más importantes del momento, acompañado a la guitarra de
importantes personajes de la talla de «Habichuela el viejo» y «Manolo de
Badajoz». Algunos de los cantes grabados en los discos de pizarra citados, han
sido recuperados recientemente y publicado en youtube en los últimos días por
Pedro Moral.
Los años
comprendidos entre 1934 y 1936 fueron los más esplendorosos y de mayor apogeo de
la carrera artística del «Niño de Fuentes de Andalucía», llegando a actuar y
protagonizar espectáculos en teatros de gran renombre como el «Monumental» y el
«Pavón». En éste último fue a verle el «Niño de Marchena» en todo el zenit de su
carrera definiendo a «Zacarías» como gran artista y dueño de una gran voz.
Pero
cuando mejor le iban las cosas, cuando todo hacía indicar que sería pronto una
primera figura del cante flamenco, la guerra paró su prometedora carrera
artística. El golpe de estado del general Franco le cogió trabajando, pero le
cambió totalmente la vida y regresa a Fuentes ante las circunstancias en la que
vive el país.
Culminada
la guerra, empieza de nuevo a hacer lo que él mejor sabía: cantar. Comienza a
vivir de nuevo de su voz, pero las cosas han cambiado. Entra a formar parte de
compañías artísticas de las principales figuras, primero en la del maestro Pepe
Marchena, más tarde con la Niña de la Puebla, donde compartía escenario con otro
cantaor fontaniego como era Pepito Aguilar «Jeringo», y por último en la
Compañía de la Niña de la Huerta.
Ya en la
década de 1950, «Zacarías» hace algunas temporadas en la floreciente Costa del
Sol y a partir de aquí solo participaría en algunos festivales flamencos en
pueblos de la comarca y en reuniones y fiestas de amigos y familiares. En las
últimas décadas, junto a la figura de «Zacarías» era indiscutible la presencia
de su tocaor, Manuel López Hidalgo «Mané de Carmen Hidalgo» con el que se
compenetraba maravillosamente.
Durante
muchos años, el «Niño de Fuentes de Andalucía» no faltó cantando saetas a las
cofradías fontaniegas, con una saeta que los entendidos califican como única,
naciendo y muriendo el estilo con él. Una saeta simple y corta de duración,
intensa y profunda en su ejecución que puede llegar a catalogarse como «saeta de
Zacarías».
José
Manuel Hidalgo «Condito», amigo inseparable del maestro Zacarías durante los
últimos veinticinco años de vida del cantaor afirma que «Zacarías estaba dotado
de una gran voz, para mí una de las mejores y más flamencas que yo he conocido,
“jonda” y profunda, y a la vez bonita y melodiosa cuando la ocasión lo requería;
tuvo la suerte de que, a pesar de algunos excesos suyos, sobre todo con el
tabaco, Dios se la conservó hasta el final de sus días». Con él se fueron sus
tarantas y tarantos, su malagueña y todos los cantes de Levante, sus soleares,
su seguiriya, sus alegrías y sus fandangos, sus milongas como “Canto a mi
pueblo”, sus guajiras, sus colombianas, sus alegrías y sus saetas.
Se fue un
artista grande. Esa era su profesión y así lo reflejaba su Documento Nacional de
Identidad, «Profesión: Artista». Se perdió el duende de una voz en la historia
del flamenco dejando su cante no solo en los seis discos que grabó durante su
estancia en Madrid, sino en el recuerdo de los buenos aficionados que supieron
dar mérito y poner en valor la gran voz del maestro «Zacarías». Una figura con
una carrera artística camino de la fama que las circunstancias de la época
cortaron, provocando que no llegara el triunfo esperado. Un fontaniego que llevó
el nombre de su pueblo por toda España como nominación artística: «Niño de
Fuentes de Andalucía».
Escuchar los cantes de Sevilla
Mapa de la provincia de Sevilla
1. Luís
Caballero y Antonio Mairena
(Debla y Tona grande)
2. Pepe el Culata (Martinetes)
3. José Menese (Tangos Trianeros de Pastora)
4. Curro Mairena (Seguiriyas gitanas)
5. Antonio Mairena (Seguiriyas Cabales)
6. Manolo Caracol (Saeta al Gran Poder)
Duración 21:45
Referencia bibliográfica: GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, Francis J. Fuentes de Andalucía,
una mirada al pasado. Tomo I. Fuentes de Andalucía: Ayuntamiento de Fuentes de
Andalucía, 2010, pp. 275-278.