MARINA CUESTA

MARINA CUESTA NACIMIENTO, soprano, más conocida en el mundo de la historia de la buena música con su propio nombre artístico de  MARINA CUESTA, nació en Huelva (Andalucía) en el año de 1997, una joven de 18 años que, desde el pasado mes de septiembre, se encuentra estudiando en el Conservatorio Superior de Música ‘Salvador Seguí’ de Castellón el Grado Superior de Violonchelo y Composición, una doble especialidad. Se trata de la culminación de una trayectoria que siempre ha estado marcada por la música. Marina estudia un doble grado en el Conservatorio de Castellón de la Plana.


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Marina estudió durante catorce años, entre los 3 y los 16 años, en el Sagrado Corazón de Jesús, si bien hizo 2º de Bachillerato en el IES Pablo Neruda de Huelva en la especialidad de Música. Su nota media fue superior al 9. Además, el pasado año 2015, obtuvo el Premio Extraordinario de Bachillerato por la Junta de Andalucía tras realizar unas pruebas de acceso a la universidad con 12,96 sobre 14.


Su interés por la música es una cuestión que siempre ha estado presente en su vida. Desde pequeña se pasaba los días cantando, así que sus padres decidieron apuntarla al Conservatorio ‘Javier Perianes’ de Huelva cuando tenía 8 años. Lo hicieron con un año de retraso a lo que es habitual, pero eso no fue impedimento para que pronto sintiera que aquello era lo suyo. Ya entonces, como no sabía qué instrumento elegir, le propusieron que cogiera el violonchelo. Y así lo hizo. Poco a poco, se fue «enganchando» a su sonido. «Me encantaba tocar, me lo pasaba muy bien en clase», nos comenta. Así que ha estado estudiando en el Conservatorio onubense hasta el año pasado, haciendo cuatro años de Enseñanzas Elementales y seis de Enseñanzas Profesionales. En total, diez años, aunque hizo dos años en uno para estar equiparada a su edad. Incluso logró quedar tercera en el VI concurso de solistas del conservatorio en 5º de Profesional.


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Y llegó la hora de elegir una carrera. Con sus excelentes notas se le abría un amplio abanico de posibilidades, algunas con muchas perspectivas a la hora de encontrar un buen puesto en el mercado laboral. Sin embargo, Marina lo tuvo claro: eligió la música. Según nos cuenta, «me decanté por la música porque es lo que me gusta, lo que me emociona y para lo que pienso que estoy hecha. Es mi vocación. Mis gustos y mis cualidades se dirigen hacia este arte. Así que no lo dudé, porque realmente no hay trabajo en nada, así que lucharé por encontrar una oportunidad en lo que realmente quiero hacer».

Tanto es así que en las pruebas de acceso al Conservatorio Superior de Castellón quedó en segundo puesto en Violonchelo y en primero con un 9,22 en Composición. Una experiencia que, por el momento, califica como muy satisfactoria. En este centro, además, de la mano de su profesora Claudia Montero, ganadora de un Grammy Latino en 2014, se ha enamorado de la composición. Aunque es consciente de que es muy complicado, ya ha realizado varias obras para piano.

Su sueño cuando termine el doble grado es «hacer un Master en Alemania, Austria o Viena. Quizás un master sobre composición para medios audiovisuales o de interpretación de chelo. En general, cuando acabe de estudiar, me gustaría hacer de todo, tanto escribir música para salas de concierto o películas, como trabajar en una ópera o en algún palacio de la música. Por otro lado, me gusta mucho la docencia, así que cuando acabe de vivir todas las experiencias no descarto fundar alguna academia o liceo, porque estoy percibiendo muchas carencias en el sistema y me gustaría darle a otras personas mi formación».

Y es que a todo eso hay que sumar sus estudios de idiomas y sus intereses por otras manifestaciones culturales, como la literatura o la fotografía, entre otras. Una serie de cualidades que ha llevado a la Junta de Andalucía a distinguir a la joven onubense con el Premio al Compromiso Educativo «por la participación, dedicación e interés demostrado en sus estudios y su esfuerzo diario por avanzar», un reconocimiento que le fue entregado el pasado 26 de mayo por la consejera de Educación, Adelaida de la Calle.

Un reconocimiento que ha sorprendido mucho a Marina: «No lo esperaba. Ni siquiera sabía que existía este premio. Me emocioné mucho cuando me lo comunicaron y me puse muy nerviosa. Sobre todo, estoy muy contenta por mis padres, que se sientan tan orgullosos de mí. Mis padres se lo merecen, porque han vivido conmigo todas mis idas y venidas. Es una carrera muy sacrificada y complicada, que a veces provoca que uno se venga abajo, por eso agradezco tanto este reconocimiento», nos explica.

Siendo así, Marina Cuesta es todo un ejemplo para los jóvenes onubenses. Y hemos querido que le dedique unas palabras, que les dé un consejo a todos ellos. «Yo les diría sencillamente que luchen por sus sueños, que luchen por lo que quieran. No hace falta ser médico ni abogado para ser feliz. El dinero no da la felicidad, sólo hacer lo que te gusta. Eso es lo que te dará las ganas de vivir. Hay que luchar por tus sueños. Merece la pena», nos comenta entusi asmada la joven desde Castellón.

Con estas palabras, con su ejemplo, su capacidad de superación y su ilusión por hacer bien todo lo que hace nos despedimos de Marina. Una vocación por la música digna de un premio. Enhorabuena Marina, estamos seguros que continuaremos sabiendo de ti en un futuro. Mucha suerte.

 

 

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Recopilación  de José Maria Ruiz Fuentes,

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