LUCRECIA BORI

LUCRECIA BORJA GONZÁLEZ DE RIANCHO, soprano, más conocida internacionalmente en la historia  del mundo de la buena música de la opera, con el nombre artístico de LUCRECIA BORI, nació en Valencia, el día 24 de diciembre del año de 1887, murió en  Nueva York, el 14 de mayo de 1960, pero tuvo una relación y adoptó el apellido de su novio de Valencia. Este se apellidaba Bori y por ello su nombre artístico era Lucrecia Bori. Dotada de una voz cristalina, intuitiva y de timbre seductor, que transmitía gran emoción poética a sus interpretaciones, también destacó por su encanto personal.


Valencia, Torres de Serrano


Valencia, Avenida Jacinto Benavente


Desde muy niña vivió sólo para la música; se subió por primera vez a un escenario con tan sólo seis años y enseguida empezó a estudiar canto en el Conservatorio de Valencia. Tuvo la fortuna de aprender con excelentes profesores, así como de viajar a Milán, centro mundial de la ópera, y familiarizarse muy pronto con su futura profesión. Antes de cumplir los veinte años ya había debutado con el personaje de Micaela en Carmen, de Georges Bizet, y había logrado un contrato por tierras italianas. También intervino de forma brillante en La Bohème que en 1909 se estrenó en Génova y en la Madame Butterfly representada en Nápoles.


En el Teatro Châtelet de París cantó junto al gran Enrico Caruso Manon Lescaut, de Giacomo Puccini, ante la presencia del propio compositor. La misma obra, de nuevo junto al tenor italiano, le sirvió dos años más tarde (en 1912) para presentarse en el Metropolitan Opera House de Nueva York; a esta primera comparecencia le siguieron muchas otras a lo largo de veinticuatro años.


Antes de embarcarse hacia América, Lucrecia Bori había culminado su etapa europea cantando en la Scala de Milán, durante tres temporadas consecutivas y obteniendo el reconocimiento de su entendido público, las óperas El matrimonio secreto, de Domenico Cimarosa; El caballero de la rosa, de Richard Strauss; la célebre opera de Charles Gounod inspirada en el Romeo y Julieta de Shakespeare; y, finalmente, un Falstaff conmemorativo del centenario del nacimiento de Verdi, en que fue elegida por el director Arturo Toscanini.


Lucrezia Bori, en uno de sus papales, en una imagen sin datar del archivo del biógrafo José Donémech.


Busto de Lucrecia Bori, por Ignacio Pinazo Martínez


En el escenario neoyorquino del Metropolitan mostró su madurez como soprano, al mismo tiempo que construyó una sólida carrera. Destacaban dentro de su repertorio La vida breve, Mignon, Pelleas y Melisande, Fausto, La Bohème y Manon. La intensa actividad de aquellos años le permitió retirarse en plenitud de éxitos sin por ello ver mermada su popularidad. Su última actuación tuvo lugar en marzo de 1936, cita a la que acudieron numerosos compañeros de profesión. Con la retirada recobró su verdadero apellido, Borja, y fundó la sociedad Amigos del Metropolitan Opera House. Lucrecia Bori siguió ligada a la institución hasta su muerte, debida a un derrame cerebral, en 1960.

Desde su debut en 1908 hasta su retirada en 1936 fue una de las grandes estrellas internacionales de la ópera. Triunfó en la Scala y fue reina absoluta en el Metropolitan en los papeles de soprano lírica del repertorio italiano y francés. Tras su retirada fundó la Sociedad de Amigos del Metropolitan y siguió manteniendo una estrecha relación con el teatro. Por desgracia, su actividad profesional se desarrolló lejos de nuestra ciudad, aunque sus restos descansan aquí.

  

 

 

VIDEO

 

   Recopilación  de José Maria Ruiz Fuentes,

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