MARIO LANZA
ALFREDO ARNOLD COCOZZA, tenor y actor, más conocido mundialmente en la historia del arte de la ópera y el cine con el nombre artístico de MARIO LANZA, nació en Filadelfia, Pensilvania, Estados Unidos, el día 31 de enero del año de 1921, y murió en Italia, (Roma) el 7 de octubre de 1959, destacó desde pequeño por sus dotes como cantante: con tan solo 16 años captó la atención del director de la Sinfónica de Boston Serge Koussevitzky, quien le proporcionó una educación musical en el centro de Tanglewood, Massachusetts. Allí, con 21 años, ya bajo el nombre artístico de Mario Lanza (en referencia a su madre, María Lanza, cantante lírica frustrada que nunca llegaría a hacer carrera), empezó a representar roles operísticos como el de Rodolfo de La Bohème, sorprendiendo a la crítica por la belleza de su voz de tenor lírico spinto y la vivacidad de su caracterización dramática.
|
|
Ahora bien, su aplaudida recepción en el panorama musical, que deseaba verle
pronto actuar en el Metropolitan neoyorkino, quedó interrumpida por el estallido
de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue reclutado por los Servicios Especiales
de la armada estadounidense para combatir en Europa. Ganada la guerra, reanudó
su meteórica carrera musical y, en 1947, protagonizó una gira por Estados
Unidos, Canadá y México acompañado por el bajo George London y la soprano
Frances Yeend, cosechando de nuevo grandes éxitos y elogios de la prensa
especializada, que resaltaba su enorme capacidad para conectar con la multitud.
Durante el viaje, en una actuación en un teatro de Hollywood, el tenor asombró
al millonario director de la Metro-Goldwyn-Mayer, Louis B. Mayer, quien
rápidamente le fichó para su estudio.
|
|
Así pues, Lanza cambió el calor de los escenarios por la magia de la pantalla,
que no hizo más que acrecentar su fama, convirtiéndole en uno de los rostros más
célebres del Star System de la década de los cuarenta y cincuenta. Y es que, con
la calidad de su voz y su dominio de la escena, el tenor consiguió seducir a
través de la cámara a millones de espectadores, en un momento en que la cara
visible de los estudios era literalmente la de los actores y actrices de las
películas, que acaparaban los focos, muy por delante de los directores y aún más
de los guionistas. El “Clark Gable cantante”, le llamaban…
Pocos cantantes han conseguido la influencia y la repercusión del tenor Mario Lanza, que, con escasos roles interpretados en teatros líricos durante su carrera, cautivó a millones de espectadores con sus apariciones en el cine de Hollywood. Fallecido prematuramente a los 38 años de edad, su carisma despertó el amor por la ópera de artistas como Plácido Domingo o Josep Carreras.
Tras varias películas y discos llegaría su primer gran éxito en pantalla, The Great Caruso (1951), film biográfico altamente ficcionado sobre el mítico cantante italiano Enrico Caruso, admirado por Lanza y que justamente murió el día en que él nació. La película fue dirigida por Richard Thorpe, un fijo de la Metro especialista en films musicales que años más tardé dirigió El Rock de la cárcel (1957) con Elvis Presley –también fan declarado de Lanza–; y supuso un gran éxito comercial y de crítica.
Efectivamente, todos coincidían en que el joven intérprete conseguía captar y rememorar a la perfección las mejores dotes del inmortal cantante italiano y, es más, 40 años después del estreno, Enrico Caruso Jr. remarcó que Lanza era el único artista capaz de protagonizar a su padre. Además, el éxito del film también contribuyó indudablemente a que jóvenes espectadores de todo el mundo se interesaran y descubrieran la ópera, algunos de ellos futuras estrellas.
Es el caso, por ejemplo, de Plácido Domingo y Josep Carreras, quienes siempre han reconocido la fascinación por el género lírico que les despertó ver de pequeños a Mario Lanza en pantalla. “Si soy cantante de ópera es gracias a Mario Lanza”, declaró Carreras en una entrevista de 1994; y Domingo, por su parte, ha expresado su pasión por el timbre y la pasión del tenor: “Debo mi amor por la ópera a un chico de Filadelfia”, certificaba. Luciano Pavarotti, Roberto Alagna o Joseph Calleja son otros cantantes que crecieron admirando las películas del intérprete, e incluso el citado Elvis Presley, quien, un año después de la muerte del cantante, grabó una versión inglesa del O sole mio que había popularizado Lanza.
La corta carrera de Lanza abarca ópera, radio, conciertos, grabaciones y películas. Fue el primer artista de la RCA Victor sello rojo, de la cual recibió un Disco de Oro. También fue el primer artista en vender dos millones y medio de álbumes. Lanza inspiró la carrera de las sucesivas generaciones de cantantes de ópera, incluidos Plácido Domingo, Luciano Pavarotti, Leo Nucci y José Carreras, así como las de cantantes aparentemente con diferentes antecedentes e influencias. En 1994, el tenor José Carreras rindió homenaje a Lanza en una gira de conciertos por todo el mundo, y declaró: «Si soy cantante de ópera, es gracias a Mario Lanza».
VIDEO |
|
Recopilación de José Maria Ruiz Fuentes, |
El Arte de Vivir el Flamenco © 2003 |