VICENTE SARDINERO

VICENTE SARDINERO, barítono, más conocido internacionalmente en la historia del mundo de la opera con su propio nombre artístico de VICENTE SARDINERO,  nació en Barcelona, el día 12 de enero del año de 1937, y murió en Villanueva de la Cañada (Madrid), el 9 de febrero de 2002. Se formó en la Escuela Municipal de Música de su ciudad natal, teniendo como profesora a la eminente soprano Mercedes Capsir.

Simultáneamente cursó los cuatro años de solfeo, permaneciendo otros cuatro perfeccionando la voz y formando repertorio. El Gran Teatro del Liceo de Barcelona le brindó la oportunidad de una audición, y el resultado de la misma fue un instantáneo contrato para encarnar papeles de reparto en unas representaciones de CARMEN y RIGOLETTO durante la temporada de ópera de 1964.

Paso inmediato fue su ingreso como miembro titular en la compañía del Teatro de La Zarzuela. Allí incorporó a su repertorio un gran número de obras, y a ese paso suyo por la zarzuela debemos hoy que Sardinero fuese contratado por Televisión Española para poner su voz a varias de las grabaciones del ciclo Teatro Lírico Español, dirigidas por Juan de Orduña.

En 1965 ganó el concurso internacional de canto «Francisco Viñas», cuya primera medalla se adjudicó por el voto unánime del jurado; y en 1967 consiguió el Primer Premio de Voces Verdianas celebrado en Bussetto. A partir de ese momento su carrera operística fue sumamente brillante, no sólo en España, sino en el extranjero, haciendo su presentación en La Scala de Milán con LUCIA DI LAMMERMOOR.

Su carrera internacional le llevó a ser aplaudido en los principales teatros del mundo como el Metropolitan de Nueva York, Covent Garden de Londres o Colón de Buenos Aires, así como muchas capitales europeas y españolas, empezando por el Liceo de Barcelona y el Real de Madrid, que inauguró en su reapertura en 1999 con la ópera española LAS GOLONDRINAS.

Víctima del cáncer, falleció a los 65 años en la localidad madrileña de Villanueva de la Cañada el barítono Vicente Sardinero, una de las grandes figuras internacionales que España ha aportado a la lírica en los últimos lustros.

Su última actuación tuvo lugar en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona la primavera pasada, representando «Aida». Desoyendo consejos médicos, Sardinero acudió a «su casa»: no había actuado desde la reconstrucción del teatro barcelonés tras el incendio; quería hacerlo y sabía que aquella era una última oportunidad. Fue con la conciencia de que se despedía y, lamentablemente, estaba en lo cierto. Luego, con entereza y hombría de bien, ha esperado.