JOAQUÍN SABINA
JOAQUÍN RAMÓN MARTÍNEZ SABINA, cantautor y poeta español de éxito en países de habla hispana, nació en Úbeda (Jaén) el día 12 de febrero de 1949, conocido artísticamente con el nombre de JOAQUÍN SABINA. Ha publicado catorce discos de estudio, cuatro en directo y tres recopilatorios y colaborado con distintos artistas cantando dúos y realizando otras colaboraciones. También compone para otros artistas como Ana Belén o Miguel Ríos entre otros. Los álbumes en directo son grabaciones de actuaciones en las que ha intervenido en solitario o junto con otros artistas: La Mandrágora (1981), junto a Javier Krahe y Alberto Pérez; Joaquín Sabina y Viceversa en directo (1986), junto a la banda Viceversa; Nos sobran los motivos (2000); y Dos pájaros de un tiro (2007), junto a Joan Manuel Serrat. En su faceta literaria ha publicado nueve libros con recopilaciones de letras de canciones o poemas publicados en el semanario Interviú.
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En el año 2001 sufre un leve infarto cerebral que pone su
vida en peligro, recuperándose unas pocas semanas más tarde sin sufrir secuelas
físicas, pero el incidente influye en su forma de pensar y se ve inmerso en una
importante depresión. Tras superarla, publica su decimoctavo álbum, Alivio de
luto (2005). Joaquín Sabina nace el 12 de febrero de 1949 en la localidad de
Úbeda (Jaén), segundo hijo de Adela Sabina del Campo, ama de casa y de Jerónimo
Martínez Gallego, comisario de policía. [1] Cursa sus estudios primarios con las
monjas Carmelitas y con catorce años comienza a escribir poemas y a componer
música en una banda formada con sus amigos llamada Merry Youngs,[2] que se
dedicaban sobre todo a versionar a cantantes de rock como Elvis Presley, Chuck
Berry o Little Richard.
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Por esa época, tiene a su primera novia, Chispa, que le sirve
como inspiración para crear algunos poemas de amor. Esta relación es un poco
accidentada ya que el padre de Chispa, un notario de Úbeda, se opone desde un
principio a esta relación y se la lleva consigo algunos años después, siendo
Joaquín universitario, a Granollers con el fin de apartarla definitivamente de
él. Pero Joaquín emprende, en compañía de un amigo, un viaje en su busca,
instalándose en una tienda de campaña junto a la casa familiar de Chispa. Los
dos jóvenes se escapan juntos recalando finalmente en el valle de Arán (Lérida),
donde viven juntos unos días. [2]. Posteriormente cursa el bachillerato en los
Salesianos. En esa época sigue escribiendo versos y lee a Fray Luis de León,
Jorge Manrique y José Hierro pero también a Marcel Proust, James Joyce y Herbert
Marcuse. El día en que aprobó cuarto y reválida su padre quiso recompensar a
Joaquín con un reloj de pulsera, a lo que él se negó manifestando que prefería
una guitarra, siendo satisfecha dicha petición. En cambio, su hermano mayor sí
que aceptó el reloj y, según Joaquín, ese pequeño detalle sería el que los
empezaría a distanciar: su hermano se acabaría convirtiendo, como el padre de
ambos, en policía y él en cantante. [2]. Exilio en Londres [editar] En 1968 se
traslada a Granada para matricularse en la Facultad de Filosofía y Letras e
iniciar los estudios de Filología Románica en la universidad, donde descubre la
poesía de César Vallejo y Pablo Neruda. Joaquín vive por primera vez con una
mujer, llamada Lesley, y prepara su tesis de español en Granada.
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Su ideología izquierdista le lleva a relacionarse con
movimientos contrarios al régimen franquista. Este mismo año, cuando se proclamó
el estado de excepción, su padre, que era comisario en Úbeda, recibe la orden de
detenerle por pertenecer al Partido Comunista. [4] En 1970 comienza a colaborar
con la revista Poesía 70, compartiendo páginas con Luis Eduardo Aute o Carlos
Cano. En ese mismo año lanza un cóctel molotov contra una sucursal del Banco de
Bilbao en Granada en protesta por el Proceso de Burgos, por lo que se ve
obligado a exiliarse. Al carecer de pasaporte, no puede salir inmediatamente del
país, pero conoce a un hombre, Mariano Zugasti, que, tras unas horas de
conversación, le cede el suyo.[1] Con nombre falso y acompañado de Lesley,
Joaquín pone rumbo a París, donde pasa unos meses, y posteriormente a Londres,
donde vive como squatter (okupa) durante su primer año de estancia en la
ciudad.Joaquín necesita sensibilizar a la opinión pública a su favor, ya que de
otro modo sería repatriado a España, y gracias a Lesley consigue que le hagan
una entrevista y presente su caso. El Daily Mirror publica que a su vuelta a
España le espera la pena de muerte, hecho totalmente falso, pero consigue que
las autoridades británicas le concedan el asilo político por un año. Se marcha a
Edimburgo con Lesley a vivir. Permanecen allí cuatro meses, tras los cuales
Joaquín se marcha a Londres abandonando a Lesley.
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Colabora en Londres con el Club Antonio Machado, uno de los
centros frecuentados por emigrantes y exiliados. En la capital inglesa escribe
sus primeras canciones y organiza un cineclub donde se exhiben películas de Luis
Buñuel, prohibido entonces en la España franquista. Reconstruye el grupo de
teatro Juan Panadero y monta polémicas obras teatrales como La excepción de la
regla, de Bertolt Brecht, y El cepillo de dientes, de Jorge Díaz. Se gana la
vida cantando en el metro, restaurantes y cafés. En 1974, según una de las
anécdotas más divulgadas sobre su vida, actuó ante George Harrison, quien
celebraba su cumpleaños en un bar local llamado Mexicano-Taverna. El ex-beatle
le dio una propina de cinco libras.[4] En algunas entrevistas, Sabina ha
relatado que conserva el billete que recibió como un tesoro, pero en otras
ocasiones ha desmentido su propia leyenda ("En realidad, me los bebí aquella
misma noche"). Durante ese tiempo mantiene una relación con una chica llamada
Sonia. En 1976 publica el libreto de canciones Memorias del exilio y comienza a
organizar conciertos para la colonia de exiliados españoles en Inglaterra, donde
actúan Paco Ibáñez, Lluís Llach, Francesc Pi de la Serra o Elisa Serna. Estos
versos constituirían el grueso principal dos años más tarde de su primer disco,
Inventario. El libro fue editado por la Editorial Nueva Voz, con una tirada de
1.000 ejemplares que el propio Joaquín se encargó de distribuir por el área de
Portobello Road, vendiendo hasta el último de ellos gracias a su don de gentes y
a las muchas amistades trabadas en el más de medio lustro transcurrido en la
capital británica.[2] Más tarde compone la banda sonora de la serie The Last
Crusade, de la BBC.
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Joaquín Sabina
presenta en Rota su último libro, 'A vuelta de correo'
El acto tendrá lugar el próximo martes 26 de
agosto en la Sala Cultural de Izquierda Unida
El mítico cantautor Joaquín Sabina ha elegido el escenario de
Rota, donde pasa parte de sus vacaciones de verano, para presentar su último
libro A vuelta de correo, en un acto que tendrá lugar en la Sala Cultural de
Izquierda Unida (c/Blas Inante, 18). A vuelta de correo es una obra epistolar,
en la que versa sobre la correspondencia y sus contactos con la gente del mundo
de la música, la televisión y, por su puesto, la literatura. La obra, que da
comienzo con la carta en verso que su padre le envió a la "mili", alberga
misivas, fotografías y dibujos pero, sobre todo, poemas escritos por o para
"todos los que son" aunque haya bastantes que "son pero que nunca están". En el
trancurso de esta cita literaria, Sabina estará acompañado una vez más de sus
amigos escritores -algunos de ellos residentes y veraneantes en Rota- como son
Almudena Grandes, Benjamín Prado, Luis García Montero y Felipe Benítez Reyes.
Asimismo, el acto se convertirá en el preludio de una animada tertulia
auspiciada por este grupo artístico literario tan unido a la localidad gaditana.
El acto, que comenzará a partir de las 21.30 horas, será con entrada libre
hasta completar aforo. Habrá venta y firma de ejemplares.
Redacción /
Rota | Actualizado 20.08.2008
Joaquín Sabina y la amistad, en la Rota de los
poetas
El cantante, que recitó una nueva
canción escrita por García Montero, llena el mercado de abastos roteño para
presentar su libro de cartas 'A vuelta de correo'
"Es una maravilla que Rota sea el lugar donde veranean los poetas". Arropado por
Felipe Benítez Reyes, Luis García Montero, Almudena Grandes y Benjamín Prado,
Joaquín Sabina llenó anoche el patio del mercado de abastos de Rota. La
presentación de su libro de correspondencia en verso, A vuelta de correo, se
convirtió en exaltación de la amistad, un gracias a la vida de gran calidad
humana y literaria. Y Sabina estrenó a viva voz, recitándola pero barruntando el
ritmo por venir, una nueva canción, escrita por García Montero, que formará
parte de su próximo disco. El cantante se lleva de Rota "tres o cuatro temas
bien arrancados". Y un montón de amigos desconocidos. "No son mis amigos de
siempre", confesó acerca de sus queridos escritores, "son mis únicos y mayores
amigos, quienes después del marichalazo vinieron a sacarme del agujero negro y
me empujaron a publicar y a tirar palante". Con el recuerdo de Ángel González,
en noche de tremendo calor pegajoso, Sabina se refirió a otros poetas muertos
como Alberti, y sin embargo vivos en la memoria y en el libro, y no ahorró un
puyazo a la viuda del poeta: "Benjamín fue quien me presentó a Rafael. Benjamín
hizo de todo con Alberti, hasta de chófer, y fue quien le pegó la hostia que le
postró en la cama e hizo que se casara con María Asunción". El variopinto
público, entre murmullos, abanicos, voces altisonantes de niños, ruido de vasos,
ejerció de cómplice, las pilló al vuelo y otorgó una gran ovación a los
participantes, no sin antes conocer de primera mano los versos de Que te quiten
lo bailao, la pieza que anteanoche entregó García Montero a Sabina. "Perderé
poco tiempo en explicarte la infame labor de envejecer". Así se inician los
versos, que abundan en el implacable paso del tiempo. "A fuerza de crecer, cada
vez somos más pequeños". "No hay eclipse completo, ni cantante discreto…". Pidió
encarecidamente al respetable que no diera mucha publicidad al tema, pues "Calamaro
suele robarme canciones", bromeó. No la cantó, pero sugirió sus hechuras. Una
señora, a los postres del festín, preguntó: "¿Cantar no va a cantar?". No. Y se
fue llena de palabras lindas. Los amigos de Sabina dijeron cosas muy hermosas.
García Montero resaltó la calidad literaria de la obra del Flaco, pero dejó
claro que la matemática del soneto camina a la zaga del poder de persuasión, de
la capacidad de contagiar, de contar y de emocionar que atesora Sabina. "Joaquín
es un lujo como creador, su mirada personal, su mundo, su obra es fundamental en
la educación sentimental de este país". Prado llegó más allá, en clave de guasa,
y comentó que Sabina es tan listo que va a sacar un dinero de un libro que "lo
hemos escrito entre muchos". Grandes leyó una parábola sobre la inocencia
bellísima, mostró su envidia ante Sabina, "capaz de edificar una historia en
tres minutos", y agregó que "nos ha pintado a todos por dentro". El anfitrión
Benítez Reyes, que nació muy cerquita del mercado, puso el énfasis en la voz de
Sabina, que "como Cohen, Waits o Dylan, es una voz por encima de la voz". Y
remató: "En tiempos de cantantes probeta, he aquí nuestro cantante cimarrón, un
animal en estado salvaje". Al acto no pudieron asistir Mendicutti y Caballero
Bonald, otros miembros ilustres de la asociación cultural sin ánimo de lucro que
estos poetas han constituido en Rota sin pretenderlo. Si García Montero afirma
que Rota le proporciona tiempo y serenidad para avanzar en sus proyectos, Sabina
encuentra amistad por encima de todo. Y la inspiración necesaria. Antes del
acto, Sabina concedió una relajada rueda de prensa, donde confesó que "es
realmente raro que alguien siga escribiendo cartas, y no correos electrónicos, y
además en verso. Yo no tengo móvil, ni internet. Y no sé lo qué es un blog".
Enrique Alcina , Rota | Actualizado 27.08.2008. En la foto, Joaquín Sabina
charla con la escritora Almudena Grandes, en presencia del roteño Felipe Benítez
Reyes, antes de la presentación
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Datos recopilados de buenas fuentes |
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