FAUSTINO ARREGUI
FAUSTINO ARREGUI, tenor, más conocido mundialmente en la historia del buen arte de la música con su propio nombre artístico de FAUSTINO ARREGUI, nació en San Sebastián el día 15 de febrero del año de 1904, y murió en San Sebastián el 24 de diciembre de 1964. Fue hijo de familia modesta y, como todo vasco que se precie, sintiose pronto atraído por la música y el canto. Tomó lecciones de solfeo y siendo todavía muy joven ingresó en la Masa Coral de su ciudad natal, ocupando un puesto en la cuerda de tenores. La belleza de su voz, de gran extensión y timbre purísimo, llamó la atención de sus profesores y la cuidaron con esmero.
|
|
Fruto de esta perseverancia fue que en 1927 consiguiera una beca de la
Diputación para ampliar estudios. Antes de terminar ese año llegó a Madrid
cargado de ilusiones y dispuesto a ser cantante. Por suerte, como les sucedió a
otros muchos que gozaron de éxito, cayó en manos del prestigioso maestro Ignacio
Tabuyo, excelente educador de voces. Dos años después, en 1929, pisó por primera
vez un escenario. Lo hizo en San Sebastián, anunciado como una gran promesa, con
la zarzuela del maestro Serrano LOS DE ARAGÓN, obra que había constituido un
señalado triunfo para su creador, Delfín Pulido. Arregui la cantó con mucho
gusto y ese éxito inicial, que fue comentadísimo, hizo que su nombre comenzara a
sonar en el mundillo lírico, entonces bastante numeroso. El joven tenor figuró
enseguida en algunas compañías sumando éxitos y ganando prestigio con un amplio
repertorio, que iba de la zarzuela grande al género chico.
|
|
El maestro Moreno Torroba se fijó en él y le contrató para el Teatro Calderón de
Madrid, del cual era empresario. En él realizó los estrenos madrileños de varias
y notables zarzuelas, entre ellas EL CANTAR DEL ARRIERO (1930), de Díaz Giles, y
LA FAMA DEL TARTANERO (1931), de Guerrero, ambas con Selica Pérez Carpio y José
Luis Lloret. Pero el triunfo total, merecido y resonante, que habría de
colocarle entre los grandes de la zarzuela, lo obtuvo con el estreno de LUISA
FERNANDA (1932), del maestro Moreno Torroba. El resto del reparto fue: Selica
Pérez Carpio, Laura Nieto y Emilio Sagi-Barba, que por aquellos días rondaba ya
la sesentena. Esta obra se mantuvo en el escenario del Calderón durante 158
representaciones consecutivas, con enorme éxito. Durante ellas, Arregui contrajo
matrimonio con la soprano Estrella Rivera.
Parecía que ya nada más podía acrecentar su fama cuando en 1934 llegó el estreno
madrileño, en el Teatro de La Zarzuela, de la ópera de Penella DON GIL DE
ALCALÁ. El éxito que alcanzó, junto a María Espinalt y Pablo Gorgé, constituyó
uno de los más grandes de su, hasta entonces, corta carrera de cantante. Faltaba
todavía otra admirable zarzuela que sirviera para la culminación de su arte y
ésta fue, en vísperas de la Guerra Civil, LA TABERNERA DEL PUERTO (1936), una de
las mejores partituras de Sorozábal, y cuyo estreno se efectuó en el Teatro
Tívoli de Barcelona. Con Arregui compartieron el triunfo Conchita Panadés,
Marcos Redondo y Aníbal Vela. Ese mismo año tuvo un gran éxito cantando, junto a
Felisa Herrero, la opereta de Lehár JUDIT.
Poco después se alejó del teatro y de la guerra que ensangrentaba España y se marchó a la Argentina. Durante diez años recorrió ésta y otras repúblicas sin dejar de cantar. Al regresar a la patria siguió actuando. Su fama había empalidecido tras la prolongada ausencia. Sus facultades tampoco eran las mismas. Hasta que un día muy señalado, el de la Nochebuena de 1964, falleció en su San Sebastián natal.
Grabaciones completas: Azabache, La fama del tartanero, Luisa Fernanda, Ed.: Columbia-Regal (1932-1933).
Fragmentos y selecciones: Los de Aragón, María la Tempranica, Xuanón. Ed.: Columbia-Regal (1931-1933). El dúo de La Africana, La del manojo de rosas, La moza vieja. Ed.: Columbia-Notas Mágicas (1934-1942).