FAUSTINO ARREGUI

FAUSTINO ARREGUI, tenor, más conocido mundialmente en la historia del buen arte de la música con su propio nombre artístico de FAUSTINO ARREGUI, nació en  San Sebastián  el día 15 de febrero del año de 1904, y murió en San Sebastián el 24 de diciembre de 1964. Fue hijo de familia modesta y, como todo vasco que se precie, sintiose pronto atraído por la música y el canto. Tomó lecciones de solfeo y siendo todavía muy joven ingresó en la Masa Coral de su ciudad natal, ocupando un puesto en la cuerda de tenores. La belleza de su voz, de gran extensión y timbre purísimo, llamó la atención de sus profesores y la cuidaron con esmero.


El Ayuntamiento, antiguo casino construido en 1887
y visto desde los jardines de Alderdi Eder,
se convirtió en la sede del Ayuntamiento en 1946


Vista del Puerto de San Sebastián en 1890


Fruto de esta perseverancia fue que en 1927 consiguiera una beca de la Diputación para ampliar estudios. Antes de terminar ese año llegó a Madrid cargado de ilusiones y dispuesto a ser cantante. Por suerte, como les sucedió a otros muchos que gozaron de éxito, cayó en manos del prestigioso maestro Ignacio Tabuyo, excelente educador de voces. Dos años después, en 1929, pisó por primera vez un escenario. Lo hizo en San Sebastián, anunciado como una gran promesa, con la zarzuela del maestro Serrano LOS DE ARAGÓN, obra que había constituido un señalado triunfo para su creador, Delfín Pulido. Arregui la cantó con mucho gusto y ese éxito inicial, que fue comentadísimo, hizo que su nombre comenzara a sonar en el mundillo lírico, entonces bastante numeroso. El joven tenor figuró enseguida en algunas compañías sumando éxitos y ganando prestigio con un amplio repertorio, que iba de la zarzuela grande al género chico.


El maestro Moreno Torroba se fijó en él y le contrató para el Teatro Calderón de Madrid, del cual era empresario. En él realizó los estrenos madrileños de varias y notables zarzuelas, entre ellas EL CANTAR DEL ARRIERO (1930), de Díaz Giles, y LA FAMA DEL TARTANERO (1931), de Guerrero, ambas con Selica Pérez Carpio y José Luis Lloret. Pero el triunfo total, merecido y resonante, que habría de colocarle entre los grandes de la zarzuela, lo obtuvo con el estreno de LUISA FERNANDA (1932), del maestro Moreno Torroba. El resto del reparto fue: Selica Pérez Carpio, Laura Nieto y Emilio Sagi-Barba, que por aquellos días rondaba ya la sesentena. Esta obra se mantuvo en el escenario del Calderón durante 158 representaciones consecutivas, con enorme éxito. Durante ellas, Arregui contrajo matrimonio con la soprano Estrella Rivera.

Parecía que ya nada más podía acrecentar su fama cuando en 1934 llegó el estreno madrileño, en el Teatro de La Zarzuela, de la ópera de Penella DON GIL DE ALCALÁ. El éxito que alcanzó, junto a María Espinalt y Pablo Gorgé, constituyó uno de los más grandes de su, hasta entonces, corta carrera de cantante. Faltaba todavía otra admirable zarzuela que sirviera para la culminación de su arte y ésta fue, en vísperas de la Guerra Civil, LA TABERNERA DEL PUERTO (1936), una de las mejores partituras de Sorozábal, y cuyo estreno se efectuó en el Teatro Tívoli de Barcelona. Con Arregui compartieron el triunfo Conchita Panadés, Marcos Redondo y Aníbal Vela. Ese mismo año tuvo un gran éxito cantando, junto a Felisa Herrero, la opereta de Lehár JUDIT.

Poco después se alejó del teatro y de la guerra que ensangrentaba España y se marchó a la Argentina. Durante diez años recorrió ésta y otras repúblicas sin dejar de cantar. Al regresar a la patria siguió actuando. Su fama había empalidecido tras la prolongada ausencia. Sus facultades tampoco eran las mismas. Hasta que un día muy señalado, el de la Nochebuena de 1964, falleció en su San Sebastián natal.

Grabaciones completas: Azabache, La fama del tartanero, Luisa Fernanda, Ed.: Columbia-Regal (1932-1933).

Fragmentos y selecciones: Los de Aragón, María la Tempranica, Xuanón. Ed.: Columbia-Regal (1931-1933).  El dúo de La Africana, La del manojo de rosas, La moza vieja. Ed.: Columbia-Notas Mágicas (1934-1942).

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 recopilación de José María Ruiz Fuentes

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El Arte de Vivir el Flamenco © 2003
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