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EMILIA BENITO -CANCIÓN ESPAÑOLA |
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EMILIA BENITO
EMILIA BENITO RODRÍGUEZ, fue una artista del cuplé, la canción regional y el flamenco de talla internacional como Raquel Meller o La Fornarina. Conocida mundialmente con su propio nombre artístico de EMILIA BENITO, nació en La Unión (Murcia) en el año de 1890, y murió en México en 1960, fue hija de Joaquín Benito Rodríguez, “El Satisfecho”, un practicante y barbero del que le viene el apodo familiar, y de Josefa Rodríguez Canovas. A Emilia Benito también se le apodaba La Sastifecha.
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Sabemos
por sus propias declaraciones al periodista Morsamor , quien la retrata
íntimamente en un libreto editado en Madrid en 1915 , que la familia la componen
cuatro mujeres, Araceli, Elvira, Asunción y Emilia, y dos varones, Arturo y
Manuel, y que sus padres siguen viviendo en La Unión en esa fecha. Intuimos que
en esa entrevista nuestra artista rondaría los 25 años, por tanto debió nacer
sobre 1890-1891. Emilia destacó a muy temprana edad por su potente y melodiosa
voz. Este don le llevó a cantar en alguna ocasión en el coro de niños de la
Catedral de Murcia. Comenzó artísticamente en la compañía de Paco Alarcón
interpretando zarzuela.
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En
Almería abandonó la compañía para ser la cantante de varietés del Café España;
es aquí donde interpretó con asiduidad el flamenco. Marcha a Barcelona de la
mano de Pura Oliver y debuta en La Buena Sombra. Tras una temporada allí, marcha
a Palma de Mallorca y Málaga, hasta establecerse en Madrid, debutando en el
Teatro Romea en 1911. Firma en la capital un contrato en el célebre local del
Trianón, pero lo abandona al poco tiempo para abrir horizontes creativos. Su
creciente éxito la embarca en una gira por toda la geografía española, teniendo
especial relevancia las actuaciones en los teatros andaluces, asturianos,
gallegos y aragoneses, lugares donde aprende los cantos folclóricos de la
tierra. Se convierte en una de las cupletistas más importantes de España, género
que alterna con otros estilos musicales.
Su arte es recogido en la prensa local de todo el país. En 1912 se convierte en la primera cantaora unionense que graba una obra musical, Mi tartanero, del compositor Luis Barta, aunque ya había cosechado su primer éxito ese mismo año estrenando en los Jardines del Retiro la canción El Campanero, obra del compositor Manuel Mañas. Entre los numerosos cuplés y canciones folclóricas registrados, nuestra artista graba dos importantes cantes en 1916, pero no son unos cantes flamencos cualesquiera. Emilia sentía desde su interior el flamenco que desde pequeña había escuchado a los mineros, que había aprendido por las calles, el que se cantaba en las tabernas de La Unión. Aportó una elegancia inédita a los Cantes de las Minas por su peculiar estilo, llegándolos a grabar con orquesta y revolucionando, de este modo, el legado de su tierra. El primero de esos cantes se titula malagueña levantina y tiene un claro antecedente en una cartagenera muy antigua, vinculada con total seguridad a la comarca de Cartagena y La Unión que data de 1907, cuando Antonio Grau Dauset la graba con el título de “Cuando a ti nadie te quiera”, y cuya línea melódica recuerda al canto folclórico de la malagueña, aunque contiene otros matices sonoros nuevos cercanos a la taranta.
Más claramente se ven estos detalles cuando la graba Emilia Benito en 1916 con la copla “Di a la guitarra que suene”. La cantaora unionense conoció tanto al Rojo el Alpargatero como a su hijo, Antonio Grau, por lo que bebió de la fuente original. Ella lo tituló “malagueña levantina” aunque en el catálogo editado por Luis Soler se afirma que se trataría de una “minera del Rojo”. José Gelardo nos aporta nuevos datos sobre este cante de la Benito: La cantaora unionense Emilia Benito graba en 1916 una malagueña levantina. Lo de malagueña viene del toque por malagueñas y algo abandolao; por lo que se refiere a levantina, puede tratarse efectivamente de una Minera del Rojo como señala el catálogo: sin embargo, resulta curioso que este nombre se parezca tanto al del cante actual levantica que grabara en 1921 el Cojo de Málaga y, además, con el nombre de Taranta –: y sigue la confusión. Pero además, ese cante de Emilia Benito, que no es una levantica actual, sí tiene algunas tonalidades y tirones hacia arriba muy parecidos a la actual levantica, la que hemos heredado del Cojo de Málaga. En su desarrollo vocal encontramos giros musicales que nos recuerdan a otros cantes mineros como mineras, tarantas y cartageneras, lo que unido a su estado poco evolucionado desde el fandango, nos hace pensar que es un cante clave para desentrañar la madeja; más aún cuando sabemos que es el mismo cante que grabara Antonio Grau para la casa francesa Pathé. Este cante no coincide con la denominación actual de cartagenera pero hay que respetar el criterio del hijo del Rojo. Incluso en el propio 1916, ese mismo cante, con idéntica copla y con el título de “cartagenera”, es grabado por la cantaora de Caravaca de la Cruz “La Salerito”. El segundo de esos cantes es la ya por entonces famosa taranta de La Gabriela.
En 1908 Manuel Escacena ya la había registrado y en 1910 la popularizó la Niña de los Peines. Sin restar valor a la interpretación que de este cante hacen ambos artistas sevillanos, la versión grabada por Emilia Benito es absolutamente desgarradora, con unos altibajos melódicos difíciles de superar. Emilia Benito fue cupletista y cantaora, además de una gran intérprete de canciones regionales españolas. La prensa destaca su dominio del folclore musical español, desde las jotas aragonesas o valencianas hasta los cantos andaluces, pasando por los del norte de España . Su espectáculo de 1920 se llamaba precisamente “Cantos regionales”. De hecho fue una de las primeras intérpretes de la modalidad conocida como cuplé folclórico . Pero el duende fluía por sus venas, por eso grabó en discos cantes flamencos, entre ellos guajiras, fandangos de Huelva, soleares, saetas, caleseras y la taranta de La Gabriela. Incluso se atrevió a crear un derivado de la malagueña al que bautizó como “Emilianas”. Sus extraordinarias facultades para el cante quedan demostradas al escuchar las antiguas placas: su voz es un torrente de energía y sensibilidad que se superpone al ruido de fondo. Asensio Sáez afirmó que la Benito “otorgó a la canción un sentido bravo y un tanto desgarrado” Emilia Benito tuvo conciencia de clase y siempre estuvo con los suyos: fue solidaria con la miseria y el hambre de La Unión y redentora de lacras familiares (su hermana fue acusada de prostitución).
Por eso organiza junto con otros músicos vinculados a La Unión, como José Grau (guitarrista hijo del Rojo El Alpargatero), una gala benéfica para la Cruz Roja de La Unión en julio de 1912, como nos la presenta La Lucha. Para ayudar a los desgraciados, enfermos y tullidos del Hospital de la Caridad, actuó Emilia en el Salón Condal con su aforo a rebosar Emilia alterna sus actuaciones en Madrid con giras por la Región de Murcia. El 3 de junio de 1914 triunfa en el Salón Ideal de Águilas. La prensa elogia sus cantos regionales y dice así sobre sus cualidades: “Voz potente y flexible es la suya que alcanza todas las notas con gran facilidad”. También, el 9 de marzo de 1916 se anunciaba su actuación en el Teatro Circo de Murcia, pero como se le había prolongado su contrato en Madrid visto su gran éxito, se pospone su debut en la capital murciana para el día 23. En 1917 estuvo actuando en Buenos Aires, tal fue su fama, y fue reconocida como una genial intérprete de jotas . En 1919 protagoniza en exclusiva la portada de la célebre revista Alrededor del mundo con una fotografía del maestro Walken pintada a mano. En 1924 estuvo cantando aires regionales en Ceuta . Reproducimos una actuación en Cádiz : “Verdadera creadora, dentro del género de varietés, de esos números atrayentes en los que la canción popular española luce todos los encantos de su hondo espíritu y de su profunda filosofía, traducidos en notas hermosas y originales, que en muchas ocasiones son fuente de inspiración para el artista.
Emilia se asomó a la vida del arte en aquellos días de decandencia y de degeneración del gusto. Reinaba por doquiera el cuplé pornográfico, impregnado de aroma francés, y los garrotines y las farrucas. Emilia reaccionó contra tan ambiente. En su corazón bulle un poderoso germen de gracia, de gentileza y de donaire. Su alma vibra de emoción al evocar los cantos de España, porque todas las modulaciones y candencias, interpretando sus sentires, e identificándose con esta modalidad espiritual va llenando el mundo de gorjeos y de coplas divinas. Pero Emilia no es solo una artista regional. Su talento traspasa las pequeñas fronteras de la hermosa Andalucía, y se posa en todas las demás provincias, para beber nuevas gracias. Emilia Benito es la reformadora, la ennoblecedora, la purificadora del arte que cultiva. Su dominio y abarcamiento de esta materia es tan perfecto, que la han denominado "la maga de los cantos populares españoles" De sus actuaciones en Cádiz también se hizo eco la revista ilustrada Diana, alabando su arte, de la misma forma y en el mismo local, El Cinematógrafo Escudero, donde también triunfó La Salerito ese mismo año. Era conocida por la “reina de los mantones” por su gusto para lucir en sus actuaciones esta preciada prenda tan de moda a comienzos del siglo XX. Encontramos en la prensa y en los libros crónicas, entrevistas y poemas dedicados a su figura, menos reconocida en la actualidad de lo que su fama dio de sí. Es fácil encontrar en las tiendas de coleccionismo y en las librerías de viejo partituras de composiciones cantadas por Emilia Benito. En algunas figuran fotografías de la unionense y en otras ilustraciones generales. De ellas, destacamos El Campanero, antes mencionado, y Alma Murciana, del compositor musical Enrique René y del letrista Eduardo Montesinos, compuesta en 1922.
El intelectual y poeta unionense Pedro García Valdés, nacido en 1895 y quien muy probablemente llegara a conocerla, hace una bonita semblanza sobre la gran artista en su libro Melodía Murciana : Al Pico marro que suene dale sin pausa sin tregua que te lo pide cantando Emilia “La Satisfecha”. ¡Qué voz, qué garbo, qué brío, qué fuerza por esas venas! ¡Los mantones de Manila ciñen su cuerpo de hembra! ¡Qué pañolillos bordados con gracia sal y pimienta! ¡Y qué faldas con volantes de espuma la piropean! ¡Ay, quién te iba a decir Emilia, tu suerte negra! ¡Quién lo podía pensar ante tamaña riqueza: tus zarcillos, tus sortijas tus collares, tus pulseras! ¡Lo mejor de lo mejor oro de ley, finas piedras! ¡Y el tesoro de tu cante, derrochado a manos llenas! Pródigas como las minas De tu sierra, de mi tierra. Así te fue, así te ha ido; Pero niña, no lo sientas Que todo pasa en la vida. Sería tu sino, tu estrella. ¡Y que le vamos hacer! Tu fama siempre nos queda. Marchó de larga gira por Sudamérica en 1928 para ampliar horizontes artísticos, obteniendo un éxito de enormes dimensiones, más del que la España del momento le podía proporcionar.
Tras triunfar en Cuba y Argentina, estableció su residencia fija en Méjico, donde seguiría cosechando grandes éxitos como cupletista. La prensa de la Región de Murcia sabe de sus triunfos gracias al eco que de ellos se hace la prensa madrileña . A comienzos de los años 30 formó una compañía de variedades donde llegó a trabajar temporalmente el famoso cómico mejicano Cantinflas . Estos hechos justificarían la ausencia de noticias sobre ella en España durante esa década. La encontramos el 15 de septiembre de 1936 representando la revista Bajo el cielo de México en el Teatro Máximo de Ciudad de México. En diciembre de ese mismo año actúa en una corrida de toros con espectáculo flamenco con el fin de recaudar fondos para el malogrado torero mejicano Alfredo Freg; la acompañaban la cantaora Maruja Gómez y los bailaores Carmen Delgado y Rafael Díaz . Comprobamos cómo su generosidad también se expresaba en el país azteca, aunque ella ya no tuviera una situación económica boyante A comienzos de los años cuarenta tiene un enorme éxito en la radio debido a su participación en el programa musical El buen tono. Sigue actuando en los escenarios en obras de revista y varietés hasta finales de los años cuarenta con artistas como Encarnación López. También trabajó en el cine, pues participó, al menos, en la película Pepita Jiménez junto a otro murciano ilustre: El Niño de Caravaca.
Con los años, las vicisitudes de la vida acabarían por dar con Emilia Benito vendiendo tabaco y lotería, casi anciana, por los bares de aquel país. Llegó a regentar un puesto de refrescos en la emisora XEW y vendía tabaco con frecuencia en el Café Tupinamba.Numerosas son las crónicas de los periodistas mejicanos y corresponsales españoles sobre las andanzas de la antigua artista Emilia Benito vendiendo lotería. Dos de las más tristes nos la relatan Francisco Ayala y Manuel García Santos. Desde La Unión quisieron dedicarle un merecido homenaje y supieron de su paradero, pero no llegaron a tiempo. Moriría en el más absoluto olvido artístico, solamente acompañada de su esposo Ismael Ordoñez, el 14 de enero de 1960. Reproducimos la carta enviada desde Méjico extraída del libro La copla enterrada de Asensio Sáez: Asociación Mexicana de la Cruz Roja México 7, D, F SR DON ASENSIO SAEZ Secretario de la Asamblea Local de la Cruz Roja Domicilio conocido La Unión (Murcia) España
Estimado señor secretario: Contesto la grata comunicación de usted fechada 4 de los corrientes en la que nos solicita informes sobre la famosa y tan querida artista señora Emilia Benito Rodríguez “La Españolita” a nombre de sus familiares. Tengo la profunda pena de informar a usted para que lo haga, a su vez del conocimiento de dichos familiares, que la señora Emilia Benito Rodríguez pasó a mejor vida el día 14 de Enero pasado y fue inhumada en el Panteón Español el día 15. Desde hacía aproximadamente tres años estaba internada en el Sanatorio Español y su esposo, el señor Ismael Ordoñez estuvo a su lado constantemente, los periódicos publicaron sendas crónicas al respecto. Esperando haberle proporcionado los mayores detalles y poniéndome a sus órdenes si en algo más puedo servirle, aprovecho la oportunidad, señor secretario y amigo estimado, para patentizarle las seguridades de mi consideración más distinguida. “Caridad y patriotismo” Asociación Mexicana de la Cruz Roja México, D, F, 3 de Febrero de 1960 Genaro Aristi Madrid. Secretario.
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Homenaje a
Emilia Benito La maja de Plata año 1914 |
Enlaces http://murciajondaflamenco.blogspot.com/2011/03/emilia-benito.html + http://murciajondaflamenco.blogspot.com/2011/03/emilia-benito.html + recopilación de José María Ruiz Fuentes |
El Arte de Vivir el Flamenco © 2003 |