ELISA SUÁREZ

ELISA SUÁREZ, bailarina, más conocida en el mundo de la historia del arte de la danza española con su propio nombre artístico de ELISA SUÁREZ, nació en Madrid, en el año de 1992, No existían antecedentes artísticos en su familia, pero ella sintió el arte desde los cinco años y tiró por la danza española. Y el esfuerzo mereció la pena. Pronto descubrieron su talento en el colegio, donde se realizaban audiciones para el Conservatorio, y de esta forma comenzó los estudios oficiales de danza con tan solo ocho años.

“En el Conservatorio de la calle Soria estudié sobre todo a Mariemma: ella era el eje principal y admiro su legado como docente por los tratados que dejó sobre danza. Pero fue necesario avanzar y pasar al Ciclo Superior para ver que había vida más allá de Mariemma. Me interesan sobre todo las innovaciones de Antonio el Bailarín o el maestro José Granero, por su forma de trabajar. Y, sin duda, Antonio Gades”.

En el Conservatorio conoció precisamente al coreógrafo emergente Cristian Pérez, autor de la coreografía con la que ha ganado este Bailarín Sobresaliente. “Cristian iba conmigo a clase, pero le adelantaron de curso por el gran talento que atesora. Siempre hemos tenido mucha confianza y he podido aprender de él cosas nuevas que voy incorporando a mi propio estilo. No es como bailar para un jefe; siempre nos hemos llevado bien y tenemos esa complicidad en el trabajo. De todos los bailarines y coreógrafos con los que he tenido la suerte de colaborar intento aprender el máximo de su experiencia”.

Entre sus maestros del día a día se encuentran grandes referentes como Daniel Doña (Premio Max de las Artes Escénicas como coreógrafo y Premio Bailarín Sobresaliente) y el veterano Antonio Márquez, en cuya compañía trabajó durante un año gracias a la beca que concede el Concurso de Danza Ciudad de Castellón. En la Bienal de Flamenco de Sevilla 2012 tuvo ocasión de salir a bailar la coreografía REW, perteneciente al llamado Proyecto GR de los bailarines Daniel Doña y Manuel Liñán. “Había acudido a todos los ensayos como oyente y a última hora hubo un cambio y me permitieron salir a bailar. Fue un momento único: me hacía mucha ilusión bailar esa coreografía, que describe la historia de la danza desde el siglo XVIII”, explica la bailarina.

A pesar de los éxitos que ha cosechado presentándose a concursos, no es un mundo que le atraiga. “Está bien ir a un concurso o dos, pero los nervios me deshacen el cuerpo: dispones de 10 minutos para defender tu trabajo y una coreografía, te lo juegas a todo o nada. De momento me lo voy a tomar con calma y no creo que me presente este año a más certámenes”.

Sus proyectos pasan por adentrarse en el mundo flamenco, que todavía no conoce en profundidad, y continuar recibiendo clases de ballet. Seguirá siendo profesora de baile a tiempo parcial en una academia y un colegio. Y algún día, si todo va bien, querría formar parte constante de alguna compañía. “Y si no se puede,seguiré estudiando algo diferente porque sé que el mundo de la danza es difícil. Me interesan la Nutrición o Fisioterapia, los trabajos que tienen que ver con lo físico. Y la enseñanza también me atrae: creo que es interesante transmitir la danza española a los más pequeños para que no se pierda nunca”.