PILAR PATRICIO “LA FORITA”

 PILAR PATRICIO BOZA, bailaora, profesora de baile flamenco en peña flamenca la orden Andalucía, España, nació en Huelva, comencé mi formación a los 4 años en varias academias de la provincia, y más tarde comencé a compaginar las clases en Huelva y Sevilla, con bailaores y bailaoras como, Gonzalo Castellanos, la Lupi, José Galván, Pastora Galván, David Pérez, Manuel Betanzos, Antonio Canales, Olga Pericet, Eva la Yerbabuena y otros muchos mas.

Comencé como solista a los 14 años sin haber parado hasta día de hoy, Además imparto clases en la peña flamenca de La Orde Bailaora de Huelva. Comencé estudiando el baile flamenco a los 4 años estando en diversas academias, escuelas, y con artistas como Choro Molina, Quiteria Robles, Gonzalo Castellanos, Maria Jose Jerónimo, Eva La Yerbabuena, Manuel Betanzos, David Perez, Rafael Estevez, Valeriano Paños, Juan Polvillo, Pastora Galvan, Jose Galvan, Olga Pericet entre otros muchos bailaores. He bailado como solista en muchisimas peñas de la provincia de Huelva y Sevilla, Hoteles, teatros y fiestas patronales.

Dicen de ella que solo verla salir al escenario es ya un espectáculo. Sus movimientos, su forma de transmitir las emociones embruja hasta a los más exigentes. Y si hay un rasgo que la defina, ese sería la independencia al considerarse autodidacta, aunque no es menos cierto que ha aprendido de muy buenos y variados profesores. En la actualidad e independiente a diversas actuaciones por diferentes escenarios, imparte clases en su Peña Flamenca de la Orden, en el Colegio de las Teresianas, en el Centro de Participación Activa Juan Ramón Jimenez y en la Casa Hermandad del Rocío de Emigrantes.

Entonces como siempre me ha gustado tanto el baile flamenco y ya estaba haciendo mis primeros pinitos en solitario dije que quería ser bailaora porque no solo me gustaba el baile flamenco, si no que al bailar sentía yo libertad y mostraba mis sentimientos sin ningún miedo, pero como la vida estaba tan mal había que tener un as bajo la manga y compaginaba mi formación como bailaora con un ciclo formativo de comercio, pero entre las horas de clases, de estudios, de ensayos, deberes, etc., y la falta de descanso me llevó a escoger entre una cosa u otra.

La madre del flamenco es la soleá, ese palo que te hace sentir lo oscuro, lo malo, la rabia, el odio, expresar cosas tan profundas que con palabras es difícil expresar, pero si la escuchas o la ves bailar, ves y escuchas el dolor de esas personas. También es un palo que a pesar del dolor deja una luz al final de paz y calma al terminar, pues has soltado todo eso que hablando no se puede.