LA TORTAJADA

CONSUELO TAMAYO HERNÁNDEZ, bailarina y cantante española de la revista teatral de la Belle Époque más conocida en el mundo de la historia del arte de las buenas actrices con el nombre artístico de  LA TORTAJADA, nació en Santa Fe, (Granada) el día 6 de mayo del año de 1867, y murió en Santa Fe el día 7 de febrero de 1957,  Nacida en un pueblo de la provincia de Granada, Consuelo se educó sin embargo en un colegio de monjas de Barcelona con cuyo director del coro,​ Ramón Tortajada, se casaría, aun adolescente;

Con él como agente teatral,​ se presentó como actriz de variedades en Madrid y Barcelona y con quince años debutó en el Empire de París.Codeándose con “La Bella Otero”,​ y aunque actuó poco en España, ​ tuvo sonados éxitos en la capital francesa, así como en Londres y otros escenarios de Europa, Norteamérica, e incluso en el Transvaal sudafricano. Fue condecorada por el káiser alemán Guillermo II y por el zar ruso Nicolás II, y recibida en audiencia privada por el papa Pío X.​

En 1911 regresó a Santa Fe, avisada del mal estado de su madre, que «en el lecho de muerte le pide que se baje de las tablas».​ Consuelo dejó la escena hacia 1913,​ y el matrimonio se instaló en un palacete de estilo árabe en la plaza Mariana Pineda de la capital granadina. Su marido se prestó a dirigir la Escuela Municipal de Música y participaba en la tertulia del Rinconcillo. También puso en marcha un servicio de líneas de autobuses de Granada a Motril, que resultó un fracaso. Como colofón dramático, Ramón Tortajada se fugó con la cocinera y los ahorros.​

Arruinada y cargada de baúles con recuerdos, Consuelo Tamayo La Tortajada regresó a Santa Fe, su pueblo natal, donde falleció a los noventa años de edad, y donde tiene dedicada una calle.​ Ramón Tortajada había muerto en 1928. En julio de 2018 la Asociación “Herstóricas. Historia, Mujeres y Género” y el Colectivo “Autoras de Cómic” creó un proyecto de carácter cultural y educativo para visibilizar la aportación histórica de las mujeres en la sociedad y reflexionar sobre su ausencia consistente en un juego de cartas. Una de estas cartas está dedicada a Tamayo.