CELIA OLALLA

CELIA OLALLA VILCHES, bailaora, bailarina de flamenco y danza, más conocida en la historia del arte del baile flamenco y la danza con su propio nombre artístico de CELIA OLALLA, nació en Madrid en el año de 1995. Es titulada en la Carrera Superior de Danza Española por el Instituto Universitario Alicia Alonso (Universidad Rey Juan Carlos) y Especialista en Diseño de Producción de Espectáculos (ESODE Business School), y ha completado su formación con más de 50 maestros del flamenco y la Danza Española. En este momento trabaja como docente de danza en Madrid e Italia. Además de bailar en diversos tablaos, ha formado parte del Ballet de Cámara de Madrid, la Compañía de Rafael Amargo, la Compañía Empire y actualmente es bailarina y repetidora de la compañía Curro de Candela.

Celia Olalla es una alumna ejemplar, su relato en el Instituto Universitario de Danza Alicia Alonso(URJC) se basa en un trabajo diario y en su capacidad para descubrir las creaciones sinceras. Celia es exigente y responsable en cada parcela de sus creaciones, admira el talento de sus compañeros, les observa y escucha con detenimiento, mientras, ella intensifica su capacidad investigadora que, por fortuna, ha descubierto desde una visión poliédrica.

Celia Olalla, insertada en las danzas de Carlos Saura, se ha convertido en motor de los paisajes transversales y, desde el concepto de obra de arte total de Buontalentti-Wagner-Saura, nos introduce en la Danza-Documental, un registro insondable para glorificar la Danza Española y el Flamenco, una meta esencial en los parajes de Celia.

Mi primer contacto con la danza fue a los 4 años, ya entonces lo que más me llamaba la atención era el flamenco. Aunque soy madrileña, tengo sangre cordobesa, supongo que esto habrá tenido algo que ver. Más adelante, a medida que iba aprendido, lo que era una afición se convirtió en mi manera de pensar, de vivir, de sentir y, hacia los 15 años, es cuando tuve claro que mi vida la quería dedicar, de algún modo, a la danza, en especial a la danza española.

Esta decisión tan joven y en mi entorno donde nadie se dedicaba a este mundo fue complicada de aceptar. Aunque hubo gente que no entendió que no hiciera una carrera más convencional, tuve la suerte de que parte de mi familia me apoyara incondicionalmente. En un momento se cruzó en mi camino una grandísima maestra, Carola Rodríguez, que me preparó para hacer la prueba de acceso a la Carrera Superior de Danza y a la que estoy tremendamente agradecida porque no solo me preparó técnicamente, me hizo confiar en mí y creer que podía conseguirlo, así que después de mucho trabajo y su apoyo, a los 17 años superé la prueba de acceso y entré en el Instituto Universitario Alicia Alonso.