LOLA FLORES
 

LOLA FLORES, VUELVE LA ARTISTA IRREPETIBLE


Sin duda, Lola Flores será recordada en nuestro país como una de las artistas con más fuerza y temperamento del siglo XX. «La Faraona» supo hacer suyos los escenarios y conquistar al público con sus bailes y su voz cargados de entusiasmo y vitalidad.

 

En la memoria de su familia y de todos los que la quieren quedará la figura de una gran mujer, que llegó a ser una gran artista. Su vida y su carrera artística han sido reflejadas en una biografía escrita por el periodista y escritor Juan Ignacio García Garzón.
María de los Dolores Flores Ruiz, conocida artísticamente como Lola Flores, nació en Jerez de la Frontera (Cádiz) el 21 de enero de 1923, en el seno de una familia modesta, Era la segunda de tres hermanos; el primogénito, Manolo, murió prematuramente y la menor, Carmen, también se dedica al mundo de la canción.
Con apenas diez años, la joven ya cantaba por los bares de Jerez y con tan sólo quince años, actuaba por un gran número de pueblos de la región andaluza. Por esta época entró en la compañía de variedades de «Mary Paz» y con ella recorrió la provincia gaditana. Pero Lola Flores quería conocer mundo y dar a conocer su arte por toda España. Así que, en 1940 convenció a su padre para que vendiera el bar y se trasladara con su familia a Madrid.

Su arte llega a Madrid

En la capital la contrataron para cantar una copla en la que sería su primera película, «Martingala», de Fernando Mignoni. Lola ya estaba metida de lleno en el mundo artístico. Del maestro Quiroga aprendió a desenvolverse en los escenarios, a cantar, bailar y moverse. Gracias a él consiguió que el empresario Juan Carcellé le firmara un contrato en los cafés del norte de España.
Sin embargo, las cosas no salieron como se esperaban y la gira norteña fue un fracaso económico para el empresario. A pesar de todo, Carcellé le proporcionó otra oportunidad, consiguiendo que Lola fuese telonera en el teatro de La Zarzuela. Después se fue a Barcelona, al Paralelo, donde salía cantando éxitos de Estrellita Castro. Su esporádico guitarrista en el espectáculo fue un artista apodado "El Pescaílla", que no era otro que el padre del que luego sería su marido.
La Faraona» volvería a la gran pantalla de manos del director cine Julián Torremocha que la contrató para un papel en la película «Un alto en el camino», un drama de ambiente rural. En 1942 se estrenó en el teatro «Fontalba» de Madrid un espectáculo titulado «Cabalgata», en el que Lola cantó «Lerele», una canción que le reportaría fama y la grabación de un disco.
Dolores Ruiz seguiría interpretando un gran número de papeles para el mundo del cine, tales como «Un caballero famoso», de José Buchs, «Misterio con la marisma» (1943) o «Una herencia en París» (1944).
Ese mismo año, presentó junto con Manolo Caracol, a quien conocía desde años antes, la obra musical «Zambra», con la que recorrería los pueblos de España. La relación profesional de ambos artistas se extendió también al campo sentimental.Manolo Caracol fue, sin duda, un personaje de gran importancia en la carrera de Lola Flores. El cantante modeló a la artista y supo sacar de ella muchas de sus posibilidades artísticas. Sin embargo, su temperamento fue también el motivo de la ruptura de la pareja. Otra de las personas claves en la vida de Lola Flores fue el productor de cine Cesáreo González, que la contrató por seis millones de pesetas, una cifra astronómica para aquellos tiempos, para rodar seis películas en un par de años y llevarla de gira por América. Con González rodaría un gran número de películas de gran éxito
A raíz de estrenarse la película «La Faraona», Lola Flores empezó a ser llamada por ese apelativo que, por otra parte, no sería el único, puesto que luego también se la calificaría de «Lola de España» o «La irrepetible Lola».

 

 


Problemas con Hacienda

En la década de los setenta, su actividad artística disminuyó. No obstante, realizó trabajos destacables como «Ella, la de ayer, la de hoy, la de siempre» (1974), que presentó en el teatro Monumental de Madrid y «Candelas» (1977).
En 1987, su carrera artística sufría un bajón y comenzaron sus problemas con Hacienda. En marzo, la fiscalía de Madrid presentó una querella contra la cantante y su marido por no declarar sus rentas desde 1982 a 1985. Procesada en octubre de ese año bajo la acusación de delito fiscal, se le exigió una fianza de 145 millones de pesetas y Lola Flores tuvo que vender su piso de María de Molina, en Madrid, y designar otros dos para su eventual embargo, porque no podía depositar la fianza.
Finalmente, Lola Flores fue condenada a 16 meses de prisión, aunque no llegó a cumplirlos, al salir en libertad condicional y pagar una multa de 28 millones de pesetas como autora de cuatro delitos fiscales, al no haber efectuado la declaración de la renta entre 1982 y 1985.
El año 1989 fue maldito para «La faraona». Junto a los ya mencionados problemas con Hacienda, el 21 de enero falleció su madre, Rosario, y ese mismo mes sufrió una intervención quirúrgica de vesícula. Aún así, Lola Flores prosiguió con su carrera artística ofreciendo recitales por toda España y parte de América.Manolo Caracol fue, sin duda, un personaje de gran importancia en la carrera de Lola Flores. El cantante modeló a la artista y supo sacar de ella muchas de sus posibilidades artísticas. Sin embargo, su temperamento fue también el motivo de la ruptura de la pareja. Otra de las personas claves en la vida de Lola Flores fue el productor de cine Cesáreo González, que la contrató por seis millones de pesetas, una cifra astronómica para aquellos tiempos, para rodar seis películas en un par de años y llevarla de gira por América. Con González rodaría un gran número de películas de gran éxito A raíz de estrenarse la película «La Faraona», Lola Flores empezó a ser llamada por ese apelativo que, por otra parte, no sería el único, puesto que luego también se la calificaría de «Lola de España» o «La irrepetible Lola».

 Su presencia en la televisión

Además de participar en algunos homenajes a otros artistas de peso, Lola Flores trabajó para la el medio televisivo. En Antena 3 TV presentó junto a su hija Lolita el espacio de variedades «Sabor a Lolas», en Tele 5, «El tablao de Lola» y en TVE, «Ay Lola, Lolita, Lola», cuyos últimos programas terminó de realizar poco antes de fallecer en 1995.

Tiempos difíciles

En diciembre de 1990, a través de una entrevista que concedió a la revista «Semana», comunicó que padecía cáncer desde hace 25 años y que, como consecuencia de esta enfermedad, le habían extirpado numerosos ganglios y quistes cancerígenos. Producto de esta enfermedad, Lola había estado hospitalizada en varias ocasiones en la década de los noventa.
El 16 de mayo de 1995 falleció en su casa de Madrid a consecuencia de una neumonía sobrevenida por el cáncer que padecía. Su salud había empeorado en los últimos años. Sometida a una fuerte medicación para calmarle los dolores, fue consciente de su estado hasta el último momento.
Su capilla ardiente, instalada en el Centro Cultural de la Villa de Madrid durante un día entero fue visitada por miles de personas que se acercaron para rendirle un último tributo.
Su arte era intuitivo y en él volcaba todo su temperamento, personalidad y facultades. Con su peculiar estilo y fuerza, ha sido una de las figuras más importantes que el arte flamenco gitano ha dado a la canción española.
Ahora, la vida de la inolvidable artista, Lola Flores, está, ahora, al alcance de la mano de cualquiera de sus más fieles admiradores. El periodista y escritor Juan Ignacio García Garzón ha escrito su biografía bajo el título «El volcán y la brisa». Título escogido de una manera muy consciente por el autor de la biografía; temperamento y sensibilidad, dos palabras que definen con precisión la personalidad de una mujer y una artista irrepetible, Lola Flores «La Faraona», uno de los mitos más populares de la España del siglo XX.

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Fotos y datos pertenecientes a Fuente: EFE

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El Arte de Vivir el Flamenco © 2003
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