NIÑO JOSELE

 

ENTREVISTA A NIÑO JOSELE

 

 

"Soy flamenco, pero con el tiempo te das cuenta de que lo que importa es la música"

El guitarrista presenta su último disco 'Paz' esta noche en el Festival de Jazz de Terrassa
 

Él es flamenco. Lo dice una y otra vez, aunque su último disco, Paz (Casa Limón, 2006), revise la música del pianista de jazz norteamericano Bill Evans, sin olvidar, eso sí, la raíz. El guitarrista Niño Josele (Almería, 1974), descendiente de una saga de grandes tocaores, no ha tenido reparos en adentrarse en el mundo del jazz y darle su toque especial a la música de Evans, dando un nuevo paso en el camino de la fusión entre ambos géneros. Tras presentar su trabajo en el célebre Village Vanguard de Nueva York, el mayo del año pasado, Josele reemprende este mes la gira del disco y hoy se para en el Festival de Jazz de Terrassa para ofrecer su visión abierta de la música en la Nova Jazz Cava (22.00 h). Estará acompañado de la contrabajista Esperanza Spalding, el baterista Horacio "El Negro" Hernández y el percusionista Piraña.

¿Tras casi dos años desde que apareció el disco, que ha supuesto para ti Paz?
Ha sido un gran aprendizaje, una nueva forma de ver la música y una oportunidad de abrirme a nuevos campos. Gracias al disco, he entrado desde el flamenco en un nuevo lenguaje, el lenguaje del jazz, unas estructuras que no conocía y que me han aportado mucho a mi visión del mundo de la música.Con este disco, una revisión de canciones del pianista Bill Evans, pasaste del mundo del flamenco al jazz y hasta lo presentaste en el mismo Village Vanguard de Nueva York.
¿Cómo recuerdas ese concierto?
Si te digo la verdad, le tuve un gran respeto. Imagínate, eso es la catedral del jazz en Nueva York. Pensaba que tenía que dejar bien alto el pabellón de la música española, el flamenco, y fue una experiencia muy bonita al ver toda esa gente, la mayoría músicos aplaudían al oír los primeros acordes, que reconocían esa música. Había una energía... ¡Fue tremendo!
¿Cambió algo entonces?
En el concierto de Nueva York, me di cuenta de que lo mío es el flamenco, porque la gente me lo pedía más… A partir de allí, empecé a trabajar en un nuevo directo con más ingredientes de flamenco, con más energía, ofreciendo algo que guste a la gente, que le dé la oportunidad de levantarse un poco y moverse. Es lo que voy a tocar a partir de ahora en la gira, también en Terrassa.
¿Vas a cambiar la calma y tranquilidad que se respira al escuchar el disco por algo más enérgico quizás?
Sí. Yo entiendo estos directos de la gira a partir de ahora como otro proyecto nuevo. Aunque la mayoría de temas serán de Paz, en vivo tendrán más fuerza.
¿Cómo se te ocurrió profundizar en la figura de Bill Evans hasta hacer un disco de sus temas?
Pues creo que ha sido una cosa del destino. Hace diez años escuché Beautiful Love, una canción preciosa suya en un club de jazz; y la grabé a mi manera para mi anterior disco (Niño Josele). Más adelante me habló de él Jerry González y me decidí a escucharlo en serio. En ese momento también estuve en la gira de Bebo Valdés y, casi sin saberlo, también toqué una canción suya. Hasta que surgió la posibilidad de hacer el disco. Bill Evans se me ha ido cruzando en el camino varias veces hasta que tuve que hacerlo.
¿Qué balance haces?
Todo disco conlleva su polémica. En este caso, es tan bonito lo que hace Bill Evans que era indiscutible la calidad. El reto era qué visión le daba yo, qué arreglos nuevos podía aportar sin perder mis raíces pero tampoco sin abusar del flamenco, para que no perdiera su gracia. Estoy muy contento en ese sentido: he aprendido mucho.
¿Qué hay de flamenco en Paz?
Lo hay porque es de donde procedo y no lo puedo esconder. Pero más que llevar Bill Evans al terreno del flamenco, fue al revés: he hecho el esfuerzo de respetar al máximo su música, añadiendo mis arreglos y aportaciones. No hay problema en mezclar, siempre que lo hagas con respeto a la música original, poniéndole alma, corazón y también técnica.
¿Te alejaste de todo lo que habías hecho hasta entonces?.
El disco no nació de golpe, fue un trabajo muy intenso. Ya te digo que yo soy flamenco, y tuve que estar más de dos años escuchando la música de Bill Evans, entendiéndola y entrando en sus estructuras. Creo que aún no lo comprendí del todo, pero quizá también esta fue la forma de mostrarle a gente que no entiende mucho de jazz, un lenguaje tan rico como el del jazz y de Bill Evans.
¿Eras conciente de que era un disco para un público muy distinto al que te había escuchado?
Al principio, claro que pensé que costaría de entender en el mundo del flamenco. Es normal, hasta a mi también me costó [sonríe], pero me di cuenta de que escuchando el disco, te acaba gustando porque es una música muy rica que acaba por envolverte. Además, también he podido ver que a muchos músicos jóvenes se interesan por estas nuevas visiones dentro del flamenco. Te preguntan por acordes que no suelen usarse en el flamenco, ves que hay inquietudes en buscar nuevas cosas en el estilo…
¿Te has sentido extraño en clubes y festivales al adentrarte en el mundo del jazz?
En los festivales no me he sentido extraño porque ya he acompañado muchas veces al maestro Paco de Lucía, pero sí en los clubes. Es como si un músico que no hace flamenco entra en un 'tablao'. A pesar de ello, no creo que sea un músico de jazz.
¿Es necesario que el flamenco se abra a nuevas fronteras para evolucionar, a pesar de las reticencias de algunos puristas?
La vida avanza muy rápidamente y tampoco el flamenco puede pararse y debe evolucionar. Como todo, el flamenco está entrando en nuevos campos y se está abriendo. Es bueno que haya puristas que recuerden a los jóvenes lo que había. Supongo que tiene que haber de todo.
¿A menudo se cree que el flamenco es un género poco dado a la improvisación?.
No creo que sea así. El flamenco también es improvisación, en especial, sobre las estructuras musicales. Ciertamente, le falta evolucionar en una improvisación más jazzística. Hay que ponerse las pilas en este sentido y la gente joven tiene mucho que hacer: el flamenco puede entrar en cualquier estilo musical y aporta mucha fuerza.
¿Ahora mismo te sientes más músico de jazz o de flamenco?
A mí me gusta la música. No me considero sólo de un tipo de música. Es verdad que soy flamenco desde que nací, porque es la música con la que he crecido toda mi vida y vengo de familia de músicos de flamenco. Pero con el tiempo, te das cuenta de que en realidad lo que te importa es la música. Por ejemplo, yo he descubierto la clásica: Vivaldi, Haydin, Bach… y, en realidad, me gusta todo tipo de música acústica.
¿Sabes que Terrassa es una plaza con una gran tradición en el mundo del jazz. ¿Has preparado de forma especial el concierto en el Festival?
Sí, sí. Me lo han contado. Por eso reúno por primera vez a Horacio "El Negro" y a Piraña para ver que pueden aportar dos genios de la percusión al concierto. Yo también tengo ganas de verlo.
¿Tienes nuevos proyectos en mente o de momento sólo seguir con esta gira?
Ahora me concentro en esta segunda parte de la gira de 'Paz", aunque sigo colaborando con Jerry González y Los Piratas del Flamenco, y también voy a seguir acompañando de vez en cuando a grandes 'cantaores'.
¿Pensando en grabar?
Sí. Estoy componiendo las canciones del próximo disco. No tengo fechas y voy tranquilo. Me he propuesto llevar todo lo que he aprendido estos años, aunque volviendo un poco más a mi terreno natural del flamenco. Alguna muestra de estas nuevas cosillas las voy a ir poniendo en esta gira, y mañana en Terrassa

Jaume Pi | Barcelona | 28/02/2008 | Actualizada a las 02:53h

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