LUÍS DE CÓRDOBA

 

 

ENTREVISTA A LUÍS DE CÓRDOBA
 

Luis de Córdoba DIRECTOR DE LA CÁTEDRA DE FLAMENCOLOGÍA DE LA UCO :

"Tener la aprobación de los alumnos es como superar la prueba más importante"

NACIÓ EN POSADAS (CÓRDOBA, 1950).
TRAYECTORIA TIENE EN SU HABER NUMEROSOS PREMIOS FLAMENCOS, ASÍ COMO UNA EXTENSA DISCOGRÁFICA. ES AUTOR DEL LIBRO ´EL FLAMENCO: TRADICIÓN Y LIBERTAD. SU FACETA DE CONFERENCIANTE LE HA LLEVADO A LOS MAS IMPORTANTES FOROS FLAMENCOS.

Luis de Córdoba siempre nos ha parecido un ejemplo algo atípico en el mundo del flamenco, ya que paralelamente a su faceta de cantaor de primer nivel, profundiza como pocos en este apasionante y complejo mundo en calidad de ponente, conferenciante, escritor, etcétera, lo que denota una personalidad inquieta y preocupada en la dignificación de nuestra más elocuente seña de identidad. Su reciente nombramiento como director de la Cátedra de Flamencología de la UCO, que desde su creación y hasta su jubilación voluntaria ha ocupado Agustín Gómez, es todo un reto que acomete con mucha ilusión y con la responsabilidad de mantener viva la expectación del alumnado tal como se ha hecho en los cursos precedentes.

¿Cómo afronta este nuevo reto como director de la Cátedra de Flamencología de la UCO?

Para empezar, teniendo muy presente que mi antecesor en el cargo, Agustín Gómez, ha hecho de la Cátedra el excelente y eficaz centro de formación flamenca, modelo de docencia, estudio e investigación que todos conocemos y que avalan doce años de solidez y prestigio. De Agustín recibo cuanto la Cátedra es, porque obra suya es, y de su mano accedo a ella sobrecogido por la altura. Sé que tendré que trabajar duro para estar a esa altura, pero también sé que ese trabajo resultará muy gratificante. Se trata de un compromiso en el que pondré todo mi entusiasmo y dedicación para no defraudar la confianza que se ha depositado en mí.

Su nombramiento, nos consta, ha sido acogido con entusiasmo por el fiel alumnado de la Cátedra.

Me hace muy feliz y agradezco de todo corazón eso que dices, porque siento un profundo respeto por el alumnado de la Cátedra. Tener su aprobación es para mí como haber superado la prueba más importante a la que hubiera tenido que someterme para acceder al cargo. Me siento muy honrado por esa confianza que me otorgan. Voy a procurar ofrecerles lo mejor de mí para que cada día al final de cada clase todos piensen que les ha merecido la pena asistir. Ese es mi objetivo.

Teniendo en cuenta el amplio desarrollo programático de los cursos anteriores, ¿queda espacio para nuevos planteamientos?

La verdad es que las programaciones de Agustín han sido tan extraordinariamente ricas y variadas, yo diría que exhaustivas, a lo largo de estos doce años, que me da miedo verlas. Desde esa admiración y respeto a la labor de Agustín, creo que es posible introducir un tratamiento más o menos novedoso del tema flamenco en la Cátedra. Bueno, ya conoces mi estilo: unir teoría y práctica, exponer e ilustrar en un mismo discurso. En principio, quizá pueda ser esa mi primera aportación personal y puede dar mucho de sí.

¿Pondrá especial énfasis en el amplio abanico estilístico de los cantes y de sus diversos interpretes?

Sí, porque en este curso dos de los tres módulos que componen la programación están dedicados expresamente al cante. Así que, efectivamente, haré un recorrido por los distintos palos, en su variedad de formas y estilos, correspondientes al temario de cada uno de sus módulos.

¿Habrá continuismo con el formato habitual ya implantado por su predecesor, Agustín Gómez?

No he tenido tiempo de plantearme cambiar de formato. De momento, no pienso en ello para próximos cursos, más que nada porque no lo creo necesario. Creo que es un formato muy bien diseñado. Si, además, como dices, ha resultado plenamente eficaz y satisfactorio para todos, ¿para qué cambiar? De todas formas, más adelante Dios dirá.

Esta nueva etapa, que conlleva sin duda un gran esfuerzo, queda compensada por la satisfacción de colaborar en la difusión del arte flamenco desde la Universidad.

Sin duda, habrá esfuerzo y satisfacción. Ya dije antes que tendré que trabajar duro. Como sabes, estuve dos cursos colaborando con Agustín, pero esto de ahora es de muchas más envergadura; aún así, sé que si ya entonces aquello me resultó muy gratificante, incluso terapéutico, ahora tendré la satisfacción de que la Universidad de Córdoba, en su apuesta por apoyar el flamenco, haya puesto a mi disposición los medios necesarios para trabajar en el estudio de este arte tan nuestro.

Su condición de artista añade sin duda un atractivo más al desarrollo programático de los cursos, aunque el que asista anteponiendo este matiz al puramente pedagógico puede sentirse decepcionado.

No, creo que los alumnos son muy inteligentes, saben dónde están y saben que los cantes y los apuntes de ellos que pueda hacer serán siempre oportunamente al hilo de la exposición del tema. Las ilustraciones pueden ser abundantes, pero no cabe pensar que adopte la pose de cantaor en el escenario para hacerlas. Los que me han visto durante dos años saben que queda muy bien como digo.

Por último, ¿cómo valora esta iniciativa de la UCO?

Creo que la UCO tuvo una feliz idea cuando apostó por la creación de la Cátedra de Flamencología, pero el verdadero acierto estuvo en la elección de su responsable, de su director, al decidir que fuera Agustín Gómez. Si ahora ha decidido su continuidad es por la propia solidez y prestigio que la Cátedra tiene en este momento gracias a Agustín. Por lo tanto, a mí solo me queda procurar mantener el nivel de excelencia que le ha dado esa solidez y prestigio. Y en ello estoy. En el programa de mano de este curso vengo a decir que mi deseo como continuador de este empeño es que el alumnado mantenga el cariño y la fidelidad que durante doce años ha demostrado a la Cátedra. Voy a procurar que así sea. Si lo consigo significará que hago bien los deberes.

 

 

12/10/2009 FRANCISCO DEL CID.  Satisfecho Luis de Córdoba, feliz ante su nuevo reto. Foto: SANCHEZ MORENO

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