RAQUEL MELLER

FRANCISCA MARQUÉS  LÓPEZ,  cantante cupletista y actriz de cine española, cantante paya nació en el viejo barrio del Cinto, en Tarazona (Zaragoza), el día 9 de marzo del año 1888 y murió en Barcelona, 26 de julio de 1962,  conocida mundialmente con el nombre artístico de RAQUEL MELLER,  Se dice que fue la artista española con más éxito internacional durante todo el siglo XX. Fue ella la que cantó la versión original de canciones famosísimas españolas de su época, como La violetera. Durante los años veinte y treinta fue famosa y admirada como una estrella internacional.


Ayuntamiento de Tarazona (Zaragoza)

 


Hija de aragonés y de riojana se trasladó con sus padres al pueblo de Inestrillas (La Rioja), donde su padre trabajo como herrero. Creció varios años bajo el cuido de una tía materna antes de reunirse con su familia en Poble-sec (Barcelona). La joven Francisca trabajó allá en un taller de confección, y fue en ese tiempo que encontró a la célebre cantante Marta Oliver. Bajo su tutelaje, Francisca debutó en el salón La Gran Peña en febrero de 1908 bajo el nombre de La Bella Raquel. Poco después cambió definitivamente su nombre en Raquel Meller, al parecer en recuerdo de un amor alemán. El 16 de septiembre de 1911 Raquel hace su gran debut en el Teatro Arnau de Barcelona. Fue en esa época en donde cantó La violetera y El relicario, las dos canciones compuestas por José Padilla Sánchez que la hicieron famosísima.


Raquel Meller

 


Raquel Meller


En 1917 conoce al escritor y diplomático guatelmateco Enrique Gómez Carillo, con quien se casó en 1919 (el matrimonio se quebró en 1922). El mismo año, Raquel celebró sus primeros triunfos en París (Olympia), Argentina, Uruguay y Chile. En 1926 hizo una gira grande por los Estados Unidos, recorriendo Nueva York, Filadelfia, Chicago, Boston, Baltimore y Los Angeles. Alrededor de 1930, Raquel atrajo la atención de Charlie Chaplin, quien trató de dejarla interpretar un papel principal en su película Luces de la ciudad (City Lights) (1931), pero sin éxito. Chaplin sí incorporó la melodía de la canción La violetera como un tema principal en esta película. En 1922 Raquel hizo un comienzo con su carrera cinematográfica. Entre sus grandes éxitos se encuentran Violetas imperiales (1923) y Carmen (1926). En 1932 rodó una segunda versión de Violetas imperiales para el cine sonoro, y en 1936 comenzó con el rodaje de Lola Triana, cuya producción fue interrumpida por la Guerra Civil española.

 


En los años treinta Raquel residió en Francia, disfrutando de la vida de una gran estrella. Superó por varios años en popularidad e ingresos a estrellas como Carlos Gardel y Maurice Chevalier. Su voz, belleza, elegancia, grandes ojos negros y su talento como cupletista la habían convertido en una estrella. Admiradores como la propia Sarah Bernhardt la llamaron un «genio». Antes de que ella apareciera sobre la escena, los cuplés fueron vistos como canciones ordinarias y vulgares. La interpretación de Raquel Meller, sin embargo, alzó al cuplé al nivel aceptable en la sociedad. La Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial provocaron un cambio abrupto en la carrera de Raquel Meller. En 1937 viajó a Argentina donde se quedó hasta 1939. Después de la Guerra Civil se mudó a Barcelona y allá se casó por segunda vez con el empresario francés Demon Sayac (del que se divorciaría en 1943).

 


Durante los años siguientes, poco a poco, Raquel Meller se quedó sola y media olvidada en Barcelona. Poco después del estreno de las películas El último cuplé (1957) y La violetera (1958) con Sara Montiel, en donde se cantaron los éxitos de su tiempo de gloria, Raquel trató de recuperar su fama de estrella, pero fracasó, ya que nadie se acordaba más de ella. Nunca tuvo hijos propios pero adoptó a dos. Después de una enfermedad, falleció el 26 de julio de 1962.

Se vende un cuadro de Sorolla por 210.000 euros
Un retrato de Sorolla de la famosa cupletista y actriz de cine española Raquel Meller (1888-1962) se vendió hoy en Londres por 180.000 libras (209.104 euros), en una subasta de Bonhams sobre pintura europea del siglo XIX.
El cuadro, que representa a la actriz de medio cuerpo, con blusa blanca y un elegante sombrero y con el rostro apoyado en la mano izquierda, mirando directamente a los ojos del retratista, no alcanzó las previsiones de la casa de subastas, que eran de 224.000 euros. Era la segunda vez que Sorolla (1863-1923) pintaba a la actriz, por la que se cuenta que estaba hechizado, y lo hizo con pinceladas valientes que captan perfectamente el carácter de Meller y reflejan la propia seguridad del pintor como retratista. 'La bella Raquel' -su nombre real era Francisca Marqués López- fue la artista española de más fama internacional de la primera mitad del siglo XX y la primera que interpretó canciones que se harían célebres, como 'La Violetera' o 'El Relicario', compuestas por José Padilla y que más tarde interpretaría Sara Montiel. Raquel Meller obtuvo triunfos en el Olympia parisino y luego en las Américas, ya que actuó en Argentina, Chile, Uruguay e, incluso, en algunas ciudades de Estados Unidos. En abril de 1926, la actriz apareció en la portada de la revista 'Time', y cuatro años más tarde llamó la atención de Charlie Chaplin, que trató sin éxito de que aceptara un papel importante en su filme 'Luces de la ciudad' y tuvo que contentarse con incorporar la melodía de 'La violetera', aunque sin mencionar la autoría de Padilla. Entre sus grandes éxitos cinematográficos figuran 'Violetas imperiales' (1923) y 'Carmen' (1926), películas todavía de la etapa del cine mudo. En los años treinta vivió en Francia como una auténtica 'vedette', hasta el punto de superar en popularidad e ingresos, según se cuenta, incluso a Carlos Gardel o a Maurice Chevalier. En 1937, en plena guerra civil española, viajó a Argentina, donde permaneció hasta 1939, para regresar luego a Barcelona, donde se casó por segunda vez -con el empresario francés Demon Sayac- y donde fallecería en 1962, tras una recaída en la enfermedad coronaria que sufría.
Efe | Londres, Actualizado miércoles 29/09/2010.  El retrato de la cupletista 'La bella Raquel' de Sorolla. | Efe

Raquel Meller: de las mieles del éxito a las hieles del olvido
La Biblioteca Nacional dedica una exposición al mito del cuplé
Raquel Meller fue una artista que rompió moldes y una mujer tan hermosa como inaccesible, tan independiente como seductora. Aseguran que no se casaba con nadie, ni en la vida (sus matrimonios no fueron un éxito, precisamente) ni en su música. Ella reinventó un género tan español como el cuplé, lo despojó de su provincianismo y de su mal entendido casticismo innatos y lo puso a la altura de la mejor canción popular de la época. Nacida en un pueblo del interior de España, en la villa zaragozana de Tarazona en 1888 (aunque su madre era riojana), bautizada como Francisca Marqués López, de formación intuitiva y prácticamente autodidacta atravesó el mundo en alas de su talento, de su elegancia, de su chispa, de sus ojazos y actuó en los mejores y más reputados coliseos de todo el mundo, de Madrid a París, de Barcelona a Los Ángeles y Nueva York.  Cuentan las crónicas que la Meller, no cantaba, sino que realmente interpretaba como una actriz (también lo fue) sus canciones, con una carga dramática que convertían cuestiones más o menos de andar por casa como «El relicario» y «La violetera», en un aluvión de escenas que parecían sacadas de un drama de Shakespeare. De hecho, Sarah Bernhardt, una de las más grandes actrices de todos los tiempos, la calificó llana y rotundamente como «genio».
Calabazas a Chaplin. En el cine, rodó películas mudas como «Carmen» y «Violetas imperiales» (con el tiempo, esta última vería versiones habladas, con Carmen Sevilla y Luis Mariano, por ejemplo) y se cuenta que hasta le dio la callada por respuesta a Charles Chaplin que la quiso contratar para que interpretara«Luces de la ciudad». Por cierto, Charlot se aprovechó descaradamente de la música de «La violetera», aunque posteriormente el maestro Padilla le ganó una demanda en los tribunales. En tiempos (los años veinte y treina principalmente) fue tan famosa y rica como Chevalier o Carlos Gardel, y su fama de esquiva y feroz defensora de su intimidad la recubrieron de un halo de misterio, y una aureola de diva inalcanzable para el común de los mortales. Pasó la Guerra Civil en París y, sobre todo, en Argentina, y cuando volvió a España nada sería igual. El mundo de la canción ya no era el mismo, España no estaba para cuplés sino para coplas, y Raquel Meller fue cayendo en el olvido. El 26 de julio se cumplirán cincuenta años de su muerte en la Ciudad Condal. El pueblo barcelonés la hizo justicia (poética, al menos) y asistió masivamente a su entierro.
Del éxito a la tragedia. La vida y el arte de esta mujer que pisó morena, pisó con garbo, en los mejores escenarios del mundo son los ejes de la exposición «El mito trágico de Raquel Meller», que acoge la Biblioteca Nacional de España. En ella, los visitantes podrán por supuesto escuchar sus grabaciones para el gramófono (entre 1912 y 1946), y también se mostrarán partituras, libros, fotografías, postales, ilustraciones, caricaturas y artículos de revistas y periódicos, que proceden de los fondos de la propia BNE. Igualmente, se proyectarán sus películas, se realizarán varias conferencias, con una obra muy peculiar presidiendo toda la muestra: el magnífico retrato que Joaquín Sorollahizo de la cantante en 1918 (al parecer hubo más que palabras y trazos entre ellos), cedido para la ocasión por el Museo Sorolla.  El arte de una de las más grandes artistas de la música española de todos los tiempos palpita en la Biblioteca Nacional. También los destellos y las sombras de una vida realmente singular.
manuel de la fuentemanolhito / madrid  Día 19/06/2012 - ABC. Raquel Meller, en 1920

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Datos Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/  Raquel Meller"   

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